Edición 2 | 2023
Dios le Puede Cambiar el Futuro
Dios le Puede Cambiar el Futuro
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PERSONAS REALES | HISTORIAS REALES | ESPERANZA REAL<br />
Y USTED ¿POR QUÉ NO?<br />
FLIP OVER<br />
TO READ IN<br />
ENGLISH<br />
DECIDA CÓMO PENSAR<br />
DIOS<br />
LE<br />
PUEDE<br />
CAMBIAR<br />
EL FUTURO<br />
Una revista en<br />
una misión:<br />
vea página 2<br />
Número 02 / <strong>2023</strong><br />
1s Número 02 / <strong>2023</strong>
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VICTORIOUS LIVING<br />
Testimonios de la vida real del poder transformador<br />
de Jesucristo desde nuestra revista<br />
bilingüe, disponible en cárceles y penitenciarías<br />
en versión impresa y formato digital.<br />
¿ESTÁ PRESO Y<br />
NECESITA MOTIVACIÓN?<br />
Discipulado cristiano para los reclusos<br />
mediante correspondencia personal y<br />
recursos digitales.<br />
Contacto con organizaciones nacionales que<br />
proporcionan recursos útiles para presidiarios,<br />
ex presidiarios y sus familias.<br />
Herramientas para programas carcelarios,<br />
para que las iglesias locales puedan cumplir el<br />
mandamiento de Dios, respecto de acordarnos<br />
de quienes están privados de la libertad.<br />
Estímulo a través de la prisión y<br />
eventos de la cárcel.<br />
Escríbanos y únase hoy<br />
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de Victorious Living.<br />
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Greenville, NC 27836<br />
O por email desde su<br />
tableta de la cárcel:<br />
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Disponible en Securus, ViaPath,<br />
y ICS Corrections tabletas<br />
FOTO DE EDOVO
NÚMERO 2, ABRIL DE <strong>2023</strong><br />
CONTENIDO<br />
11s<br />
17s<br />
UN PASO ADELANTE<br />
Es hora de un examen ocular<br />
POR CHRISTINA KIMBREL<br />
Que su conversación sea sobre<br />
su descubrimiento<br />
¿Cuántas veces deseó que su vida<br />
fuera distinta, que usted fuera distinto<br />
y que pudiera ser todo lo que quisiera?<br />
Bueno, algo bueno para empezar son las<br />
cosas que se dice a sí mismo. Llene sus<br />
pensamientos con la verdad de Dios, no<br />
con las mentiras de Satanás.<br />
como un chico pobre de un barrio pobre,<br />
hijo de una adicta al crack. Un desperdicio<br />
de talento, espacio y esfuerzo. Había<br />
abandonado la esperanza y los esfuerzos<br />
para llegar a ser más. Pero Dios sabía para<br />
qué lo había creado y no se rindió hasta<br />
que Mike se entregó.<br />
FOTO DE GERI SIMPKINS PHOTOGRAPHY<br />
21s<br />
6s<br />
24s<br />
POR JULIE ENGSTROM<br />
El propósito de Dios; sus pruebas<br />
POR CARLA OWENS<br />
VIDAS<br />
TRANSFORMADAS<br />
Tenga en cuenta su entorno<br />
POR KRISTI OVERTON JOHNSON<br />
Dios lo ve como a un campeón, pero<br />
vivir como tal depende de usted y de las<br />
decisiones que tome.<br />
Decida cómo pensar<br />
POR SHERIDAN CORREA<br />
8s<br />
12s<br />
DESTACADOS<br />
¿Quiere confiar en Dios?<br />
LA HISTORIA DE PAULA FOX<br />
Paula nunca pensó en la llamada telefónica<br />
que le avisaría que su hijo iba a la cárcel,<br />
pero llegó. ¿Cómo pudo permitir Dios que<br />
ocurriera? ¿Y qué podía hacer ella para mejorar<br />
la situación? Paula supo muy pronto que no<br />
podía; pero Dios, con Su forma impecable de<br />
hacer las cosas, sí. Solo debía confiar en Él.<br />
HISTORIA DE TAPA<br />
Dios le puede cambiar el futuro<br />
LA HISTORIA DE MIKE JENKINS<br />
Mike nunca se había visto a sí mismo sino<br />
EN LA TAPA<br />
La vida de Mike Jenkins<br />
nunca fue fácil. La<br />
adicción destruyó su<br />
hogar y lo consumió<br />
la ira. Pero gracias a<br />
su relación con Dios,<br />
Mike encontró libertad<br />
y una nueva vida,<br />
así como su abuela<br />
Glenda (izq.) y su<br />
mamá Sandra (der.).<br />
La gracia de Dios<br />
reescribió sus historias<br />
de vida y cambió el<br />
legado de la familia.<br />
18s<br />
22s<br />
26s<br />
Ame como Jesús<br />
LA HISTORIA DE PASTOR<br />
CHUCK FOREMAN<br />
Después de más de 20 años en el<br />
ministerio, tanto en EE. UU. como Taiwán,<br />
el pastor Chuck pensaba que sabía lo que<br />
significaba servir a Dios con el corazón<br />
abierto y la menta abierta. Y luego Dios le<br />
pidió que abriera su iglesia a un grupo de<br />
expresidiarios. Una comunidad de adultos<br />
mayores y formales ¿iba a aceptar a este<br />
grupo de gente?<br />
Use lo que tiene a mano<br />
LA HISTORIA DE PATRICIA BORGES<br />
Tras enviudar dos veces y con más de<br />
80 años, Patricia se negaba a pensar<br />
que era demasiado vieja para que Dios<br />
la utilizara. Decidida a usar todo lo que<br />
Dios le había dado para Su gloria, siguió<br />
insistiendo…y recibió bendiciones que<br />
jamás habría esperado.<br />
Y usted ¿por qué no?<br />
LA HISTORIA DE SIMONE BRYANT<br />
Cuando las presiones de su trabajo como<br />
asistente social le provocaron un colapso<br />
nervioso, Simone finalmente enfrentó<br />
las marcas que le habían quedado de la<br />
infancia en el sistema de acogida. Fue allí<br />
cuando conoció su verdadera identidad<br />
como hija de Dios y aceptó el destino que<br />
Él le había preparado.<br />
EN CADA EDICIÓN<br />
4s<br />
Nota de la Editora<br />
El poder del sí<br />
29s<br />
¿Quiere conocer a Jesús?<br />
Él me salvó …Y ahora ¿qué?<br />
30s<br />
Novedades/Recursos del<br />
Ministerio<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
Número 02 / <strong>2023</strong><br />
3s
NOTA DE LA EDITORA<br />
El poder del sí<br />
Si quiere apoyar nuestra revista<br />
y llevar la esperanza de Dios e<br />
influir en la vida de mujeres y<br />
hombres encarcelados, visite<br />
victoriouslivingmagazine.com.<br />
Cada dólar que dona envía una<br />
copia de la revista a una cárcel.<br />
Cada copia influye en muchas<br />
vidas durante años.<br />
La<br />
carta empezaba así: “Kristi, perdón<br />
si le causé algún daño a tu<br />
ministerio”. Era de Bill, un amigo<br />
que no veía y en quien ni siquiera pensaba<br />
desde hacía años. Me escribía desde la cárcel.<br />
Bill había sido conductor profesional de<br />
lanchas en el circuito de esquí acuático y wakeboard<br />
cuando yo competía. Nos habíamos conocido<br />
en un servicio de la iglesia en el que Bill<br />
contó cómo Dios le había salvado la vida. Yo<br />
incorporé la versión escrita de su testimonio<br />
de fe en material de nuestro ministerio.<br />
Después a Bill lo arrestaron y enviaron a la<br />
cárcel. Como muchos otros de nuestro deporte,<br />
me alejé de él. Dejé de usar el material en el<br />
que estaba su testimonio y busqué mejorar la<br />
manera de proteger el ministerio.<br />
Después estuve ocupada haciendo obras<br />
para Dios y al poco tiempo me olvidé de Bill<br />
por completo. Invisible y olvidado.<br />
Paradójicamente, en mi campaña para minimizar<br />
los daños nunca se me ocurrió pensar en<br />
los sentimientos de Dios por Bill o qué le parecería<br />
a Él que yo estuviera ocupada haciendo<br />
obras para Él. Si lo hubiera pensado, habría visto<br />
alternativas, como acercarme a Bill en lugar<br />
de alejarme. Jesús siempre perseguía a los que<br />
se habían perdido en el camino (Lucas 15:3–7).<br />
Me habría acordado de Bill cuando estaba<br />
preso, me habría acercado y lo habría visitado<br />
como mandan Hebreos 13:3 y Mateo 25:34–36.<br />
Habría reconfortado a mi hermano en Cristo,<br />
en vez de abandonarlo.<br />
Pero no lo hice. Mi única preocupación era<br />
proteger el ministerio...y a mí misma.<br />
Cuando recibí la carta, Bill había cumplido<br />
la mitad de la condena. Me habló de la vida en<br />
la cárcel y de cómo Dios lo estaba ayudando a<br />
sobrevivir. Y me pidió que lo visitara.<br />
La idea me dio curiosidad y oré por la invitación<br />
de Bill. También se lo conté a Tim,<br />
mi esposo. Fue una conversación interesante.<br />
“Oye, cariño. ¿Puedo ir a visitar a un hombre<br />
en la cárcel?”.<br />
Gracias a Dios por un hombre piadoso que<br />
sabía ver el panorama completo.<br />
Pasó casi una década desde que entré a la<br />
sala de recepción de la Cárcel Federal de Miami.<br />
El 17 de agosto de 2013 Dios descargó Su<br />
amor por los encarcelados en mi corazón y me<br />
mostró un lugar donde quería que ejerciera<br />
el ministerio.<br />
El Dios de las segundas oportunidades me<br />
dio otra para que recordara a un preso. Agradezco<br />
Su gracia. Estoy contenta de no haber<br />
perdido la oportunidad esa vez. Decirle que sí a<br />
Dios cambió mi vida y ¡nos acercó a usted y a mí!<br />
Una simple visita derivó en el ministerio<br />
carcelario Victorious Living, del que es parte<br />
esta revista bilingüe. Desde 2013, más de un<br />
millón de presidiarios saben del evangelio de<br />
Jesús a través de estas páginas; decenas de<br />
miles de ellos han recibido discipulado mediante<br />
correspondencia y transmisiones en<br />
línea y nuestro equipo ha brindado a reclusos<br />
y familiares orientación pastoral y apoyo para<br />
reinsertarse en la sociedad. Loado sea Dios.<br />
¿Alguna vez pensó en el poder que tiene decir<br />
que sí? Un sí lleva a otro y ese a otro más y<br />
así sucesivamente. (Por supuesto, eso significa<br />
que un no detiene el efecto dominó).<br />
Como Bill le dijo sí al Espíritu Santo cuando<br />
le sugirió que me escribiera, a mí se me dio<br />
una oportunidad única de decir que sí también<br />
y luego se les permitió a otros decir que<br />
sí. Algunos se convirtieron en parte del ministerio<br />
y otros compartieron aquí sus historias<br />
públicamente. Y muchos han aceptado a Jesús<br />
como su Salvador.<br />
¿Dios lo está invitando a decir sí hoy? Ya sea<br />
para tener una relación más profunda o iniciar<br />
un ministerio nuevo, por favor no rechace Su<br />
invitación.<br />
Puede parecer aterrador, arriesgado, desconocido<br />
e incómodo. Ya lo sé. Tal vez se<br />
sienta incompetente, incapaz, que le faltan<br />
herramientas o preparación. No importa. Lo<br />
único que Dios necesita es su buena voluntad,<br />
que le diga sí. Él se va a ocupar del resto. Hay<br />
un millón de copias de Victorious Living circulando<br />
por las cárceles de todo el país que lo<br />
de muestran.<br />
¡Que Dios bendiga su sí hoy mismo!<br />
Kristi Overton Johnson<br />
Editora y Directora Ejecutiva<br />
FOTO DE GERI SIMPKINS PHOTOGRAPHY<br />
4s Número 02 / <strong>2023</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
Con las historias de Victorious Living,<br />
mujeres y hombres que están entre rejas<br />
conocen al Dios que da otra oportunidad.<br />
Testimonio del efecto que causa<br />
Victorious Living: Calvin McLeod<br />
FOTO DE DAZ PHOTOS<br />
Entré a la familia de Victorious Living en<br />
2015, tras los muros del Correccional Avon<br />
Park. Encontré su revista y me comuniqué<br />
con el equipo de correspondencia para<br />
sentirme acompañado. Ese mismo año, mi<br />
hijo murió en un accidente de tráfico.<br />
Saber que mi hijo había muerto fue<br />
algo devastador y muy difícil de digerir<br />
cuando uno está preso. Pero Dios usó la<br />
revista Victorious Living, su equipo de<br />
correspondencia y las visitas personales<br />
de Kristi a nuestro establecimiento para<br />
mantenerme animado.<br />
Las historias de VLMag y las cartas del<br />
equipo de correspondencia de VL me<br />
dieron gozo, paz y esperanza eterna en mi<br />
momento de necesidad. Había tanto amor<br />
y compasión en cada nota escrita a mano y<br />
esperanza en cada artículo. El equipo del ministerio recorrió este camino difícil a mi lado y<br />
ayudó a mi corazón.<br />
A menudo compartí mis cartas y la revista VL con mis hermanos allí y muchos también<br />
se comunicaron con el ministerio. Dios utilizó mi situación difícil para Su gloria y para<br />
llevar esperanza a otras personas.<br />
Hoy soy un hombre libre y tengo una vida victoriosa en Cristo. Incluso tengo un lavadero<br />
de autos que va muy bien y el cual aprovecho para hablar a las personas de la bondad de<br />
Dios. Siempre voy a sentir cariño por este ministerio. La esperanza de Cristo que entrega<br />
Victorious Living fue una tabla de salvación para mi alma mientras estaba en la cárcel y<br />
lo es aún hoy.<br />
PATROCINE UNA CÁRCEL DE SU ESTADO Y CAMBIE VIDAS HOY.<br />
Visite victoriouslivingmagazine.com.
