JARDINESCONTEMPLATIVOSAlbertoDomingoJardinescontemplativos26la <strong>eco</strong>UPara tener las sensacionespropias de lacontemplación de unjardín japonés, no hace faltatener un gran espacio. Si hayun elemento fundamental en elarte del jardín japonés (enmenor grado, también encualquier tipo de jardín),además de los símbolos básicosdel agua, la piedra y lavegetación, este es el de laproporción. Hoy hablaremos dela proporción.La proporción es unaconstante en el arte oriental(chino y japonés). Ya lasprimeras pinturas de los literatosy monjes chinos, origende los jardines posteriores,están basadas en la proporción;en la aplicación perfectade los tres planos: próximo,medio y lejano. Contemplandouna de estas pinturas, elobservador se abstrae delentorno y se introduce en ella,se siente parte de la escena.Esta misma sensación es la qu<strong>eco</strong>n posterioridad se pretendeproporcionar al observador deljardín, con independencia delespacio disponible. Ese es elverdadero arte.El arte del Bonsái, conmenos elementos que la pintura,tiene ese mismo objetivo:cautivar al observador. ElBonsái es un arte que aúnasofisticadas técnicas de jardineríacon la más refinadaestética oriental basada en laproporción. En occidente, llamamosbonsái a todo vegetalplantado en maceta y quetenga la corteza lignificada.Nada más lejos de la realidad.En Japón, y en los círculos aficionadosde todo el mundo,son pocos los árboles que s<strong>eco</strong>nsideran verdaderos Bonsáiy, entre estos, una mínimaparte llegan a obras maestras.En el Bonsái aparecen conceptoscomo devoción y respeto,tanto hacia los árboles comohacia los cuidadores, porqueen ellos se ha invertido lomejor de uno mismo, trasmitiéndosede generación en generación,en muchos casos. ElTokonoma, el equivalente al"aparador" catalán donde s<strong>eco</strong>locaba la mejor vajilla ycristalería de la familia, hoy endía está mayoritariamente ocupado,en las casas de los aficionados,por Bonsáis ySuisekis de gran valor (noespecialmente <strong>eco</strong>nómico).
¿QUE ES EL SUISEKI?Literalmente, el Suiseki es el arte de contemplarlas piedras. Evidentemente, no cualquier piedra, yaque si analizamos la definición observamos dos palabrasclave: "arte" y "contemplar". En la cabecera delartículo, observareis la imagen de una montaña sobreun fondo nevado. No es cierto, es una ilusión, es unasensación. Esa "montaña" mide 20 cm. de alto y estácolocada en una maceta plana; la nieve, es una sábanavieja difuminada con Photoshop. En la otra fotografíavemos la realidad del asunto. He intentado plasmar,mediante técnicas informáticas, lo que siento cuandocontemplo esa piedra colocada en esa maceta, probablement<strong>eco</strong>n poco éxito, ya que una sensación esimposible de ilustrar. Pero una vez más son las perfectasproporciones de la piedra las que me hicieron ver unpico de montaña cuando la encontré en el monte. Comoya he dicho, no todo vale en el Suiseki. Existe una clasificaciónde las piedras, tanto por su forma (montañalejana, isla, etc.) como por su naturalidad (se valora lano manipulación de la misma con herramientas paramejorar la forma). Pero lo que importa, purismosaparte, es la sensación que transmite su contemplación.El jardín zen es la contemplación de unaspiedras que simbolizan montañas, islas…sobre unagrava que simboliza el mar, el agua... Quién no ha vistofotos de monjes meditando frente a un jardín s<strong>eco</strong>. Esese simbolismo el que le lleva a sus pensamientos uoraciones. Ya hablamos de que el simbolismo es fundamentalen la cultura oriental y que, por ello, al profanoun jardín japonés le puede parecer inacabado, ya quesólo el observador es capaz de completarlo. Y cadaobservador lo completa a su manera y según su estado.Pues bien, en el jardín contemplativo se intentaaunar todas estas sensaciones que cada uno de los elementos,solos o en grupo, transmiten, bajo las reglas dela proporción. Lo que nos dará un mayor espacio es unamayor cantidad de elementos, o una distinta colocaciónde los mismos, pero no una mejor sensación. El principioestético del Wabi valora especialmente la austeridad,en este caso la carencia de espacio, pero no limitalas sensaciones. El Bonsái y el Suiseki son una buenamuestra de ello.Hemos de entender que esa pintura, ese jardín,ese Bonsái o ese Suiseki, no son más que la plataformaque nos permite entrar en la escena, y esa escena varíacon nuestro estado de ánimo, con la luz, con infinidadde cosas, pero nos permite, al fin y al cabo, abstraernosde nuestro entorno inmediato y dejar volar nuestramente. A veces, contemplando una simple piedra.ESTE ESPACIOPUEDE SERPARA TITel. 972 911 371