Deutsche Auslandsschulen tagen in Marbella - Colegio Alemán

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Ereignisse: Abitur 2012
que atestiguan la madurez de este grupo dispar. ‘Madurez’–
¡qué palabra más bonita! Implica seriedad, responsabilidad,
conciencia del deber, voluntad por esforzarse y superarse
continuamente – cualidades que, como sabemos, todos los
miembros de este grupo tienen de sobra. Pero no fue siempre
así.
Aber natürlich gab es auch Unterrichtsstunden, in denen
hart gearbeitet wurde, und ein dauerndes Ringen darum,
wer wohl länger aushielt, die Schüler oder die Lehrer. Nun,
wir haben es alle bis zum Schluss ausgehalten und heute
sind wir hier zur feierlichen Übergabe der Abiturzeugnisse
versammelt. Diese Abiturzeugnisse heißen eigentlich
„Reifezeugnisse“. „Reife“, welch schönes Wort! Es impliziert
Ernsthaftigkeit, Verantwortungs- und Pflichtbewusstsein,
den Willen, sich anzustrengen und immer höher zu streben
– Eigenschaften, über die, wie wir wissen, alle Streiter dieser
Truppe im Übermaß verfügen. Aber das war nicht immer
so ...
4. Als eine Gruppe von Schülern aus beiden Klassen das Wort
„Kreativität“ nur allzu wörtlich nahm und fiktive Kunstnoten
erfand – sorry for the repetition, it can’t be helped – hatte
dies nicht nur Auswirkungen auf die bevorstehende Berlinfahrt,
sondern auch auf das Miteinander im Allgemeinen.
Während die neun von der Klassenfahrt ausgeschlossenen
Schüler, ausschließlich männlichen Geschlechts, in der Schule
blieben und zurückversetzt wurden in die glücklichen Zeiten
von KiGa und Grundschule, flogen die anderen unter dem
Zeichen der Gurke nach Berlin. Unter dem Zeichen der Gurke?
Werden sich einige fragen. Ein Sternkreiszeichen? Chinesischer
Kalender? Weit gefehlt! Wie ein Damoklesschwert
hing die ansonsten so unscheinbare Salatgurke aus Almería
über unseren Köpfen und lehrte uns, dass die schöne spanische
Redewendung „Es schert mich eine Gurke“ nicht immer
zutreffend ist.
Cuando un grupo de alumnos de las dos clases se tomó la palabra
“creatividad” al pie de la letra y se inventó notas ficticias
en la asignatura de arte – y pedimos perdón por volver sobre
lo dicho en el discurso del director, esta acción no se olvidará
jamás – , pues, este acto de creatividad y la siguiente expulsión
de los nueve atrevidos del viaje de la clase a Berlín marcó
no solo el propio viaje sino también la convivencia en general.
Mientras los nueve alumnos, y conviene poner el énfasis en la
o de alumnos, se quedaron en el colegio y pudieron volver a
los tiempos felices del Kinder y de Primaria, el resto del grupo
se fue a Berlín, bajo el signo del pepino. ¿Del pepino?
Se preguntarán algunos. Pues sí, no porque sea un signo del
zodiaco o del calendario chino, sino porque esta hortaliza,
a primera vista totalmente inofensiva, colgaba como una
espada de Damocles sobre nuestras cabezas, y aprendimos
la lección de que no siempre es verdad que los pepinos nos
importen un pepino, como se suele decir en español.
5. El viaje a Berlín supuso, entre otras cosas, una tregua temporal
en la lucha por cumplir o no cumplir con el reglamento
del uniforme escolar. Después de soportar un elevado – limitado,
en el lenguaje de los profesores – número de visitas y
excursiones, destinadas a ampliar el horizonte cultural,
comenzó la aventura “inmersión en el mundo laboral”. Algunos
exploraron su lado creativo, como Paola y Rocío, otros
descubrieron que el lugar de sus prácticas quedaba tan lejos
que parecía estar más cerca de Marbella que de Berlín,