VIDAS TRANSFORMADAS<br />
Tenga en cuenta<br />
su entorno<br />
POR KRISTI OVERTON JOHNSON<br />
A MENUDO MENCIONO QUE PARA convertirse<br />
en campeón hay que empezar por<br />
verse a sí mismo como campeón. ¿Por qué<br />
no? Así es como lo ve Dios.<br />
Pero experimentar la victoria depende de<br />
usted. Se necesita compromiso, valentía, determinación,<br />
sacrificio y entrega. Tiene que<br />
salir de su zona de confort y trabajar. Nadie<br />
más lo puede hacer por usted.<br />
Para encaminarse a la victoria, es imprescindible<br />
tener en cuenta el entorno. Este es<br />
un ejemplo práctico de mi carrera en el esquí<br />
acuático. Después de terminar la escuela secundaria,<br />
me mudé de Carolina del Norte a<br />
Florida para poder entrenar en un clima más<br />
cálido todo el año.<br />
Pero mudarme implicaba dejar el entorno<br />
que conocía. Ya no iba a tener a mis padres<br />
para entrenarme ni a mi hermano para conducir<br />
la lancha. Además, estaba dejando atrás<br />
nuestro reducto privado, el lago Kristi, que mis<br />
padres habían construido para mí. Era un lugar<br />
perfecto para entrenar. De todos modos, sabía<br />
que era un cambio necesario si quería entrenar<br />
con los mejores del mundo.<br />
Así que con ayuda de mis padres busqué<br />
un sistema de apoyo adecuado en Florida.<br />
Encontré un entrenador de élite, que me<br />
sacaría de mi zona de confort y me aseguré<br />
de que su lago presentara todos los desafíos.<br />
Entrenar en condiciones fáciles con aguas<br />
calmas no me iba a ayudar a vencer a<br />
las mejores del mundo en los ríos revueltos<br />
del circuito profesional. Necesitaba un<br />
entrenamiento riguroso si quería subirme<br />
al podio del campeonato mundial.<br />
También necesitaba rodearme de gente<br />
excepcional. Eso significaba encontrar<br />
compañeros de entrenamiento que me<br />
empujaran a mejorar las destrezas que<br />
tenía...¡y vaya si lo lograron! Esos cuatro<br />
muchachos no le hicieron las cosas nada<br />
fáciles a esta chica, y no habría querido que<br />
fuera de otro modo.<br />
Durante años había entrenado con gente<br />
de mi nivel o más bajo y me había quedado<br />
estancada física y mentalmente. Necesitaba<br />
el empujoncito de un grupo nuevo y<br />
un sistema de entrenamiento nuevo. Esos<br />
deportistas de primer nivel eran justo lo<br />
que precisaba.<br />
El desempeño de ellos era muchísimo<br />
mejor que el mío, lo que al principio fue inti midante.<br />
Pero cuando acepté el desafío descubrí<br />
que podía hacer mucho más, tanto en el agua<br />
como fuera de ella. Era hora de crecer como<br />
deportista.<br />
Estos muchachos se entrenaban en condiciones<br />
increíblemente difíciles: con viento,<br />
lluvia y aguas turbulentas. Y se entrenaban<br />
igual de fuerte fuera del agua, en el gimnasio.<br />
Ver su compromiso, valor y éxito me llevó a<br />
salir de la rampa donde normalmente me<br />
habría quedado comiendo galletas Pop-Tarts.<br />
Estar rodeada de tal grandeza encendió<br />
una chispa dentro de mí y comencé a copiar<br />
su manera de entrenar. Como resultado, me<br />
convertí en la esquiadora acuática número<br />
uno del ranking mundial y tuve desempeños<br />
similares a los de los mejores hombres.<br />
Comento todo eso para explicar esto: para<br />
ser campeón, debe ponerse en un entorno<br />
que lo lleve a la grandeza. Y debe rodearse de<br />
ganadores: esto es válido para cada aspecto<br />
de su vida.<br />
Uno se mimetiza con lo que lo rodea y con<br />
quienes lo rodean. Si usted anda con personas<br />
banales en lugares banales—por fuera o por<br />
6s Número 02 / <strong>2023</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
VIDAS TRANSFORMADAS<br />
Der.: Dejar a Parker y Becky Overton, los papás que<br />
tanto la apoyaban, y la comodidad de su lugar privado<br />
de entrenamiento en Carolina del Norte para entrenar<br />
en Florida con esquiadores profesionales fue una<br />
decisión difícil. Pero el cambio le brindó a Kristi el<br />
entrenamiento y los instructores que necesitaba para<br />
convertirse en la dueña del récord mundial de esquí<br />
acuático durante 18 años.<br />
Últ. der.: Elegir cuidadosamente a sus compañeros de<br />
entrenamiento y el lugar para practicar dio sus frutos.<br />
En la foto, con el equipo nacional de EE. UU. en los<br />
Juegos Panamericanos de 1999.<br />
dentro—también se va a volver una persona<br />
banal. “Las malas compañías corrompen las<br />
buenas costumbres” (1 Corintios 15:33 NTV).<br />
Pero a usted no lo crearon para ser una<br />
persona banal. Lo crearon a imagen de Dios<br />
Todopoderoso y Él no hace personas banales.<br />
Él hace campeones y nunca es demasiado tarde<br />
para llegar a ser campeón.<br />
Jeremías 29:11 asegura que Dios tiene<br />
planes de victoria para usted, pero que los<br />
experimente o no depende en parte de su círculo<br />
de influencia.<br />
El Rey David, un joven pastor que derrotó a<br />
un gigante y se convirtió en rey, tomaba decisiones<br />
todos los días respecto de su entorno.<br />
Sus decisiones lo llevaron al círculo de ganadores<br />
de Dios. Leamos el salmo 101 (NTV).<br />
Cantaré de tu amor y de tu justicia,<br />
oh Señor; te alabaré con canciones. Tendré<br />
cuidado de llevar una vida intachable;<br />
¿cuándo vendrás a ayudarme? Viviré con<br />
integridad en mi propio hogar. Me negaré a<br />
mirar cualquier cosa vil o vulgar. Detesto a<br />
los que actúan de manera deshonesta; no<br />
tendré nada que ver con ellos. Rechazaré<br />
las ideas perversas y me mantendré alejado<br />
de toda clase de mal. No toleraré a los que<br />
calumnian a sus vecinos; no soportaré la<br />
presunción ni el orgullo. Buscaré a personas<br />
fieles para que sean mis compañeros; solo a<br />
los que sean irreprochables se les permitirá<br />
servirme. No permitiré que los engañadores<br />
sirvan en mi casa, y los mentirosos no permanecerán<br />
en mi presencia. Mi tarea diaria<br />
será descubrir a los perversos y liberar de<br />
sus garras a la ciudad del Señor.<br />
En este salmo vemos que David alaba a Dios,<br />
pero además vemos las decisiones que tomaba<br />
todos los días para llevar la vida digna de un<br />
hijo de Dios. (Ver también Filipenses 1:27;<br />
4:4–9). Si bien no era perfecto, David era un<br />
campeón, tanto en lugares públicos como<br />
privados.<br />
A puertas cerradas, tomaba decisiones<br />
que le permitieran mantener la pureza de<br />
su corazón y de su mente. También cuidaba<br />
sus ojos (la puerta de entrada al alma)<br />
negándose a mirar cualquier cosa que fuera<br />
despreciable y vulgar. (Ver también Mateo<br />
6:22–24). David se aseguraba de que su<br />
entorno le hiciera tener un modo de vida<br />
piadoso: la vida de un verdadero campeón.<br />
Pero fíjese que además David se rodeaba<br />
de otros campeones. No se relacionaba en<br />
absoluto con personas que se manejaran<br />
en forma deshonesta con los demás y no<br />
tole raba a las personas orgullosas e hirientes.<br />
En cambio, buscaba gente leal e íntegra<br />
como compañeros y solo permitía que lo<br />
sirvieran personas de conducta irreprochable<br />
(de buena reputación).<br />
David cuidaba su entorno y se mantenía<br />
lejos de gente mentirosa o falsa. Dejaba expuestas<br />
a las personas malas y las alejaba<br />
de su presencia y de la ciudad.<br />
Como David, debemos ocuparnos de<br />
decidir cómo vivir y a quiénes queremos<br />
tener cerca.<br />
Desde ya, usted podrá pensar: “Pero<br />
Kristi, hay personas malas a cada paso. No<br />
puedo hacer nada al respecto”. No se lo voy<br />
a discutir. El mal nos rodea. Puede que esté<br />
en la cárcel o en un lugar de trabajo donde<br />
ser creyente lo haga parte de la minoría. Eso<br />
no significa que deba perder la fe.<br />
Pídale al Señor que le haga ver a qué<br />
personas piadosas y a qué otros lugares<br />
puede recurrir. Proverbios 3:6 dice que si<br />
busca la voluntad de Dios, Él le mostrará el<br />
camino a tomar. Él le enseñará qué hacer<br />
y de quién estar cerca. Él promete que lo va<br />
a ayudar.<br />
Así como hay personas malas, también hay<br />
a su alrededor personas piadosas decididas a<br />
vivir de manera irreprochable. Tienen total<br />
integridad y buena reputación. Tienen toda<br />
la intención de cambiar y han asumido el<br />
compromiso de acrecentar su fe. Búsquelas<br />
y únase a ellas.<br />
Al hacerlo, aporte algo al grupo. No se conforme<br />
con recibir; dé algo de lo que tiene.<br />
Aporte entusiasmo, disposición, integridad,<br />
compromiso y lealtad. Estoy segura de que<br />
cuando yo entrenaba, mi voluntad de aprender,<br />
mi mejoría constante y la lealtad a mis<br />
mentores también fueron estímulos para que<br />
ellos, asimismo, mejoraran su nivel en el agua.<br />
Tómese un instante para evaluar su grupo<br />
de compañeros. ¿Quiere convertirse en las<br />
personas que ve a su alrededor? Si no es así,<br />
es el momento de hacer un cambio.<br />
¿Qué tal su entorno? Los lugares en los<br />
que pasa el tiempo y las personas con las que<br />
pasa el tiempo ¿van a encender la chispa de<br />
campeón en usted y a llevarlo a la victoria? ¿O<br />
van a hacer que se quede estancado y empujarlo<br />
a la derrota?<br />
Su entorno y sus compañeros son vitales<br />
para tener éxito, especialmente para quienes<br />
se reintegran a la sociedad. La victoria no se<br />
da porque sí, tiene que planificarla. Tómese<br />
tiempo para pensar dónde debe vivir y con<br />
quién. Ore y pídale a Dios que guíe sus pasos.<br />
Con Su ayuda, el entorno adecuado y un<br />
buen sistema de apoyo, la victoria será suya.<br />
KRISTI OVERTON JOHNSON motiva a las<br />
personas y les da herramientas para que logren la<br />
victoria mediante sus historias, conferencias y el<br />
ministerio carcelario. Para más información, visite<br />
kojministries.org.<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
Número 02 / <strong>2023</strong><br />
7s
¿Quiere<br />
confiar<br />
en Dios?<br />
L A HISTORIA<br />
DE PAULA FOX<br />
Hay momentos que<br />
se quedan grabados<br />
en la memoria para<br />
siempre, como el nacimiento<br />
de un hijo<br />
o cuando lo llevamos a casa. Todavía puedo<br />
recordar claramente el enterito que le<br />
puse a Brett, mi hijo menor, cuando salimos<br />
Brett. Hacía meses que no hablábamos y<br />
nuestra última conversación había terminado<br />
en discusión. Por desgracia, era<br />
normal entre nosotros.<br />
Pero esta llamada iba a ser distinta. Al<br />
responder, oí gemidos inmediatamente<br />
del otro lado. Era un llanto que venía de<br />
un lugar de miedo y pánico total.<br />
trataba de resignarse a aceptar términos<br />
como “vigilancia suicida” y “sin fianza”. Me<br />
estaba ahogando en una mezcla abrumadora<br />
de sentimientos: miedo, tristeza, vergüenza,<br />
culpa y desolación. Derramé las lágrimas de<br />
toda una vida.<br />
Me senté sola en mi lugar especial y re corrí<br />
mi Biblia, buscando con desesperación<br />
FOTO DE PARKER ROSE OVERTON<br />
del hospital para llevarlo a casa—un “osito”.<br />
Mi hijo trató de recuperar el aliento para<br />
la manera de escapar de mi tristeza. En ese<br />
Me encantaba acurrucarlo en mis brazos en<br />
contarme que tenía una orden de arresto.<br />
momento no entendía la profundidad del<br />
esa ropita suave. Esa clase de recuerdo no<br />
Estaba yendo a entregarse a la policía.<br />
amor de Dios por mí y por mi hijo; en ese<br />
tiene precio.<br />
Créame: ningún padre está preparado<br />
momento estaba aterrada.<br />
Pero también están los recuerdos que<br />
para esa conversación.<br />
Un día, mientras le rogaba a Dios que me<br />
desearía poder olvidar, como el día que me<br />
Como mamá, busqué como loca las pa<br />
librara del dolor, Él me guió a la historia de<br />
enteré de que ese mismo hijo iba a la cárcel.<br />
labras adecuadas para tranquilizarlo, para<br />
Pablo y su “espina en la carne” (2 Corintios<br />
Esa llamada telefónica que cambiaría mi vida<br />
asegurarle de que todo saldría bien. Pero<br />
12:7–9). Como yo, Pablo le había rogado al<br />
se produjo cuatro días antes de Navidad en<br />
lo único que pude hacer fue llorar con él y<br />
Señor que lo librara del dolor en su vida. Pero<br />
2015. Recuerdo cada detalle.<br />
decirle “te quiero”. Estaba sola y aterrada<br />
el Señor le respondió: “Mi gracia es todo lo<br />
Estaba por salir para hacer unas compras<br />
cuando colgué el teléfono.<br />
que necesitas; mi poder actúa mejor en la<br />
de último momento cuando sonó mi teléfono.<br />
Los días y semanas que siguieron<br />
debilidad” (NTV).<br />
No iba a contestar, pero vi que me llamaba<br />
son una nebulosa. Mi corazón de madre<br />
No podía salir de ese versículo. Lo leía otra<br />
8s Número 02 / <strong>2023</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
vez. Y otra vez. Cada vez, algo distinto me saltaba<br />
a la vista.<br />
“Su poder actúa mejor en mi debilidad”.<br />
“Su poder actúa mejor en mi debilidad”.<br />
“Su poder actúa mejor en mi debilidad”.<br />
Dios me iluminó el corazón y la mente<br />
mientras meditaba sobre este versículo y me<br />
di cuenta del contraste entre mi debilidad y el<br />
poder de Dios. Estar debilitada me permitió<br />
experimentar la amplitud del poder de Dios.<br />
Me hizo ver el poder de Dios en acción y me di<br />
cuenta que la adversidad no era mi enemiga.<br />
No era por lo que debía orar inmediatamente<br />
para librarme de ella.<br />
Pero no me gustaba sentirme desolada<br />
ni débil. Siempre fui una persona que está<br />
al control, tan confiada en mí misma como<br />
se puede ser. Y sin embargo…nunca parecía<br />
lograr el resultado que deseaba. Honestamente,<br />
a menudo empeoraba las cosas. Y<br />
eso me llevó a sentir pena por mí misma y<br />
amargura.<br />
Era un vivo ejemplo de la Palabra de Dios<br />
en Jeremías 17:5: “Malditos son los que ponen<br />
su confianza en simples seres humanos, que<br />
se apoyan en la fuerza humana y apartan el<br />
corazón del Señor” (NTV).<br />
El Señor me enseñó que confiar en mí misma<br />
me había impedido tener una relación<br />
personal profunda con Él. Espiritualmente,<br />
era una cristiana vacía que creía que tenía<br />
todo bajo control.<br />
La detención de mi hijo fue una situación<br />
sobre la que no tenía control alguno. Mi hijo<br />
estaba enfrentando una condena importante<br />
y por más que hiciera o confiara en mí misma,<br />
nada podía cambiar las consecuencias.<br />
Por primera vez en mi vida necesitaba a Dios<br />
desesperadamente. Sin Su intervención y<br />
ayuda, me habría ahogado en un mar de<br />
problemas.<br />
Y fue ahí cuando empecé a detectar la presencia<br />
de Dios en mi vida. Todo el tiempo me<br />
animaba y me preguntaba: “¿Confías en Mí?”.<br />
Me gustaría poder decir que me rendí y<br />
le dije que sí inmediatamente, pero no fue<br />
fácil. Después de todo, se trataba de mi hijo.<br />
¿Cómo podía confiar en que otro se ocupara<br />
y lo amara más que yo?<br />
Batallé con Dios durante meses, hasta que<br />
mi hermano me envió copia de un artículo sobre<br />
una madre desesperada y su hijo pródigo.<br />
Esa mujer hablaba sobre un sueño en<br />
el que decía una oración por su hijo, lo<br />
tocaba con la sangre de Jesús y luego le<br />
preguntaba a Dios: “Y ahora ¿qué?”. Dios<br />
le dijo que le dejara a su hijo. Luego ella<br />
contaba que puso a su hijo a los pies de la<br />
cruz y confió en el amor de Dios.<br />
Para cuando terminé de leer el artículo,<br />
estaba llorando con lágrimas de gozo y<br />
alivio mientras Dios le hablaba a mi corazón.<br />
Me invitó a dejarle a mi hijo a Él y a<br />
que confiara en Su amor. No, yo no podía<br />
estar con Brett. No podía ayudarlo.<br />
Pero Dios sí, y lo iba a hacer.<br />
Ese día puse a mi hijo en los brazos amorosos<br />
de mi Padre celestial. Encontré alivio<br />
de inmediato cuando Él me quitó esa carga<br />
pesada de los hombros.<br />
Después, oré con más confianza. Empecé<br />
a acercarme sin vergüenza al trono<br />
de gracia de Dios para pedirle la ayuda que<br />
necesitaba (Hebreos 4:16). Le pedí a Dios<br />
que enviara al Espíritu Santo para consolar<br />
y dar fuerzas a mi hijo (Juan 14:16)<br />
y que pusiera cristianos en su camino<br />
para guiarlo y compartir con él el amor<br />
de Jesús. El Espíritu de Dios también me<br />
dio consuelo a mí. Ya hacía unos años<br />
que Brett estaba cumpliendo su condena<br />
cuando me enteré de un ministerio<br />
carcelario llamado Kairos. Fui a una reunión<br />
de orientación para un grupo de<br />
voluntarios de la ciudad que organizaban<br />
fines de semana en una cárcel de mujeres,<br />
con la intención de formar una comunidad<br />
cristiana allí.<br />
Me sentí atraída al ministerio cuando oí<br />
historias de cómo se estaban transformando<br />
vidas. Dios me había guiado a ese lugar<br />
y me había preparado para ese momento.<br />
Recordé cuando le pedí a Dios que pusiera<br />
creyentes en el camino de Brett en la<br />
cárcel. Ahora el Señor me estaba llamando<br />
para entrar en el camino del hijo preso de otra<br />
persona y ser ejemplo vivo del amor de Cristo.<br />
Esos fines de semana con Kairos fueron<br />
una bendición para mí. ¡Me sentía tan a gusto!<br />
Había cerrado el círculo, desde que me<br />
la mentaba por ser la persona maldita en<br />
Jeremías 17:5 a ser testimonio viviente de<br />
Romanos 8:28. Por amar al Señor y poner en<br />
práctica Sus propósitos, Él se estaba ocupando<br />
Ahora el Señor me estaba llamando para<br />
entrar en el camino del hijo preso de otra<br />
persona y ser ejemplo vivo del amor de Cristo.<br />
Paula y Brett en la<br />
graduación universitaria de<br />
ella y luego en la graduación<br />
de secundaria de él.<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
Número 02 / <strong>2023</strong><br />
9s
Estoy agradecida por la encarcelación de<br />
mi hijo. Ambos necesitábamos llegar a esa<br />
situación límite para ver que Jesús estaba<br />
sentado a nuestro lado.<br />
del desafío más grande que enfrenté en mi<br />
vida, para mi bien y el de los demás.<br />
La mayor bendición de este proceso fue<br />
reconciliarme con mi hijo y crecer juntos en<br />
la fe. Honestamente, es más que una bendición.<br />
Es un milagro.<br />
Antes de que Brett fuera a la cárcel, nuestra<br />
relación había estado marcada por conflictos<br />
y separación. Cada año que pasaba, lo<br />
perdía un poco más. El hilo que nos unía se<br />
me estaba deshaciendo entre los dedos sin<br />
pausa. Pero había estado orando para que<br />
Dios salvara a mi hijo, y Él oyó mis plegarias<br />
(1 Tesalonicenses 5:16–18).<br />
Que Brett quiera hablar o no de su historia<br />
es cosa suya, pero él no tendría problema<br />
en decirle que iba camino de la destrucción<br />
hasta que Cristo intervino. El Señor hizo un<br />
trabajo monumental en su vida. Desde ya, su<br />
transformación no ocurrió de la noche a la<br />
mañana; no le pasa a nadie. Pero Dios nunca<br />
se dio por vencido con él, y yo tampoco.<br />
En 2019 asistí a un “día de la familia” en<br />
la cárcel, donde mi hijo dio su testimonio.<br />
Cuando estaba terminando, volteó hacia mí<br />
y me agradeció por no darme por vencida<br />
con él. Pidió perdón por el dolor que había<br />
causado y luego habló de la base de fe que<br />
yo le había inculcado. No puedo explicar el<br />
gozo que sentí ese día.<br />
Las visitas de Paula a Brett en<br />
la cárcel motivaron mucho a<br />
ambos. Foto de 2019.<br />
Nunca pensé que diría esto, pero estoy<br />
agradecida por la encarcelación de mi hijo.<br />
Ambos necesitábamos llegar a esa situación<br />
límite para ver que Jesús había estado<br />
sentado a nuestro lado todo el tiempo.<br />
Jesús es el Único que podía liberarnos<br />
de las garras del enemigo. Solo Él podía<br />
mostrarnos el camino de la restauración y<br />
amarnos lo suficiente como para perdonar<br />
nuestros errores del pasado. Y luego nos<br />
enseñó a perdonarnos a nosotros mismos<br />
y el uno al otro, para poder amarnos como<br />
Él nos ama.<br />
No voy a mentir: Brett y yo todavía tenemos<br />
días complicados. Ha sido un proceso<br />
largo y difícil, con muchos desafíos. En<br />
estos siete años, estuvo en siete cárceles<br />
distintas y cada traslado lo alejaba más<br />
de casa. Sobrevivimos a la pandemia, que<br />
impidió que nos viéramos durante más de<br />
un año. Y no hay palabras para explicarle<br />
las injusticias que debió soportar para<br />
sobrevivir.<br />
La Palabra de Dios nos motiva y anima<br />
siempre. Josué 1:9 dice: “¡Sé fuerte<br />
y valien te! No tengas miedo ni te desanimes,<br />
porque el Señor tu Dios está contigo<br />
donde quiera que vayas” (NTV). Tengo<br />
presente este versículo cuando necesito<br />
recordarme que Dios está conmigo.<br />
Si bien estoy agradecida por todo lo<br />
que Dios hizo por nosotros estos años,<br />
estoy ansiosa por cerrar este capítulo de<br />
nuestras vidas. Brett quedará en libertad<br />
en pocos meses y espero con ganas que<br />
vuelva a casa y poder abrazarlo. Ya no voy a<br />
tener que irme sin él. Espero que hagamos<br />
largas caminatas y disfrutemos juntos de<br />
nuestras comidas preferidas.<br />
Al mismo tiempo, soy consciente de que<br />
adaptarse a la vida fuera de la cárcel va<br />
a ser un desafío en sí mismo. Brett deberá<br />
lidiar con las consecuencias colaterales de<br />
la condena por su delito. A veces me siento<br />
abrumada por la realidad de los desafíos que<br />
deberá enfrentar. Hasta le pregunté a Dios:<br />
“¿Cuánto más podemos soportar?”.<br />
Pero Dios respondió rápidamente, llevándome<br />
a Mateo 16:9: “¿Todavía no entienden?<br />
¿No recuerdan los cinco mil que alimenté<br />
con cinco panes y las canastas con sobras<br />
que recogieron?”.<br />
Jesús tuvo que recordar a Sus discípulos<br />
sobre milagros anteriores y ahora Dios también<br />
me los estaba recordando. Nunca debo<br />
olvidar Sus muestras de misericordia y todo<br />
lo que ha hecho por mi hijo y por mí; de hacerlo,<br />
le permitiría al enemigo que se infiltre<br />
y me abrume con sus mentiras.<br />
Nada es demasiado difícil para Dios (Jeremías<br />
32:17). De hecho, cuanto mayor es el<br />
desafío, mayor oportunidad tenemos de<br />
experimentar el poder de Dios. Con Cristo<br />
podemos enfrentarlo todo (Mateo 19:26; Filipenses<br />
4:13). No podemos enfrentarnos a<br />
oscuridad alguna que la luz de Jesús ya no<br />
haya conquistado (Juan 1:5).<br />
Tal vez también se esté debatiendo con<br />
dudas y escenarios posibles. Cuesta enfrentar<br />
lo desconocido. Déjeme animarlo a que recuer<br />
de la fidelidad de Dios y Su promesa, que<br />
está en Josué 1:9. No está enfrentando solo<br />
la oscuridad. Dios está con usted. Siempre.<br />
Él se va a presentar y va a trabajar por su<br />
situación de maneras increíbles. ¿Quiere<br />
confiar en Él?<br />
Espero que mi historia le ayude a responder<br />
con un rotundo sí y amén.<br />
PAULA FOX ama al Señor y ama servir a Sus hijos<br />
entre rejas. Ofrece su tiempo voluntariamente en el<br />
ministerio carcelario Kairos y Victorious Living.<br />
10s Número 02 / <strong>2023</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
UN PASO ADELANTE<br />
ES HORA DE UN EXAMEN OCULAR<br />
POR CHRISTINA KIMBREL<br />
MIS PROBLEMAS DE VISIÓN comenzaron<br />
en la escuela primaria. Por suerte una<br />
maestra se dio cuenta de que me estaba<br />
esforzando para ver el pizarrón. También<br />
me quejaba todo el tiempo de tener dolor de<br />
cabeza. Ella llamó a mis papás para contarles.<br />
La visita al optometrista determinó que<br />
yo era muy miope. Tuve mi primer par<br />
de anteojos en quinto grado y disfruté desde<br />
el primer momento la visión clara y aguda<br />
que me daban. Pero el alivio duró poco, ya<br />
que mi visión se deterioró pronto y necesité<br />
lentes nuevos.<br />
En los últimos cuarenta años, visité al<br />
oftalmólogo decenas de veces. Siempre sé<br />
que es hora de volver porque mi visión empieza<br />
a ser borrosa otra vez. A pesar de los<br />
ajustes periódicos que necesito, igual estoy<br />
agradecida por las mejoras tecnológicas en<br />
optometría que siguen corrigiendo mi visión<br />
con eficacia.<br />
También es importante cuidar los ojos del<br />
espíritu. Es más, las visitas periódicas al Gran<br />
Doctor son indispensables para mantener<br />
nuestra visión espiritual clara y aguda.<br />
En Mateo 6:22–23, Jesús dice: “Cuando tu<br />
ojo está sano, todo tu cuerpo está lleno de<br />
luz; pero cuando tu ojo está enfermo, todo<br />
tu cuerpo está lleno de oscuridad”.<br />
Por supuesto, no hablaba de los ojos que<br />
tenemos en la cara, sino los del espíritu.<br />
Vemos a cada persona y circunstancia<br />
de nuestra vida a través de un lente espiritual;<br />
por lo tanto, debemos ser conscientes<br />
de cómo cuidamos esa visión. Si nuestra<br />
vista está descalibrada, no podemos ver<br />
la vida desde la perspectiva eterna. Ni podemos<br />
ver a los demás con los mismos ojos<br />
llenos de amor que tiene Jesús.<br />
Antes de conocerlo, tenemos una ceguera<br />
espiritual y no podemos ver las<br />
cosas que revelan la gloria de Dios, como<br />
la creación y la verdad de las Escrituras<br />
(1 Corintios 2:14). Pero con la ayuda del<br />
Espíri tu Santo, nuestros ojos se abren<br />
mila gro samente a la necesidad de salvación,<br />
que solo procede de Jesús.<br />
Cuando Él ya vive en nuestro corazón,<br />
comenzamos a vernos a nosotros mismos,<br />
nuestros pecados y al mundo de<br />
otra manera. El apóstol Pablo oró para<br />
que todos los que nos hagamos creyentes<br />
tengamos iluminados los ojos del corazón,<br />
para que conozcamos la gloria que Él trae<br />
consigo (Efesios 1:18).<br />
Tal como me pasa con mi visión física,<br />
noto cuando mi visión espiritual se vuelve<br />
borrosa. Sé que necesito hacer un ajuste.<br />
Si presto atención, me daré cuenta de<br />
que mi insatisfacción viene de no ver mi<br />
vida con gratitud. Mi actitud prejuiciosa<br />
o impaciente es prueba de que me estoy<br />
olvidando de ofrecer a los demás la misma<br />
gracia y compasión que Dios me da cada día.<br />
Cuando me consume la necesidad de que me<br />
aprueben quienes me rodean, es señal segura<br />
de que mis ojos están fijos en cualquier cosa,<br />
menos en Jesús.<br />
¿Su visión de la vida está distorsionada y<br />
es nociva? ¿Nota los errores o falencias de los<br />
demás con más frecuencia? ¿Le cuesta imaginar<br />
que una situación difícil pueda tener un<br />
resultado positivo?<br />
Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas<br />
es “sí”, puede que sea el momento<br />
para evaluar sus ojos.<br />
Pase un tiempo a solas con el Señor y pídale<br />
que le muestre por qué está perdiendo su<br />
visión espiritual. Solo Él le puede ayudar<br />
a volver a ver con claridad. Permítale que<br />
busque en su corazón el pecado o las distracciones<br />
que nublaron su perspectiva. Pídale<br />
que le devuelva la vista, para volver a ver la<br />
luz en la oscuridad y las bendiciones en medio<br />
de las dificultades.<br />
Si lo visita con frecuencia y le permite volun<br />
tariamente que le ajuste la corrección de<br />
los lentes, siempre va a tener visión perfecta.<br />
CHRISTINA KIMBREL es la Gerente de Producción<br />
de VL. Tras pasar por la cárcel, ahora lleva esperanza a<br />
quienes están presos de sus circunstancias pasadas o<br />
presentes, compartiendo el mensaje de sanación que<br />
encontró en Jesús.<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
Número 02 / <strong>2023</strong><br />
11s
DIOS LE<br />
PUEDE<br />
CAMBIAR<br />
EL FUTURO<br />
¿C<br />
LA HISTORIA DE<br />
MIKE JENKINS<br />
ómo estás, Mike?”.<br />
Mi abuela me preguntaba eso cada vez que<br />
estábamos solos en el auto. Mi comportamiento era<br />
cada vez peor y ella estaba segura de que lastimarme<br />
o quizá lastimar a otro solo era cuestión de tiempo.<br />
“No es bueno guardarse todos esos sentimientos<br />
adentro”—me advertía.<br />
Pero, aunque quisiera responderle, no podía. No<br />
sentía nada. No siempre fui así. De niño, tuve muchos<br />
sentimientos…pero pocos parecían buenos. Así que me<br />
los guardaba y seguía.<br />
Mi mamá me tuvo a los 15 años. Era joven, soltera,<br />
pobre y totalmente adicta al crack. Nuestro hogar era<br />
un caos y no tenía un lugar seguro donde pudiera expresar<br />
lo que sentía. Mamá no estaba capacitada para<br />
escucharme ni emocional, ni mental ni físicamente.<br />
Mucho menos para ayudarme a analizar mi dolor.<br />
Si le hubiera contado a alguien cómo me sentía,<br />
habría tenido que hablar de la raíz del problema, y eso<br />
habría roto un código tácito entre mi mamá y yo. Lo que<br />
pasaba en casa se quedaba en casa.<br />
La adicción de mamá y nuestra vida en el complejo de<br />
departamentos pobres me exponía a muchos peligros.<br />
Nuestro vecindario estaba lleno de cosas malas, drogas<br />
12s Número 02 / <strong>2023</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
FOTO DE GERI SIMPKINS PHOTOGRAPHY<br />
y delito. Cuando tenía cinco años, fui testigo de un<br />
tiroteo desde un auto. No mucho tiempo después,<br />
a mi mejor amigo le dispararon y lo mataron. Esas<br />
experiencias traumáticas dejaron una herida en mi<br />
corazón de niño. Mi mamá andaba con un grupo<br />
pesado y a veces le ocurrían cosas horribles.<br />
A la noche me sentía más vulnerable y con más<br />
miedo. Me acostaba en la cama y oía los ruidos de<br />
la calle, los apartamentos vecinos y, a veces, incluso<br />
del nuestro. Alaridos. Gritos. Tiros.<br />
Cuando mamá tuvo a mi hermana, era yo el que<br />
le cambiaba los pañales, le daba el biberón incluso<br />
durante la noche, porque mamá estaba incapacitada.<br />
Y yo apenas tenía siete años.<br />
Al final, mamá nos llevó del complejo de Virginia a<br />
Carolina del Norte para estar cerca de la familia. Pero<br />
su adicción y la pobreza se mudaron con nosotros.<br />
Entiéndame bien: yo quiero a mi mamá. Hoy está<br />
curada de su adicción y nuestra relación es buena.<br />
Hablo de esos detalles para explicar de dónde vengo<br />
y dar testimonio de la bondad de Dios. Él nos rescató<br />
a mi abuela, a mi mamá y a mí de patrones familiares<br />
destructivos y malas decisiones. Pero pasamos por<br />
mucho para llegar a eso.<br />
Con el tiempo, el miedo y la soledad se convirtieron<br />
en decepción. Cada vez que mamá elegía el crack, en<br />
vez de a mí, me sentía abandonado. Su adicción fue<br />
la causante de muchas promesas no cumplidas y la<br />
falta de necesidades básicas. Al final, la decepción<br />
se convirtió en resentimiento.<br />
Estaba enojado con mamá por no hacerse cargo<br />
de nosotros. Sentía resentimiento hacia ella porque,<br />
aunque quería a mis hermanos, tenía que ocuparme<br />
de ellos. Si bien esa obligación probablemente me<br />
salvó la vida porque me mantenía ocupado y lejos<br />
de la calle, en ese momento sentía que me habían<br />
robado la infancia.<br />
La adicción de mamá y el hecho de que terminara<br />
presa hizo que mis hermanos y yo pasáramos de un<br />
familiar a otro entre Carolina del Norte y del Sur.<br />
Estoy agradecido por el cariño y la seguridad que<br />
se ocuparon de darnos mi abuela y su hermana, la<br />
tía Sarah, pero mudarnos significó ir a vecindarios<br />
nuevos y escuelas nuevas. Parecía que yo siempre era<br />
el nuevo y que la gente siempre me miraba de arriba<br />
abajo. Mi autoestima era casi inexistente. Casi todo<br />
el tiempo estaba solo y mantenía la boca cerrada.<br />
Pasar de la casa de mamá—donde no había<br />
reglas—a la de tía Sarah, donde había reglas y consecuencias,<br />
no fue fácil. No me gustaba que me dijeran<br />
lo que tenía que hacer y me volví rebelde. Mi nueva<br />
escuela primaria tuvo que elaborar un programa<br />
interno de suspensiones solo para mí.<br />
Por esa época se hicieron populares las películas<br />
que endiosaban la vida de las pandillas. De pronto<br />
mis experiencias de vida estaban ahí mismo, en la<br />
pantalla grande y me di cuenta de cuánto poder alguien<br />
de la hermandad—como yo—podía tener sobre<br />
los demás. Me revoloteaban por la cabeza ideas y<br />
pensamientos oscuros cuando me imaginaba cómo<br />
sería ser un asesino. Tal vez sería un sicario.<br />
En séptimo grado, ya andaba con cuchillos,<br />
amenazando a mis compañeros y fumando marihuana.<br />
Me gustaba estar drogado. Tuve mi primer<br />
revólver en octavo grado y en noveno le lancé un<br />
machete a un hombre a la cabeza. Voy a decir en mi<br />
Der.: De joven, Mike<br />
se vio expuesto<br />
a muchas cosas<br />
malas que a<br />
menudo podían<br />
convertir un<br />
parque en un<br />
territorio violento.<br />
Últ. der.: Mike<br />
cumplió el rol<br />
de padre con<br />
sus hermanos<br />
menores. En<br />
la foto, con su<br />
hermano menor.<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
Número 02 / <strong>2023</strong><br />
13s
El deporte le dio<br />
a Mike una buena<br />
forma de escape de<br />
su vida traumática.<br />
La foto es de su<br />
último año de<br />
secundaria y la<br />
de abajo es con el<br />
equipo de básquet<br />
de la Escuela<br />
Secundaria Kinston.<br />
defensa que estaba tratando de abusar sexualmente de mí,<br />
pero solo por gracia de Dios no lo maté ni lastimé a nadie.<br />
Lo bueno fue que en junior high entré en un equipo de<br />
fútbol. Siempre había hecho actividad física, pero nunca<br />
había participado en deportes organizados por mis obligaciones<br />
en el hogar. Me fue bien y el entrenador me dijo que,<br />
si me esforzaba, podría ir a la universidad con una beca de<br />
futbolista. Ese era un concepto extraño para mí; nunca se me<br />
había ocurrido la idea de que pudiera tener futuro.<br />
Me hizo sentir genial ser parte de un equipo organizado<br />
y ser bueno en algo, pero duró poco. Mamá me hizo la gloriosa<br />
promesa de vacaciones de verano, en las que terminé<br />
teniendo que ocuparme de mis hermanos un largo tiempo.<br />
Las prácticas de fútbol eran imposibles. La desprecié todavía<br />
un poco más.<br />
En undécimo grado me mudé a la casa de un pariente<br />
en Kinston, Carolina del Norte, y logré entrar al equipo de<br />
fútbol. Asombrosamente, pronto tuve el segundo puesto en<br />
el ranking de capturas del Estado. Pasé de ser nadie a ser<br />
alguien. Un mafioso del lugar me compró zapatos caros; las chicas me<br />
perseguían y me hablaba gente que ni conocía.<br />
Hice planes para ir a la universidad estatal de Carolina del Norte y<br />
me destaqué en el campamento de fútbol…pero mi confianza pronto<br />
se convirtió en humillación, porque mis calificaciones no alcanzaban.<br />
En cambio, fui a la universidad estatal de Fayetteville. Jugaba bien y<br />
me esforzaba mucho y el entrenador me dijo que tenía lo que hacía<br />
falta para llegar a profesional.<br />
No había pasado un mes en la universidad cuando mi novia me<br />
dijo que estaba embarazada. No lo tomé bien. Acababa de liberarme<br />
de tener que criar a mis hermanos ¿y ahora tenía que criar a otro<br />
niño? No, gracias.<br />
Me escapé. Dejé la universidad, le dije adiós al fútbol y volví a la<br />
casa de tía Sarah en Carolina del Sur. Necesitaba espacio para ver<br />
qué hacer y más droga para callar las voces desconcertantes que<br />
gritaban en mi cabeza.<br />
Conseguí un miserable trabajo de albañil que pagaba poquísimo.<br />
Todos los días, después del trabajo, mis compañeros se sentaban a<br />
perder el tiempo y fumar crack en pipa. ¿Este iba a ser mi futuro? No<br />
parecía muy distinto de mi infancia y odié más a mi mamá. Todavía<br />
seguía haciéndola responsable de mi vida arruinada.<br />
Sin duda el estilo de vida de mi mamá nos había afectado a mis<br />
hermanos y a mí. Pero…¿y las cosas que yo había hecho? Había usado<br />
pistolas y cuchillos y había vendido droga. Me había rebelado contra<br />
la autoridad y planeados robos. Había embarazado a mi novia y luego<br />
la abandoné y también abandoné un potencial futuro en el fútbol.<br />
Nada de eso fue culpa de mamá, pero mi corazón albergaba odio e<br />
incapacidad de perdonar.<br />
Hebreos 12:15 (NTV) dice: “Tengan cuidado de que no brote ninguna<br />
raíz venenosa de amargura, la cual los trastorne a ustedes y envenene<br />
a muchos”. Durante años había permitido que una raíz venenosa de<br />
amargura creciera sin control en mi corazón y mi mente y ahora estaba<br />
consumiendo el fruto.<br />
Pronto dejé mi trabajo de albañil para traficar drogas y trabajar<br />
como guardaespaldas. Hice $3.000 el primer día y eso me atrapó. Pero<br />
vender esas drogas a menudo me llenaba de culpa. Estaba destruyendo<br />
la vida de esos chicos con la mismísima droga que había destruido la<br />
de mi mamá. Empezó a pesarme mucho.<br />
Además, había mucha tensión entre los tipos que trabajaban para<br />
mi jefe y yo. Ellos habían estado con él durante más tiempo, pero yo<br />
me había convertido en su mano derecha.<br />
Llegué a tener tanto miedo de que alguien quisiera hacerme desaparecer<br />
que tuve un colapso nervioso. Estaba traficando en un bar y<br />
empecé a llorar sin parar. Fui al baño para recomponerme, pero no<br />
pude. Entonces llamé a mi abuela y le conté lo que estaba pasando.<br />
“Mike, tienes que ir a la iglesia y además ver a un profesional de la<br />
salud mental”. Era apenas la centésima vez que me lo decía. En cambio,<br />
decidí volver a Carolina del Norte. Mi abuela me seguía diciendo<br />
que buscara ayuda, pero yo no quería que un médico indagara en mi<br />
cabeza. Yo sabía que tenía problemas.<br />
Finalmente decidí que iría a la iglesia, caminaría hasta el altar y<br />
fingiría entregarle mi vida a Jesús. Tenía que ir solamente una vez y<br />
14s Número 02 / <strong>2023</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
después le diría a mi abuela que su plan no había funcionado. Luego<br />
volvería a la calle para vengarme. Había aprendido mucho con los<br />
años; ya estaba listo para tener mi propio equipo.<br />
Llegó el domingo y esperé en el último banco que el pastor llamara<br />
para acercarse al altar. Entré en la nave y di un paso hacia delante—<br />
pero de pronto, se me inundaron los ojos de lágrimas. Cuanto más me<br />
acercaba al pastor, más fuerte lloraba.<br />
Yo tenía un plan. Dios tenía otro.<br />
Empecé a ir a la iglesia más seguido. Era el único lugar en que podía<br />
encontrar alivio para mis pensamientos oscuros. A veces salía de la<br />
iglesia y encendía un porro. Los muchachos se burlaban de mí: “Mike,<br />
¡ni siquiera te quitaste el traje y estás fumando marihuana!”. Todavía<br />
tenía mucho por mejorar, pero iba en la dirección correcta.<br />
Como estaba en Carolina del Norte, empecé a pasar más tiempo<br />
con mi hijo. Yo nunca había tenido una relación padre–hijo sana, pero<br />
estaba intentando. Y Dios iba a utilizar a esa criatura para derretir mi<br />
corazón endurecido.<br />
Lo llevaba a la plaza y le decía que fuera a jugar, mientras me quedaba<br />
sentado en el auto fumando marihuana. Con el tiempo, fui notando<br />
que los otros padres interactuaban con sus hijos. Jugaban y hablaban<br />
con ellos. Yo quería tener una relación así con mi hijo. El día que vi al<br />
papá de otro chico jugando en el tobogán con mi hijo fue el día que<br />
apagué el porro y salí del auto. ¡Ese era mi hijo!<br />
En esa época tenía una relación inestable con Tanya, su mamá.<br />
Terminé dejándola embarazada otra vez. Ojalá pudiera decir que estaba<br />
tratando de ser tan bueno con ella como lo era con nuestro hijo,<br />
pero no es así. Ver el miedo en sus ojos me encendía tanto. Me da asco<br />
pensar en el infierno que le hice pasar.<br />
Pero todo cambió cuando nuestra hija nació muerta. El médico dijo<br />
que había muerto por estrés prenatal. Tanya y yo sabíamos que yo era<br />
la causa de ese estrés. En su dolor, me dejó fuera de su vida y no la<br />
puedo culpar. Yo también me odiaba.<br />
Qué ironía: durante años había querido ser un asesino y ahora lo<br />
había logrado.<br />
Agradezco que Dios no desperdicie nada, ni siquiera nuestros pecados.<br />
Por esta experiencia llegué a la entrega real y tomé en serio mi<br />
fe. Dejé de ir a la iglesia para sentirme mejor; ahora iba para que Dios<br />
me enseñara, me cambiara y me usara.<br />
Las Escrituras empezaron a hablarle directo a mi corazón, revelándome<br />
la profundidad del amor de Dios por mí (Efesios 3:18) y<br />
reconociendo mi identidad como hijo de Dios (1 Juan 3:1). Me dieron<br />
corrección (2 Timoteo 3:16–17) y me enseñaron que para ser una persona<br />
nueva debía cambiar mi modo de ver (Romanos 12:2; 2 Corintios<br />
10:5, Colosenses 3:1–3).<br />
Cambiar mi forma de pensar fue un trabajo de tiempo completo.<br />
Nunca me había visto sino como un chico pobre de un barrio pobre.<br />
Un paria. El hijo de una adicta al crack. Un talento desperdiciado. Un<br />
destructor de vidas. Pero la Biblia me enseñó otra cosa. En Cristo, yo<br />
era alguien amado y aceptado y Dios tenía grandes planes para mí.<br />
Tanya notó el cambio, pero no lo creyó. Con el tiempo, sin embargo,<br />
vio que era real. Volvimos juntos y la dejé embarazada otra vez. Todavía<br />
no había ajustado mi vida sexual a la Palabra de Dios.<br />
Cuando nació nuestro hijo, Tanya le entregó su vida a Jesús<br />
y nos casamos. Trabajé como conserje en una iglesia local,<br />
colaboré en el ministerio de los jóvenes y traté de imitar al<br />
pastor…¡hasta en la ropa! Tanya también trabajó mucho.<br />
Al año, Tanya y yo tuvimos una hija. Criar a tres niños era<br />
difícil, pero se puso peor cuando aparecieron familiares en<br />
nuestra casa. ¡Diez personas compartíamos una casa de tres<br />
dormitorios y un baño!<br />
Estaba al borde de la locura cuando oí una voz que me decía:<br />
“Ve a Rhema” (una universidad teológica de Oklahoma). Estaba<br />
solo en el trabajo y supe que me hablaba el Señor. Le conté lo<br />
sucedido a Tanya y obedecimos la directiva de Dios, aunque<br />
todos los demás pensaban que nos habíamos vuelto locos.<br />
En Rhema Dios empezó la obra buena que continúa hasta<br />
el día de hoy (Filipenses 1:6). Aunque debo admitir que a<br />
menudo dudé de Él.<br />
Todas las semanas corría al altar y clamaba por Su provisión.<br />
“¿Dónde estás, Dios? ¿No ves nuestras necesidades?”.<br />
NO PUEDE CAMBIAR<br />
EL PASADO. NADIE<br />
PUEDE. PERO CON<br />
DIOS, SU FUTURO<br />
PUEDE CAMBIAR.<br />
Hacía toda una escena orando, adorando, bailando y recitando<br />
Sus promesas. Le mencioné Marcos 11:24 tantas veces,<br />
pero las cosas no mejoraron para nada. Un día me negué a<br />
seguir adelante.<br />
“Dios, hace semanas que ‘creo para poder recibir’. Hice<br />
todo lo que sé hacer ¡y no está funcionando! Te obedecimos<br />
y vinimos a Rhema, y ahora nos están por desalojar de la<br />
casa. Ni siquiera podemos pagar la gasolina del auto”. Alcé<br />
las manos al reino espiritual y le dije a Dios que, si quería<br />
que nos quedáramos, tenía que ocuparse de nosotros. Ya no<br />
quería seguir preocupándome.<br />
Al concluir esas palabras, me inundó una sensación de paz.<br />
Resulta que lo único que Él quería era que confiara. Dios me<br />
estaba pidiendo que creyera, no que actuara; que me quedara<br />
quieto y supiera que Él es Dios (Salmo 46:10). A partir de ese<br />
momento, Dios se presentó de las maneras más increíbles;<br />
nunca nos ha defraudado.<br />
En Rhema comencé el proceso de desentrañar el dolor de<br />
mi infancia. Aprendí sobre la gracia y Dios me ayudó a perdonarme<br />
a mí mismo y a mi mamá. Me reveló que siempre<br />
había estado a mi lado. Salvándome. Protegiéndome. Guiándome.<br />
Acercándome a Él.<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
Número 02 / <strong>2023</strong><br />
15s
Der.: Dios<br />
restauró la<br />
relación de Mike<br />
con su abuela<br />
Glenda y su<br />
mamá Sandra y<br />
regeneró su vida.<br />
Últ. der.: Mike<br />
trabaja como<br />
entrenador<br />
emocional de<br />
la FCA para el<br />
equipo de fútbol<br />
de la ECU.<br />
YO TENÍA UN<br />
PLAN. DIOS<br />
TENÍA OTRO.<br />
Mi fe creció a pasos agigantados.<br />
Sabíamos que Dios estaba<br />
con nosotros mientras nos preparábamos<br />
para recibir un hijo<br />
más. Habíamos planeado volver<br />
a Carolina del Norte inme diatamente<br />
después de la graduación,<br />
pero Tanya entró en trabajo de parto doce semanas antes de<br />
la fecha.<br />
Nuestro hijo nació muerto. Nunca voy a olvidar su carita<br />
azulada y el pánico en los rostros de las enfermeras. Gracias a<br />
Dios, recibió reanimación neonatal, pero pasaría los dos meses<br />
siguientes en una incubadora.<br />
Tanya y yo lo visitábamos todos los días y también los equipos<br />
de oración de Rhema. Dios respondió a nuestras oraciones y sanó<br />
a nuestro hijo, pero nuestra cuenta bancaria quedó vacía. Esta<br />
era una verdadera prueba de fe y yo no la estaba aprobando.<br />
Para cuando volvimos a Carolina del Norte, no solo estábamos<br />
arruinados. Estábamos en un profundo agujero financiero. No<br />
teníamos nada a nuestro nombre y me sentí un fracasado cuando<br />
nos mudamos con la madre de Tanya.<br />
No importa cuánto trabajara, siempre nos faltaba. Se apoderó<br />
de mí la depresión y pensé en volver a la calle. Sabía cómo hacer<br />
dinero ahí. ¡Podía sacarnos de este embrollo! Mi amigo Travis me<br />
hizo desistir. Él y yo habíamos andado juntos en el secundario<br />
hasta que fue a la cárcel por robo.<br />
“Mike”—me dijo—“estoy cumpliendo una condena bastante<br />
larga por los dos. Consigue otro trabajo. No vuelvas a la calle”.<br />
Travis siempre había estado a mi lado.<br />
Seguí su consejo y tomé otros trabajos. Trabajé en Chick-fil-A,<br />
fui entrenador de fútbol, asistente de un profesor y conduje un<br />
ómnibus. Pero igual teníamos dificultades.<br />
“¿Dónde estás, Dios?”. Parecía haberse perdido. O quizá yo estaba<br />
perdido y había pasado por alto alguna de sus instrucciones.<br />
En Rhema había aprendido que cuando uno siente que perdió<br />
su conexión con Dios debe recordar el momento en que lo<br />
dejó. Dios no se va a ningún lado; Él no abandona a Sus hijos<br />
(Deuteronomio 31:6).<br />
La última vez que había sabido claramente de Dios fue cuando me<br />
dijo que fuera a Rhema. Me pregunté si había cometido un error al<br />
volver aquí. Tal vez debíamos regresar a Oklahoma. Le pedí a Dios<br />
que me perdonara y me indicara el camino. No pasó mucho tiempo<br />
hasta que un amigo me habló de un puesto en la Hermandad de<br />
Deportistas Cristianos (FCA).<br />
“No van a contratar a alguien como yo”. Yo era un tipo de un barrio<br />
pobre, que no sabía nada de organizaciones sin fines de lucro ni de<br />
conseguir ayuda financiera. No tenía conexiones con líderes empresarios<br />
exitosos y respetables de la comunidad. Mis únicas conexiones<br />
estaban en la calle y esa gente no buscaba deducción de impuestos.<br />
Pero Dios me demostró que solo lo necesitaba a Él. Yo no necesitaba<br />
conexiones ni una formación especializada; solo necesitaba un corazón<br />
bien predispuesto. Él me bendijo con un puesto como representante<br />
de área de la FCA. A los dos años, estaba supervisando a más de mil<br />
muchachos atraídos por la honestidad de mi mensaje y que podían<br />
identificarse con mi vida y experiencias de niño.<br />
En 2022, el Señor me permitió volver al fútbol en la Universidad de<br />
Carolina del Este, ya no como jugador, sino como entrenador emocional<br />
del equipo de fútbol de la ECU como parte de la FCA. Hoy estoy<br />
conectado con muchachos que buscan esperanza, estabilidad y una<br />
figura paterna, tal como yo a su edad. Qué privilegio tengo de compartir<br />
lo que aprendí y continúo aprendiendo mientras los ayudo a<br />
manejar sus emociones.<br />
En este momento Dios me está enseñando sobre la humildad y<br />
cómo servir a los demás. Antes tenía libertad para hacer las cosas a<br />
mi manera. Ahora estoy al servicio de otros entrenadores y líderes y<br />
es una experiencia nueva. Dios me está ayudando a dejar mi orgullo<br />
de lado.<br />
El crecimiento ilimitado es parte del recorrido de un cristiano. No<br />
siempre es fácil ni cómodo, pero vale la pena. Si desea hacer el trabajo<br />
con Dios, Él bendecirá su vida de maneras que jamás imaginó<br />
(Efesios 3:20).<br />
No puede cambiar el pasado. Nadie puede. Pero con Dios, su futuro<br />
puede cambiar.<br />
MIKE JENKINS es entrenador emocional de la FCA en le Universidad de Carolina<br />
del Este. Trabaja con pasión para ayudar a los jóvenes a que encuentren su<br />
identidad en Cristo.<br />
FOTOS DE GERI SIMPKINS PHOTOGRAPHY<br />
16s Número 02 / <strong>2023</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
UN PASO ADELANTE<br />
Que su conversación<br />
sea sobre su descubrimiento<br />
POR JULIE ENGSTROM<br />
ME MUDÉ MUCHAS VECES EN LOS<br />
últimos 40 años. Cada vez que llego a un lugar<br />
nuevo me pregunto si me convendrá ser sincera.<br />
¿Cuánto de mi pasado puedo mencionar<br />
en una conversación?<br />
Hoy, junto a mi esposo desde hace 30 años,<br />
me siento bendecida a pesar de haber librado<br />
mi buena dosis de batallas. Mucho antes de<br />
conocer al Señor y a mi esposo había estado<br />
en una relación tóxica con un drogadicto.<br />
En medio de la inestabilidad y el peligro<br />
que vienen con la adicción y la violencia<br />
doméstica, me volví codependiente y facilitadora.<br />
Seguí en esa relación incluso después de<br />
que él me pusiera un revólver en la cabeza<br />
y amenazara contra mi vida. Lo dejé cuando<br />
por fin me di cuenta de que no lo podía salvar.<br />
Me llevó muchos años superar todo el trauma,<br />
y todavía tengo detonadores que manejo<br />
durante mis momentos de oración con Jesús.<br />
No pude hablar de esa parte de mi vida<br />
durante años. Tenía miedo de que me rechazaran<br />
o juzgaran. Ahora que conozco a<br />
Jesús y experimento Su perdón y Su gracia,<br />
no tengo tanto miedo de contar quien fui en<br />
el pasado porque me concentro en quien y de<br />
quien soy ahora.<br />
Tener la libertad de ser sincera con la gente<br />
es increíble. La transparencia que conseguí<br />
me liberó de la vergüenza y la culpa. También<br />
ayuda a otros a liberarse y hablar de su<br />
experiencia.<br />
Me encanta la historia de la samaritana.<br />
Se sentía tan sola y aislada de la comunidad<br />
que hacía de todo para evitar a la gente. Pero<br />
Jesús hizo más, mucho más, para acercarse<br />
a su soledad (ver Juan 4).<br />
Cuando comenzaron a hablar, era evidente<br />
que se sentía turbada: “Usted es judío, y<br />
yo soy una mujer samaritana. ¿Por qué me<br />
pide agua para beber? ” (Juan 4:9 NTV). Lo<br />
entiendo porque durante mucho tiempo no<br />
me entraba en la cabeza que Jesús pudiera<br />
tener que ver nada conmigo.<br />
No tengo<br />
tanto miedo<br />
de contar<br />
quien fui en<br />
el pasado<br />
porque me<br />
concentro<br />
en quien y<br />
de quien soy<br />
ahora.<br />
Jesús ya conocía todo el pasado de esta mujer. Su<br />
objetivo al acercarse a ella fue hacerle ver el perdón y la<br />
salvación que le estaba ofreciendo. Cuando ella descubrió<br />
Su regalo, cambió la narrativa de su conversación.<br />
Ahora, en lugar de que la definieran por su reputación,<br />
podía hablar de su descubrimiento.<br />
Volvió corriendo adonde estaban las personas de las<br />
que siempre se escondía y les dijo: “¡Vengan a ver a un<br />
hombre que me dijo todo lo que he hecho en mi vida!<br />
¿No será este el Mesías?” (Juan 4:29 NTV).<br />
Yo era como la samaritana cuando conocí a Jesús.<br />
Ahora es mucho más fácil hablar de lo que hice en mi<br />
vida porque al final la historia se relaciona con Él, pero<br />
oro por sentir siempre esa pasión por hablar de Él.<br />
Él salvó mi vida, curó mis heridas y arregló todo lo<br />
que estaba roto dentro de mí. Quiero que usted y todos<br />
lo sepan.<br />
En Cristo encontré libertad y eso cambió mi conversación.<br />
La suya también va a cambiar cuando lo<br />
conozca.<br />
JULIE ENGSTROM es esposa y madre. Usa su talento para<br />
enseñar y estimular a los demás y así ayudarlos a aceptar su<br />
identidad en Cristo.<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
Número 02 / <strong>2023</strong><br />
17s
Ame como Jesús<br />
LA HISTORIA DEL PASTOR CHUCK FOREMAN<br />
Siempre sentí pasión por compartir el<br />
evangelio y ayudar a que quienes nunca<br />
oyeron hablar de Jesús se conviertan en Sus<br />
seguidores. Hasta me propuse llevar a cabo<br />
la gran comisión de Jesús (Mateo 28:18–20)<br />
como misionero en algún lugar lejano.<br />
Mi sueño era viajar a las selvas más profundas<br />
de Centroamérica y vivir en una choza con<br />
anacondas colgando del techo y todo. Pareció<br />
que el Señor aprobaba este plan cuando me<br />
envió una esposa bellísima que compartía mi<br />
pasión por el trabajo misionero. Hasta estaba<br />
de acuerdo con vivir en una choza. Nos imaginaba<br />
yendo a poblaciones no evangelizadas.<br />
Yo iba a traducir la Biblia, ella les enseñaría<br />
y juntos viviríamos felices para siempre<br />
sirviendo al Señor.<br />
Parece un plan fantástico ¿no? Es lo que<br />
pensamos también, pero Dios tenía otros<br />
planes primero (Proverbios 19:21). Después<br />
de casarnos, Kathy fue a vivir conmigo a<br />
Topeka, Kansas, donde yo había comenzado<br />
mi trabajo como pastor de una iglesia.<br />
Con Su sabiduría, Dios postergó nuestro<br />
deseo de servirlo en otro país. Sabíamos que<br />
algún día lo íbamos a hacer, pero no por el momento.<br />
Dios nos puso en Kansas porque sabía<br />
que a nuestra juventud le faltaba experiencia<br />
y una buena iglesia que nos enviara en misión<br />
para partir al otro lado del mundo.<br />
Después de cinco años el Señor nos concedió<br />
el deseo que teníamos. Él y nuestra iglesia de<br />
Kansas nos enviaron a Taiwán. Se convertiría<br />
en nuestro hogar durante 20 años. Aprendimos<br />
a hablar chino y fundamos una iglesia. Fue todo<br />
un desafío, pero Dios nos ayudó.<br />
Pasaron otros cinco años antes de que una<br />
sola persona respondiera a la Buena Nueva;<br />
pero cuando sucedió, Dios trabajó fuerte. Kathy<br />
y yo estábamos asombrados de la manera en<br />
que el Señor derretía el corazón de personas<br />
que habían estado tan lejos de creer en Él. A<br />
todo nuestro alrededor se transformaron vidas.<br />
El Señor utilizó a esas bellas personas para<br />
enseñarnos a vivir y amar como Jesús.<br />
En 2006 sentimos que el Señor nos guiaba<br />
de vuelta a Estados Unidos. Acepté el puesto<br />
de pastor principal y supervisor misionero de<br />
la Primera Iglesia Cristiana (FCC) de Phoenix,<br />
FOTO DE MARISSA PARKER<br />
18s Número 02 / <strong>2023</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
Arizona. Iba a necesitar todo lo que aprendí<br />
en Taiwán, porque Dios estaba por hacer algo<br />
nuevo en nuestra congregación (Isaías 43:19).<br />
Iba a utilizar ex convictos para hacerlo.<br />
Ministrar a ex presos era algo que no tenía<br />
en mi agenda cargada. Sí, había conocido ex<br />
presidiarios con los años y había oído sus historias<br />
fuertes de redención. Hasta había visitado<br />
la cárcel del condado con mi hermano, que es<br />
capellán de la policía y estudia para ser pastor.<br />
Admiraba el trabajo de mi hermano y la<br />
relación especial que tenía con personas que<br />
habían sido delincuentes, pero nunca me había<br />
imaginado en ese rol. Ni había estado en una<br />
comunidad cristiana con una cantidad considerable<br />
de ex convictos. Pero eso iba a cambiar,<br />
tras la visita inesperada de dos hombres: Collis,<br />
fundador y director de Alongside Ministries<br />
(ASM), y Austin, director del sector masculino.<br />
ASM es un ministerio carcelario local muy<br />
activo que asigna mentores cristianos a hombres<br />
y mujeres encarcelados antes de salir en<br />
libertad y les enseña discipulado en un hogar<br />
tras su liberación durante nueve meses.<br />
Collis y Austin habían descubierto la pieza<br />
que faltaba en el intrincado rompecabezas de<br />
la rehabilitación y reinserción y estaban abocados<br />
a la tarea de poner esta pieza en su lugar<br />
dentro de su ministerio. Eso es lo que los llevó<br />
a atravesar las puertas de FCC.<br />
Querían una iglesia-hogar para los hombres<br />
y mujeres de su programa y todos los que participaran<br />
en el programa de ASM en el futuro.<br />
Se reunieron conmigo y mi compañero Jon<br />
para hablar de su idea.<br />
“Pastor Chuck”—comenzó Collis—“nuestros<br />
hombres y mujeres necesitan experimentar<br />
lo que significa pertenecer a la familia de una<br />
iglesia. Todos los domingos vamos saltando<br />
de un lugar a otro, visitando distintas congregaciones<br />
que apoyan nuestro ministerio.<br />
Necesitamos encontrar una iglesia-hogar<br />
para que nuestros hombres y mujeres<br />
puedan experimentar la vida en el cuerpo<br />
de Cristo.<br />
“Hace poco hicimos una encuesta a nuestra<br />
gente para saber dónde les gustaría<br />
quedarse y la respuesta fue unánime. Les<br />
gusta el enfoque bíblico que usa FCC para<br />
enseñar y siempre se sienten aceptados.<br />
Entonces ¿qué piensan? ¿Podemos hacer<br />
de este nuestro hogar?”.<br />
Me alegraba que tanto hombres como<br />
mujeres hubieran elegido FCC por sobre<br />
todas las otras iglesias de la ciudad, pero<br />
también me inquietaba la llegada de ex convictos<br />
a nuestra comunidad. ¿Cómo iba a<br />
reaccionar nuestra gente? Después recordé<br />
el sentimiento de Dios por ese sector de la<br />
sociedad.<br />
ÍBAMOS A AMAR<br />
COMO JESÚS,<br />
A PESAR DE LO<br />
COMPLICADO O<br />
INCÓMODO QUE<br />
RESULTARA.<br />
No había duda de lo que Él nos haría<br />
hacer. Él ama a quienes estuvieron presos<br />
Kathy, esposa de<br />
Chuck, comparte su<br />
pasión por las misiones<br />
en el exterior y sus<br />
sentimientos por todos<br />
los hijos de Dios.<br />
tanto como a cualquier otra persona. Su amor<br />
los había liberado de un pozo profundo y oscuro.<br />
Nosotros, cuerpo de creyentes ¿cómo les<br />
íbamos a negar un lugar en la familia de Dios?<br />
Solo cabía una respuesta. Íbamos a amar<br />
como Jesús, a pesar de lo complicado o incómodo<br />
que resultara.<br />
Jon y yo no teníamos idea del desarrollo<br />
masivo que nuestra iglesia estaba por experimentar,<br />
pero sentíamos que Dios estaba<br />
orquestando algo grande. Nuestra parte en Su<br />
plan era decirle sí a la oportunidad y confiarle<br />
los resultados a Él. Podíamos hacerlo.<br />
Y luego Collis nos hizo otro pedido que nos<br />
tomó algo desprevenidos: “Nuestros hombres<br />
y mujeres no solo quieren asistir al servicio<br />
principal, sino que además les gustaría pasar<br />
los domingos a la mañana en FCC. ¿Hay alguna<br />
clase en la que podrían participar?”.<br />
Empecé a sudar un poco.<br />
Teníamos reuniones pequeñas durante<br />
la semana en FCC y por toda la ciudad, pero<br />
habíamos eliminado nuestras clases los domingos.<br />
Bueno, salvo una a la que asistía la<br />
comunidad de adultos más veteranos.<br />
Esa clase estaba compuesta por abuelos que<br />
habían ayudado a nuestra iglesia a superar<br />
incendios y tormentas que nos habían puesto a<br />
prueba. Pero no estábamos seguros de que los<br />
entusiasmara que 30 hombres y mujeres que<br />
habían estado presos les cayeran en su clase.<br />
No estaba seguro de que pudieran manejar el<br />
choque cultural.<br />
Les informamos a Collis y Austin que consultaríamos<br />
con las personas mayores de nuestra<br />
iglesia y les avisaríamos.<br />
Nos reunimos con tres de los patriarcas de la<br />
iglesia y les contamos de nuestra reunión con<br />
Collis y Austin. Yo sonreía mientras hablaba,<br />
esperando suavizar el impacto de la noticia de<br />
que FCC ahora iba a ser la iglesia-hogar de una<br />
comunidad de ex presidiarios. Después les di<br />
la noticia bomba: “¡Y quieren participar en la<br />
clase dominical de ustedes!”.<br />
Contuve el aliento, esperando una respuesta<br />
negativa, pero los hombres dijeron simplemente<br />
que le preguntarían a la clase. El domingo<br />
siguiente, tras la reunión del grupo, los<br />
hombres dijeron: “La clase piensa que parece<br />
ser algo que a Jesús le gustaría que hiciéramos”.<br />
Jamás me había sentido tan orgulloso<br />
de ser su pastor.<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
Número 02 / <strong>2023</strong><br />
19s
Chuck nunca había pensado<br />
en el ministerio carcelario,<br />
pero Dios tenía otros<br />
planes. Hoy, enseñar la fe a<br />
hombres y mujeres presos<br />
o que estuvieron presos es<br />
una parte muy importante<br />
del ministerio de Chuck.<br />
En la foto, con su grupo de<br />
discípulos.<br />
FOTO DE MARISSA PARKER<br />
Hace 12 años desde que aquel primer grupo en terreno desconocido? La ironía por la<br />
de maravillas con piercings y tatuajes apareció forma en que trabaja Dios me hace reír.<br />
en la clase de la escuela dominical Buscadores<br />
del Reino. No puedo evitar sonreír cuando hay una iglesia que los va a amar como una<br />
A algunas personas les cuesta creer que<br />
pienso en ese primer domingo. Todavía oigo a familia y los va a ayudar a reinsertarse en<br />
Glen (uno de los mayores) cuando me llamó. la sociedad. Muchos responden: “Sí, claro.<br />
Ninguna iglesia quiere tener a alguien<br />
“Rápido, Chuck, ven. ¡Tienes que ver lo que<br />
pasó con nuestra clase!”. Al principio no supe como yo”.<br />
qué responder, hasta que se le iluminó la cara Pero cuando vienen, normalmente oigo:<br />
con una enorme sonrisa. “¡Esta gente duplicó “Nunca me sentí tan querido y aceptado”.<br />
la cantidad de asistentes y redujo en un tercio Eso me alegra el día más que cualquier otra<br />
el promedio de edad!”.<br />
cosa. Estas personas no se dan cuenta de<br />
¿QUIÉN IBA A DECIR QUE PODÍA UTILIZAR A HOMBRES Y<br />
MUJERES TRANSFORMADOS POR DENTRO PARA PROVOCAR<br />
UNA TRANSFORMACIÓN EN LAS PERSONAS POR FUERA?<br />
Ese día fue un momento feliz y clave, tanto lo que significa para nosotros que ellos nos<br />
para la vida de la Primera Iglesia Cristiana<br />
como para los hombres y mujeres que Cualquier domingo puedo observar a la<br />
quieran y acepten.<br />
necesita ban desesperadamente experimentar congregación y ver los rostros de las personas<br />
que conocí en la cárcel. Es un privilegio<br />
el amor de una familia. A todos nos ha cambiado<br />
para mejor.<br />
continuar enseñándoles y capacitándolos;<br />
Austin pronto me convenció de acompañarlo<br />
a la cárcel para hombres de Florence, canos. Me enseñan a seguir a Jesús y ser<br />
muchos se han convertido en amigos cer<br />
Arizona. Sentí recelo, pero mi temor se disipó reflejo de Él en este mundo fracturado.<br />
cuando esos hombres me dieron la bienvenida Dios está actuando intensamente de<br />
a su familia. Desde ese momento soy religioso aden tro hacia afuera. ¿Quién iba a decir que<br />
voluntario en el Correccional de Arizona. Ahora podía utilizar a hombres y mujeres transformados<br />
por dentro para provocar una<br />
hago lo que veía hacer a mi hermano menor:<br />
enseño sobre Jesús y la Palabra de Dios a hombres<br />
que están en la cárcel. ¿Qué tal mi sionar Me alegra tener asiento en la primera<br />
transformación en las personas por fuera?<br />
fila.<br />
Dios remodeló una iglesia que alguna vez fue<br />
tradicional, de clase media-alta, que ahora es<br />
una comunidad heterogénea donde abundan<br />
increíbles historias de redención y personas<br />
de cada tribu, idioma y nación conviven en<br />
armonía, adorando juntas a su Salvador.<br />
Es una imagen hermosa. Me imagino que el<br />
cielo debe de parecerse bastante.<br />
¿Sabe? No a todos les gustó que le dijéramos<br />
sí a Dios y aceptáramos a estas personas.<br />
El amor y la gracia son complicados. Muchos<br />
dejaron nuestra iglesia porque no querían<br />
sentarse al lado de un ex convicto.<br />
Pero no importa. En la vida no se trata de<br />
hacer sentir cómodos a todos, sino de obedecer<br />
al Señor. De amar a los demás y darles la<br />
bienvenida a la familia de Dios. De correrse un<br />
poco y hacer lugar para las personas que son<br />
distintas de nosotros.<br />
Formar discípulos es un proceso de sanación<br />
y crecimiento constante. Es me ditado, intencional<br />
y a menudo, un desafío. ¿Es fácil? No.<br />
Se necesita la sabiduría, fortaleza y paciencia<br />
de Dios (Filipenses 4:13). Pero el esfuerzo vale<br />
la pena.<br />
Y mientras tanto, va a crecer. Va a hacer nuevos<br />
amigos. Y va a experimentar cómo Dios<br />
hace algo increíble en usted y a través de usted.<br />
¡No se lo pierda! Abra la puerta. Córrase y<br />
haga lugar para otros hoy mismo.<br />
CHUCK FOREMAN y su esposa Kathy han echado<br />
raíces profundas en la Primera Iglesia Cristiana de<br />
Phoenix, Arizona, una iglesia conocida por servir<br />
con respeto a su comunidad. Además de ser padres<br />
y abuelos orgullosos, Chuck y Kathy consideran a<br />
docenas de hombres y mujeres parte de su querida<br />
familia de discípulos.<br />
20s Número 02 / <strong>2023</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
UN PASO ADELANTE<br />
para mí. Él mandará ayuda del cielo para rescatarme,<br />
y avergonzará a los que me persiguen. Mi Dios enviará<br />
su amor inagotable y su fidelidad” (NTV).<br />
David estaba escondido en una cueva, escapando<br />
del rey Saúl, cuando escribió este Salmo. ¡El rey buscaba<br />
matarlo! Seguro que estaba confundido. Él había<br />
querido a ese hombre que ahora lo atacaba.<br />
Entonces ¿qué hizo David para conservar la esperanza<br />
y no desanimarse? Se acercó a Dios mediante<br />
la oración. Recordó el amor y la fidelidad constante de<br />
Dios. David confió en la promesa de que Dios cumpliría<br />
Su propósito para su vida.<br />
Tenemos que hacer lo mismo cuando nos atacan.<br />
Así salimos victoriosos de la batalla. Pero si lo olvidamos<br />
¿cómo superamos el pesimismo y volvemos<br />
a estar bien con Dios? Aquí le dejo unas sugerencias<br />
que aprendí de David.<br />
POR CARLA OWENS<br />
El propósito de Dios;<br />
sus pruebas<br />
¿ALGUNA VEZ SE PREGUNTÓ CUÁL ES EL PROPÓSITO DE DIOS para<br />
su vida? Según el diccionario Webster’s, la definición de propósito es “algo que se<br />
percibe como objeto o fin a conseguir”.<br />
Yo necesito el propósito de Dios en mi vida. Jeremías 29:11 promete que Él tiene<br />
planes buenos para mí, y que tengo futuro y esperanza. Oí este versículo toda mi<br />
vida. Pero una cosa es oírlo y otra muy distinta es confiar en esa promesa.<br />
Me cuesta saber cuál es el propósito de Dios para mi vida, especialmente cuando<br />
me caen problemas desde todos los frentes al mismo tiempo. Ahí es cuando tengo<br />
que acercarme a Dios. Solo Él puede ayudarme a esquivar esos dardos feroces. Si<br />
lo olvido, pierdo las esperanzas rápidamente y empiezo a cuestionar todo.<br />
¿Estoy tomando las decisiones correctas?—me pregunto. ¿Todo el mundo está<br />
en mi contra? ¿Esto es lo que se espera que haga? ¿Estoy cumpliendo con la voluntad<br />
de Dios? ¿Lo defraudé? ¿Me está castigando? La presión se acumula y crece.<br />
Pero después recuerdo Romanos 8:28: “Y sabemos que Dios hace que todas las<br />
cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito<br />
que Él tiene para ellos” (NTV). Dios siempre está trabajando en todas las circunstancias<br />
juntas para el bien de Sus hijos.<br />
Los salmos escritos por David me dan mucho consuelo. Es increíble que hasta<br />
un “hombre conforme al propio corazón de Dios” (Hechos 13:22) fuera resistido y<br />
a veces se sintiera desanimado. Eso me demuestra que yo puedo estar compenetrada<br />
con la voluntad de Dios para mi vida, buscándolo afanosamente y tener<br />
dificultades de todos modos.<br />
David me enseña a luchar y superar el pesimismo durante los ataques. En el<br />
Salmo 57:2–3 dice: “Clamo al Dios Altísimo, a Dios, quien cumplirá su propósito<br />
ORE. Clame a Dios. Dígale lo que necesita y déjele<br />
su situación a Él (Filipenses 4:6–8). La paz de Él<br />
le ganará a su desesperanza y lo hará seguir. ¡La<br />
oración es poderosa!<br />
LEA SU PALABRA. Cuando indagamos en las Escrituras,<br />
logramos mayor comprensión y percepción.<br />
La Biblia no es algo para leer y marcar como<br />
leída en una lista de cosas espirituales para hacer.<br />
Para nosotros es vida. Estúdiela a conciencia, con<br />
el corazón hambriento y encontrará las fuerzas<br />
que necesita para la batalla. (Ver Salmo 119:114; 2<br />
Timoteo 3:16–17).<br />
RODÉESE DE PERSONAS QUE TENGAN MUCHA<br />
FE. Dios nos diseñó para compartir la vida. Eclesiastés<br />
4:10 dice que dos son más que uno porque “si<br />
caen, el uno levanta al otro” (NVI). Pídale a Dios que<br />
le envíe personas piadosas que lo apoyen y animen.<br />
Del mismo modo, sea esa persona para alguien más.<br />
CONFÍE EN DIOS. Dios nunca lo dejará ni lo<br />
abandonará. Él no escatimó el máximo sacrificio—<br />
Jesús—por usted y Él le proveerá todo lo que<br />
necesite (Romanos 8:32). Para Él, ninguna batalla<br />
es demasiado difícil.<br />
Dios cumplirá Su propósito para usted. La batalla<br />
que está lidiando no significa que usted haya fallado<br />
o que Él esté ausente. Haga lo que le dije antes y Él le<br />
enviará ayuda desde el cielo para rescatarlo.<br />
CARLA OWENS ama al Señor y busca conocerlo mejor todos los<br />
días. Trabaja como directora administrativa de Victorious Living.<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
Número 02 / <strong>2023</strong><br />
21s
Nací en 1938,<br />
justo antes de que comen<br />
zara la Segunda Guerra Mundial. Hace<br />
más de ocho décadas que estoy en esta tierra<br />
y créame que he visto de todo.<br />
El rey Salomón sabía de qué hablaba cuando<br />
reflexionaba sobre la vida. El cambio es permanente<br />
y todo tiene su tiempo (Eclesiastés<br />
3:1–8). Y, a veces, Dios le asigna a nuestra vida<br />
el propósito y el significado más impensado en<br />
los momentos más difíciles.<br />
He experimentado gozo, tristeza, sufrimiento<br />
y satisfacción; a veces, todo al mismo tiempo.<br />
Con los años, las circunstancias fueron cambiando<br />
para mí, pero siempre supe esto: pase<br />
lo que pase, Dios estará a mi lado.<br />
Tuve padres cariñosos y una infancia normal,<br />
pero no éramos cristianos. Mi abuela cantaba<br />
himnos hermosos y nos enseñó a orar antes<br />
de cada comida, pero no aprendí nada que me<br />
ayudara a entender la importancia de tener<br />
una relación con Jesús.<br />
LA HISTORIA<br />
DE PATRICIA BORGES<br />
Pasé 45 años con mi primer esposo y juntos<br />
criamos cinco hijos hermosos. Frank fue el<br />
primero en invitar al Señor a entrar en su<br />
corazón. Un amigo le había estado hablando<br />
de Jesús, y el Espíritu Santo estaba trabajando<br />
en su corazón, preparándolo para<br />
guiar a nuestra familia en la fe cristiana.<br />
A las dos semanas, Frank me llevó a ver<br />
Rey de Reyes, una película sobre la vida de<br />
Jesucristo. No sentí el menor entusiasmo y<br />
pasé casi toda la película fumando afuera.<br />
Volví a entrar justo a tiempo para ver la crucifixión<br />
de Jesús. Vi cómo lo clavaban en la<br />
cruz y, a mis 23 años, algo estalló dentro de<br />
mi corazón y me entregué a Jesús. Lloré,<br />
pedí perdón por mis pecados y le di el control<br />
total de mi vida.<br />
Esa noche el Espíritu Santo encendió una<br />
llama dentro de mí para que atrajera almas.<br />
Quería ir tocando puerta por puerta, hablándole<br />
a todo el mundo del amor y la gracia<br />
de Cristo. Mi esposo y yo trabajamos juntos<br />
en la iglesia y nos propusimos estudiar<br />
la Palabra de Dios y criar a nuestros hijos en<br />
un hogar que lo honrara (Deuteronomio 6:6–7).<br />
No es que nuestro matrimonio no enfrentara<br />
dificultades, pero con la guía de Dios logramos<br />
pasar juntos todas las tormentas, hasta que el<br />
Señor llamó a Frank a su seno en el año 2000.<br />
El Señor tuvo la bondad de no dejarme sola<br />
demasiado tiempo. Poco después, un maravilloso<br />
hombre de Dios se cruzó en mi camino.<br />
Lester era un pastor retirado que amaba al<br />
Señor y le encantaba mi entusiasmo al servir a<br />
los demás y dar a conocer el Evangelio. Formamos<br />
un gran equipo para Jesús hasta que se enfermó.<br />
Tuve el privilegio de cuidarlo hasta que<br />
perdió su batalla contra el Alzheimer. Enviu dé<br />
otra vez, después de apenas dieciséis años.<br />
Tras la muerte de mi segundo esposo, se<br />
instaló en mi vida una soledad muy pesada.<br />
Nunca había estado tan sola. No tenía idea<br />
de cómo sobrevivir por mí misma. Me había<br />
casado tan joven y lo único que sabía era ser<br />
esposa y madre. Ahora ya era tatarabuela y por<br />
cierto había tenido una vida plena.<br />
El miedo se apoderó de mí. No quería quedarme<br />
sentada y convertirme en alguien inútil<br />
para Dios ni para nadie más. “Padre”—oré—<br />
“todavía me queda vida. Por favor, no me<br />
guardes en un cajón. Quiero que me utilices.<br />
¿Dónde me necesitas?”.<br />
Sentí la risa del enemigo al oído. “¿Cómo podría<br />
Dios hacer algo con alguien de tu edad?”.<br />
No tuve problema en recordarle a Satanás<br />
que era un mentiroso y un perdedor. Dios todavía<br />
tenía una tarea para mí. Solo que todavía<br />
no sabía cuál sería.<br />
Clamé con insistencia a mi Buen Pastor durante<br />
esa estadía en un valle tenebroso. Él era<br />
el único que me podía sacar de allí (Salmo 23),<br />
y me aferré a Él para que me ayudara.<br />
Decidida a no caer en el pozo de desesperación<br />
y depresión seguí llamando, pidiendo<br />
y buscando para que Dios me dijera qué hacer<br />
(Mateo 7:7). No sabía cómo, pero sí sabía que<br />
respondería a mis oraciones.<br />
Dios me recordó que Moisés también tenía<br />
80 y pico de años cuando Él le pidió que libera ra<br />
a los israelitas del cautiverio. Y cuando Moisés<br />
le manifestó sus dudas, Dios lo hizo emprender<br />
el camino, prometiéndole que lo acompañaría<br />
a cada paso. De hecho, Dios le dijo a Moisés que<br />
ya tenía en su mano todo lo que necesitaba para<br />
cumplir la tarea que tenía para él (ver Éxodo 4).<br />
FOTO DE DOUGLAS BOYD<br />
22s Número 02 / <strong>2023</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
Entonces decidí confiar también; que<br />
tendría lo que necesitaba para responder al<br />
llamado de Dios cuando llegara. Y de pronto<br />
me di cuenta. En todas partes había gente que<br />
necesitaba estímulo, una nota amable, una<br />
visita, un abrazo o una compañera de oración.<br />
Mi edad no sería un impedimento para cubrir<br />
esas necesidades.<br />
A partir de ese momento, comencé a<br />
aprovechar lo que tenía a mano para servir a<br />
Dios y a los demás.<br />
La soledad no me abandonó por completo,<br />
pero enfocarme más en los demás que en mí<br />
misma renovó el gozo en mi corazón.<br />
Un día, al salir del estudio bíblico, noté a<br />
un hombre sentado solo afuera de la iglesia.<br />
Se veía triste, pero cuando me acerqué, se le<br />
iluminó el rostro con una sonrisa. Me presenté<br />
y él me dijo que se llamaba Roy y que era nuevo<br />
en la familia de nuestra iglesia.<br />
No sabía qué lo preocupaba o cómo podía<br />
ayudarlo, pero supe que Dios quería que fuera<br />
amable con él.<br />
Usa lo que tienes a mano, Patricia, me recordé.<br />
Fui a casa esa tarde y le escribí una nota para<br />
darle ánimo, esperando alegrar a mi nuevo<br />
amigo.<br />
Cuando volví a ver a Roy, le di la tarjeta. Se<br />
le iluminó el rostro como si le hubiera dado un<br />
millón de dólares. Mi corazón se llenó de gozo<br />
Roy fue un regalo inesperado de Dios a<br />
Patricia, tal como Patricia lo fue para Roy.<br />
Hoy estos recién casados sirven fielmente al<br />
Señor juntos en su iglesia casera.<br />
al ver cómo un gesto tan simple podía ser<br />
una bendición para alguien.<br />
Me intrigaba la sonrisa contagiosa de<br />
Roy. A pesar de los problemas que tuviera,<br />
este hombre era un apasionado por Jesús.<br />
Cuando me invitó a cenar una noche, acepté<br />
contenta porque podría conocerlo mejor.<br />
Era fácil conversar con él y durante la velada<br />
nos contamos anécdotas de nuestras<br />
vidas. Me enteré de que Roy tenía más de 70<br />
años, que había lidiado con muchas dificultades<br />
toda su vida ¡e incluso había pasado<br />
más de 30 años en la cárcel!<br />
Me pregunté cómo podía ser tan alegre<br />
alguien que había soportado esa clase de<br />
tormento.<br />
Roy me contó cómo Dios le dio un<br />
propósito a su sufrimiento cuando encendió<br />
en él la pasión por ayudar a los<br />
demás con sus escritos. Me sentí motivada<br />
y tuve compasión por él. Sentí culpa por<br />
las muchas veces que me había quejado<br />
al Señor por las circunstancias en mi vida<br />
que no eran agradables.<br />
Hablamos durante horas y cuando terminó<br />
la noche, a los dos nos pareció que<br />
nos conocíamos de toda la vida. Era lindo<br />
tener un amigo y estaba agradecida de que<br />
el Señor hubiera cruzado nuestros caminos.<br />
Quedé anonadada cuando Roy me pidió<br />
que nos casáramos. Tuve que alejarme<br />
durante tres semanas para buscar que el<br />
Señor me orientara. La idea de casarme<br />
con Roy seguramente iba a levantar más<br />
de una ceja. Sobre todo, me preocupaba<br />
que mis hijos se molestaran.<br />
Pero a pesar de las dudas y preocupaciones<br />
que le manifesté a Dios, no recibí<br />
el menor indicio de que a Él le resultaría<br />
desagradable.<br />
De hecho, Dios me llevaba todo el tiempo<br />
a un lugar seguro en Su Palabra, un lugar<br />
que siempre había sido mi tabla de salvación.<br />
Proverbios 3:5–6 me confirmaba:<br />
“Confía en el Señor de todo corazón, y no en<br />
tu propia inteligencia. Reconócelo en todos<br />
tus caminos, y él allanará tus sendas” (NVI).<br />
Regresé a casa tras mi viaje, convencida<br />
de que casarme con Roy era la voluntad de<br />
Dios. En mi corazón sabía que, al hacer lo,<br />
estaría respondiendo al designio de Dios<br />
para mi vida que tanto necesitaba. La<br />
respuesta a mis oraciones había llegado de<br />
un modo tan inesperado e impredecible que<br />
solo a Dios le correspondía la gloria por ella.<br />
Le dije “sí” a Dios y después a Roy, y nos<br />
casamos el 27 de agosto de 2022. Todos mis<br />
hijos asistieron y le dieron a Roy la bienvenida<br />
a nuestra familia durante la ceremonia. Voy a<br />
atesorar los recuerdos de ese día el resto de<br />
mi vida.<br />
Y así es cómo Dios nos llamó a Roy y a mí<br />
al ministerio del matrimonio. Dios tenía un<br />
propósito para ambos. Debíamos obedecerle<br />
y confiarle todos los detalles a Él. Ahora, Él<br />
usa a Roy para darle a mi vida sentido y compañía<br />
y Roy dice que Dios me puso en su vida<br />
para ser la mejor amiga que haya tenido jamás.<br />
Nos desafiamos mutuamente para crecer en<br />
nuestra relación con el Señor, que sirve para<br />
fortalecer nuestro vínculo. Verdaderamente<br />
nos mantenemos afilados y nos hacemos mejores<br />
(Proverbios 27:17).<br />
Ahora somos compañeros en el ministerio, el<br />
hogar y nos hacemos compañía mutuamente.<br />
Usamos lo que tengamos a mano como equipo<br />
para acercar a otras personas a Jesús.<br />
Roy continúa escribiendo para ayudar a que<br />
otros conozcan al Salvador y yo doy ánimo a<br />
quien Dios me ponga adelante cuando veo la<br />
necesidad. Entre los dos, tenemos más manos<br />
que cuando estábamos solos, así que podemos<br />
hacer más.<br />
Dios siempre es fiel. Si está pasando por una<br />
etapa difícil, no se desanime. Recuerde que<br />
Dios tiene un propósito para usted en todo momento.<br />
Ore y pídale que lo guíe. Luego, mientras<br />
está esperando una respuesta, empiece<br />
a usar lo que tenga a mano para servir a Dios<br />
y a los demás.<br />
Tal vez piense que no tiene mucho para<br />
ofrecer, pero deje que Dios decida cómo va<br />
a aprovechar su obediencia. Quizás esté caminando<br />
simplemente y termine cruzándose<br />
con su destino.<br />
Dios lo hizo por Roy y por mí y también<br />
puede hacerlo por usted.<br />
PATRICIA BORGES y su esposo Roy aman compartir<br />
la esperanza de Jesús en cada oportunidad que se les<br />
presenta y con cualquiera que quiera escucharlos.<br />
Agradecidos por haber encontrado el amor en esta<br />
etapa de su vida, tienen la intención de pasar el resto<br />
de sus días amando y sirviendo a los demás.<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
Número 02 / <strong>2023</strong><br />
23s
VIDAS TRANSFORMADAS<br />
DECIDA<br />
cómo pensar<br />
POR SHERIDAN CORREA<br />
“LLEVAMOS CAUTIVO TODO pensamiento<br />
para que se someta a Cristo” (2 Corintios 10:5<br />
NVI).<br />
La transformación de nuestra vida parte de<br />
nuestra manera de pensar. Ahora lo sé, pero<br />
durante mucho tiempo mi mente estuvo plagada<br />
de pensamientos tóxicos que me aturdían<br />
y perseguían a diario. Me decían que era una<br />
perdedora sin remedio, un fracaso y una indeseable.<br />
Y yo los creía.<br />
Durante años esos pensamientos se<br />
sucedían sin control y exigían mi atención.<br />
Créame que mi cerebro era un lugar horripilante.<br />
Lamentablemente, yo creía que todo ese<br />
ruido era normal. Nadie me había hablado<br />
nunca sobre mi verdadera identidad en Cristo.<br />
Trataba de ahogar las voces y la vergüenza<br />
con drogas y otras cosas. Estaba tan desesperada<br />
por acallar la locura que intenté suicidarme<br />
varias veces. Con cada intento fallido, el caos<br />
en mi mente se volvía más ensordecedor.<br />
Durante treinta años luché contra la ansiedad<br />
y la depresión. Era una persona infeliz,<br />
con un diagnóstico de bipolaridad y una pila<br />
exasperante de medicamentos psiquiátricos.<br />
Pero entonces encontré a Jesús y Él me libró<br />
de mi caos mental y emocional.<br />
Aún recuerdo la calma repentina en mi mente<br />
cuando le entregué mi corazón. Fue como<br />
podía imaginar la tranquilidad de la primera<br />
mañana después de una guerra larga y cruel.<br />
Durante años había estado rodeada de caos y<br />
miedo y me gobernaba un enemigo perverso; y<br />
de pronto tenía paz y libertad. Podía respirar el<br />
aire fresco y apreciar la belleza del amanecer,<br />
el rocío que adornaba el campo, la niebla leve<br />
dispersa en el aire.<br />
Jesús había silenciado las voces atormentadoras<br />
que proferían infinitas palabras humillantes,<br />
odiosas y destructivas. Él había<br />
callado esas voces burlonas que me insultaban<br />
y mentían descaradamente sobre quién era.<br />
Y en la calma, pude oír la voz dulce de mi<br />
Padre celestial diciéndome que me amaba,<br />
me aceptaba y me necesitaba. A la luz de<br />
Su verdad, supe que no era un fracaso ni<br />
un desperdicio: era una persona valiosa.<br />
Paradójicamente, descubrí esta libertad<br />
mientras estaba encerrada en la cárcel.<br />
Jesús llevó Su luz de verdad y esperanza a<br />
ese lugar deprimente y aterrador y la hizo<br />
brillar en la oscuridad de mi mente. ¿Quién<br />
iba a pensar que Jesús iba a andar por lugares<br />
como ese, preparado y dispuesto a<br />
liberar a la gente?<br />
Eso fue hace seis años y todavía me estoy<br />
transformando según Su imagen. Es un proceso<br />
que continuará hasta que esté cara a<br />
cara con mi Salvador. El camino no es fácil.<br />
De hecho, a menudo parece una batalla.<br />
Satanás sabe que me perdió para<br />
siempre, pero todavía ataca mi mente<br />
recordándome mi pasado y diciéndome que<br />
soy un fracaso. Busca destruir la imagen<br />
que tengo de Dios en mi interior. Pero la<br />
Palabra de Dios y Su Espíritu Santo me enseñaron<br />
cómo pelear la guerra contra los<br />
pensamientos tóxicos.<br />
Romanos 12:2 dice que nos transformamos<br />
en personas nuevas mediante<br />
la renovación de nuestra mente. En qué<br />
enfocamos nuestra forma de pensar es<br />
crucial para la salud espiritual, emocional<br />
y mental. La Biblia está repleta de ejemplos<br />
sobre esta verdad. Allí encontramos lo que<br />
nos renueva.<br />
Es completamente inevitable: si queremos<br />
otra vida, debemos cambiar nuestra<br />
forma de pensar. La batalla se gana o se<br />
pierde en la mente.<br />
Necesitamos un arma especial para ganar<br />
la batalla: la verdad de Dios. Cuando<br />
exponemos nuestros pensamientos a la verdad<br />
de Dios, Su poder divino derriba fortalezas. Es<br />
como dinamita espiritual.<br />
2 Corintios 10:3–5 nos dice cómo alcanzar la<br />
victoria. “Pues aunque vivimos en el mundo, no<br />
libramos batallas como lo hace el mundo. Las<br />
armas con que luchamos no son del mundo,<br />
sino que tienen el poder divino para derri bar<br />
fortalezas. Destruimos argumentos y toda altivez<br />
que se levanta contra el conocimiento<br />
de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento<br />
para que se someta a Cristo” (NVI).<br />
Examinemos mejor este pasaje. Una fortaleza<br />
es un bastión con algo adentro. Nos puede<br />
proteger o puede ser nuestra cárcel. Nuestros<br />
pensamientos pueden funcionar como una<br />
cárcel que nos mantiene cautivos o ser el lugar<br />
donde nos sentimos seguros y amados.<br />
Por eso Satanás se esfuerza por distorsionar<br />
nuestro pensamiento con los comentarios<br />
negativos de los demás y las circunstancias<br />
difíciles. Hace insinuaciones que nos provocan<br />
vergüenza y culpa. Quiere que las palabras,<br />
experiencias y sentimientos afecten nuestro<br />
diálogo con nosotros mismos para que no consigamos<br />
nuestra verdadera identidad como<br />
vencedores en Cristo (Romanos 8:37).<br />
Pablo nos enseña que si ponemos nuestros<br />
pensamientos en cautiverio y los sometemos<br />
a la verdad de Dios, Satanás pierde la batalla.<br />
Yo lo veo como el juego “Captura la bandera”.<br />
Perseguimos nuestros pensamientos, los capturamos<br />
y los llevamos al territorio de Dios.<br />
Déjeme darle un ejemplo. Hace poco alguien<br />
me dijo que mis decisiones del pasado lo lastimaron<br />
mucho y que el dolor que sentía todavía<br />
afectaba otros aspectos de su vida.<br />
Saber que había herido a alguien que amo y<br />
que le había causado problemas me hizo perder<br />
de vista la verdad de Dios. Satanás empezó<br />
a decirme sus mentiras. “Eres un fracaso,<br />
24s Número 02 / <strong>2023</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
VIDAS TRANSFORMADAS<br />
YO LO VEO COMO EL JUEGO “CAPTURA<br />
LA BANDERA”. PERSEGUIMOS NUESTROS<br />
PENSAMIENTOS, LOS CAPTURAMOS Y LOS<br />
LLEVAMOS AL TERRITORIO DE DIOS.<br />
Sheridan. Lo único que haces es lastimar a la<br />
gente. Nadie te quiere en su vida. Nunca vas a<br />
ser suficientemente buena”.<br />
Dejé que esas mentiras rondaran mi cabeza<br />
durante un día y me sentí confundida respecto<br />
de quién era. Me puse en “modo protegido”. Me<br />
cerré, me aislé de los demás y me volví amargada<br />
y muda. Cuando hablaba, mis palabras<br />
eran prejuiciosas y negativas y lastimaban a<br />
quienes me rodeaban.<br />
Por fin, después de casi 24 horas, entré en<br />
razón y entendí que mis pensamientos me<br />
tenían cautiva. Estaba aceptando las mentiras<br />
de Satanás y rechazando la verdad de Dios. Era<br />
como estar diciéndole a Jesús: “¡No! No sabes<br />
quién soy. Tu Palabra no es verdad”. ¡Vaya!<br />
Debía decidir. ¿Seguía dándole la razón a<br />
Satanás y dejando que sus mentiras me consumieran<br />
o aplicaba 2 Corintios 10:3–5 a mi<br />
forma de pensar para ganar la batalla? Elegí<br />
esto último.<br />
Tomé mi diario y empecé a escribir. Me recordé<br />
que Dios no me da un espíritu de timidez,<br />
sino de poder, de amor y de dominio propio<br />
(2 Timoteo 1:7). Mis pensamientos temerosos<br />
y confusos no podían venir de Dios<br />
de nin guna manera.<br />
Después escribí cada pensamiento y lo<br />
analicé para ver si era verdad o mentira.<br />
Por ejemplo escribí: “Me rechazan”. Luego<br />
busqué en la Biblia y escribí lo que dice<br />
Dios: “Cristo me acepta y le pertenezco a<br />
Él” (ver Efesios 1:6). Después, tomé los pensamientos<br />
que no respondían a la verdad<br />
de Dios y los rechacé.<br />
No hizo falta mucho para que este ejercicio<br />
me arrancara de mis pensamientos<br />
espantosos. La verdad de Dios, que es inmutable,<br />
siempre me lleva a un lugar de<br />
libertad.<br />
Desde ya, Satanás volvió a atacarme<br />
otras veces. No va a parar hasta que Jesús<br />
venga con Su perfección y Su paz eterna.<br />
Pero no importa, porque estoy ganando la<br />
guerra. Con ayuda del Espíritu Santo, me<br />
doy cuenta rápidamente cuando me ataca.<br />
Y como estoy luchando con armas divinas,<br />
las fortalezas de Satanás no tienen chance.<br />
No necesita vivir en una tortura mental. Es<br />
hora de acallar ese diálogo interior que lo condena.<br />
No viene de Dios.<br />
Empiece a analizar los pensamientos que<br />
tiene en su cabeza. Pregúntese: “¿Qué historia<br />
me estoy contando?”. Vaya por partes y defina<br />
si está basada en la verdad o en una mentira.<br />
Cuanto más conozca la Palabra de Dios, más<br />
rápidamente podrá reconocer la verdad. Eso<br />
se logra empapándose de la Palabra de Dios<br />
y aplicándola a su forma de pensar día a día.<br />
Lleva tiempo, pero es la mejor inversión que<br />
puede hacer por sí mismo. La verdad tiene la<br />
llave de la libertad y según Juan 14:6, Jesucristo<br />
es el camino, la verdad y la vida. Conózcalo<br />
y va a encontrar todo lo que alguna vez<br />
haya necesitado o deseado.<br />
Satanás no va a dejar de intentar vencerlo.<br />
Pero al capturar constantemente las creencias<br />
erróneas y someterlas a Jesús va a dejar de<br />
estar cautivo.<br />
Deje de decirse cosas como fracasado, tonto,<br />
estúpido, idiota o perdedor. Cada vez que lo haga,<br />
va a ser un cachetazo a la Verdad y a afectar su<br />
vida. Elija dejar de pensar en sí mismo como<br />
un pecador, un preso, un adicto o una persona<br />
horrible. Usted es un hijo de Dios.<br />
Romanos 6:16–18 nos enseña que somos<br />
esclavos de lo que escuchamos y obedecemos.<br />
Si cree y actúa según las mentiras de Satanás,<br />
está preso de él. Créame: no es un jefe sensible.<br />
Pero si somete sus pensamientos a la verdad<br />
de Dios encontrará libertad (Juan 8:32) y conocerá<br />
la voluntad de Dios para su vida, que es<br />
buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2).<br />
SHERIDAN CORREA es consejera bíblica y tiene<br />
estudios sobre la atención integral basada en el<br />
trauma. Está casada, es mamá de dos muchachos<br />
adolescentes, cantante y corredora entusiasta,<br />
cuya vida Jesús ha cambiado radicalmente. Se<br />
unió a la familia de Victorious Living en 2022 como<br />
administradora de nuestras redes sociales.<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
Número 02 / <strong>2023</strong><br />
25s
Y USTED<br />
¿POR<br />
QUÉ NO?<br />
LA HISTORIA DE<br />
SIMONE BRYANT<br />
Acepté la presencia de Dios<br />
desde muy chica. Recuerdo que a<br />
los cuatro años estaba en la iglesia<br />
bailando alrededor del altar<br />
y alabando a Dios. Mi cuerpito se<br />
inundaba de gozo y paz mientras<br />
saltaba gritando Su nombre.<br />
Me encantaba estar en la iglesia,<br />
cerca de gente de Dios y<br />
yo amaba a Dios. Sin embargo,<br />
no lograba imaginar que Dios<br />
pu diera amarme. Era algo tan<br />
grande y yo era tan pequeña.<br />
¿Qué podía tener para ofrecerle<br />
a Dios? Yo no era nadie.<br />
No recuerdo un momento en<br />
que no me sintiera insegura. Mi<br />
poca autoestima era consecuencia<br />
de situaciones que viví en mi<br />
infancia. Tenía seis años cuando<br />
a mi mamá le quitaron la custodia<br />
mía y de mi hermano Simon y nos<br />
pusieron en un hogar sustituto.<br />
Mi papá nunca estuvo en mi vida.<br />
Mamá tenía una enfermedad<br />
mental que le impedía ocuparse<br />
bien de sus siete hijos. A mis tres<br />
hermanos mayores y mis dos hermanas<br />
menores también los sacaron<br />
de la casa y los pusieron en<br />
distintos hogares. El sistema de<br />
hogares sustitutos no tuvo compasión<br />
con ninguno de nosotros.<br />
La ausencia de padres y hermanos<br />
lastimó mi corazón y mi<br />
mente. Me sentí abandonada,<br />
sola, rechazada y no deseada. Recuerdo<br />
que miraba por la ventana<br />
de mi hogar sustituto y me preguntaba<br />
cómo sería mi vida. ¿En<br />
qué me convertiría? ¿Siempre iba<br />
a ser así? ¿Alguna vez llegaría a<br />
ser alguien en este mundo?<br />
Eran preocupaciones demasiado<br />
grandes para una nena de seis<br />
años, pero a esa edad ya sabía que<br />
mi futuro no era nada prometedor.<br />
Era una chiquilla pobre y sin familia.<br />
¿Qué esperanza podía tener?<br />
Miraba a los padres que retiraban<br />
a sus hijos de la escuela e<br />
imaginaba sus vidas. Los pensaba<br />
hablando de la escuela y después<br />
deteniéndose para comer algo<br />
rico a la tarde antes de ir a la casa.<br />
Extrañaba tener una familia y<br />
un lugar al que llamar “hogar”.<br />
Por estar en un hogar sustituto,<br />
mi tiempo en cualquier lugar era<br />
limitado. Siempre sentía como<br />
que me prestaban la familia de<br />
otra persona, porque invariablemente<br />
llegaba el día en que debía<br />
devolver todo.<br />
Cuando tenía 9 años, la Secretaría<br />
de Servicios Sociales de<br />
Massachusetts decidió separarnos<br />
a Simon y a mí, pero la Sra.<br />
Edna—una asistente social muy<br />
amorosa—se comprometió a<br />
mantenernos juntos. Ubicó a una<br />
tía y un tío en Carolina del Norte<br />
y les explicó nuestra situación;<br />
ellos nos recibieron en su casa.<br />
FOTO DE GERI SIMPKINS PHOTOGRAPHY<br />
26s Número 02 / <strong>2023</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
En Carolina del Norte continué<br />
yendo a la iglesia. Le entregué mi<br />
vida al Señor; Dios era mi mejor<br />
amigo. Compartía todo con Él.<br />
Mis tíos se ocupaban bien de<br />
mi hermano y de mí. Pero incluso<br />
en un hogar con familiares,<br />
seguía sintiéndome una extraña.<br />
Pensaba que era una carga.<br />
“Nadie te quiere, Simone. Eres<br />
rara”. Ese asunto me rondaba la<br />
cabeza todo el tiempo. Satanás<br />
me había convencido de que no<br />
encajaba en ningún lado.<br />
Me sentía desconectada de la<br />
gente y suponía que quienes me<br />
rodeaban apenas soportaban mi<br />
presencia. Satanás usaba cada rechazo,<br />
especialmente por parte<br />
de mis pares de la iglesia, para<br />
reforzar la idea de que yo era una<br />
paria, que no tenía nada valioso<br />
para decir ni para ofrecerle a este<br />
mundo.<br />
Casi toda mi adolescencia entraba<br />
y salía de depresiones. No<br />
se hablaba de la salud mental<br />
como en la actualidad, así que<br />
no sabía cómo manejar esos momentos<br />
oscuros.<br />
Mi instinto de supervivencia<br />
me llevaba a aislarme. Año tras<br />
año me dibujaba una sonrisa en la<br />
cara y repetía las cosas rutinarias<br />
de la vida. Escondía mis heridas<br />
y no le contaba a nadie lo que<br />
sentía. De todos modos ¿quién<br />
iba a querer escucharme?<br />
No sabía que esas situaciones<br />
de mi infancia—separarme de mi<br />
mamá y mis hermanos, crecer<br />
sin padre, que me llevaran de un<br />
lugar a otro y ver cosas despreciables<br />
en el sistema de acogida—<br />
habían provocado heridas que<br />
necesitaban atención. Tampoco<br />
sabía que Dios quería sanar mi<br />
corazón destrozado.<br />
En 2013 terminé la escuela secundaria<br />
y empecé a estu diar en<br />
la Universidad Campbell. Quería<br />
ser asistente social y ayudar a<br />
niños del sistema de acogida,<br />
como la Sra. Edna nos había ayudado<br />
a Simon y a mí.<br />
Al año siguiente me pasé a la<br />
Universidad de Carolina del Este,<br />
donde me gradué con una licenciatura<br />
en artes y una maestría<br />
en asistencia social. Obtuve mi<br />
licencia como asistente social<br />
clínica y comencé a trabajar con<br />
niños en situación crítica.<br />
Pero no estaba preparada<br />
para lo que le haría a mi corazón<br />
el brindar servicios de intervención.<br />
Ver a los niños apartados<br />
de sus hogares y trasladados<br />
permanentemente por el sistema<br />
me puso inesperadamente en un<br />
choque de frente con mi pasado.<br />
Las heridas y los sentimientos<br />
que había reprimido durante<br />
años salieron a la superficie.<br />
Intenté soslayar esos sentimientos<br />
oscuros como siempre<br />
lo había hecho, pero el peso del<br />
dolor me abatió.<br />
Tuve un colapso nervioso y<br />
debí dejar mi trabajo. Pero fue lo<br />
mejor que me pudo haber pasado,<br />
porque por fin me di cuenta de<br />
que necesi taba ayuda.<br />
Tuve el apoyo de mi esposo<br />
y empecé a ver a una consejera<br />
cristiana para enfrentar las huellas<br />
de mi pasado. Tres años más<br />
tarde conocí a la Srta. Renee, una<br />
formidable mujer piadosa y le<br />
pedí que fuera mi mentora.<br />
Ella me ayudó a lidiar con mi<br />
dolor. Juntas logramos descifrar<br />
por qué me sentía tan indeseable,<br />
SÉ LO QUE VALGO A LOS OJOS<br />
DE DIOS Y, SEGÚN LA BIBLIA,<br />
NO PUEDO HACER NADA QUE<br />
LO HAGA PENSAR DISTINTO.<br />
Der.: De niña,<br />
Simone escondía su<br />
dolor detrás de una<br />
enorme sonrisa.<br />
Últ. der.: Simone<br />
y su hermano<br />
Simon crecieron<br />
juntos gracias a<br />
la generosidad de<br />
familiares.<br />
poca cosa, ansiosa y deprimida.<br />
También me ayudó a descubrir<br />
la verdad sobre la forma en que<br />
Dios me ve. Ese fue un punto de<br />
inflexión.<br />
Resulta que Dios está especialmente<br />
cerca de los que tienen<br />
quebrantado el corazón y el<br />
espíritu abatido (Salmo 34:18).<br />
David, en el Salmo 68:5–6, nos<br />
dice que Dios es el padre de los<br />
huérfanos, defensor de las viudas,<br />
que les da un hogar a los desamparados<br />
y libertad a los cautivos.<br />
Dios conocía cada decepción<br />
que yo había sufrido y le importaba<br />
cuánto me había afectado cada<br />
una. Él envió a Su Hijo Jesús a<br />
curar mis heridas y a liberarme<br />
de las consecuencias de mi pecado<br />
y del pecado del mundo (ver<br />
Isaías 53:4–6). Él lo sana a usted<br />
del mismo modo.<br />
Dios nunca quiso que experimentara<br />
situaciones dolorosas,<br />
como crecer sin padre ni tener<br />
una madre con problemas mentales.<br />
Esos fueron deseos de<br />
Satanás. El propósito de Satanás<br />
ha sido siempre destruir me y<br />
provocar que me viera a mí misma<br />
a través del lente enga ñoso de<br />
que “no soy nada”. Pero Satanás<br />
es mentiroso (Juan 8:44).<br />
Con el tiempo, descubrí y<br />
acepté mi identidad como hija del<br />
Rey. Sé lo que valgo a los ojos de<br />
Dios y, según la Biblia, no puedo<br />
hacer nada que lo haga pensar<br />
distinto. Que me acepte como<br />
parte de Su familia no depende<br />
de mi desempeño.<br />
No hay cantidad de logros<br />
mundanos, diplomas ni títulos<br />
que pueda hacerme más<br />
valiosa, porque Dios me ha valorado<br />
desde el día en que nací.<br />
Soy la hija de Dios para siempre.<br />
Él me eligió y me adoptó como<br />
parte de Su familia y todo lo<br />
que es de mi Padreahora es<br />
mío (Efesios 1:5–8).<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
Número 02 / <strong>2023</strong><br />
27s
No tener padres terrenales<br />
hace que el rol de Dios como<br />
Padre celestial sea aún más especial<br />
para mí. Él llena el vacío<br />
que la ausencia de mis padres<br />
me dejó en el corazón. Con los<br />
años, el Salmo 27:10 me ha reconfortado.<br />
Dice: “Aunque mi<br />
padre y mi madre me abandonen,<br />
el Señor me mantendrá”<br />
(NTV).<br />
A diferencia de mis padres<br />
terrenales y de otras personas,<br />
Dios me mantiene cerca constantemente.<br />
Nunca me aleja ni<br />
me falla, incluso cuando yo le<br />
fallo. Dios no abandona a Sus<br />
hijos ni hace que se sientan<br />
defraudados (Romanos 10:11).<br />
Aún tengo momentos depresivos,<br />
pero cuando ocurren, el<br />
Espíritu Santo de Dios me da<br />
consuelo. Él entra en esos pozos<br />
tristes conmigo, me recuerda<br />
quién es y quién soy yo en Él,<br />
y me ayuda a ponerme de pie<br />
otra vez. Mi círculo de amigos<br />
piadosos también me ayuda a<br />
salir de esos pozos. Su cariño y<br />
aliento son de vital importancia<br />
para mi salud mental.<br />
Durante años Satanás trató de<br />
callar mi voz, haciéndome creer<br />
que no valía nada y que no tenía<br />
nada para decir. Satanás sabía<br />
cuánto amaba al Señor y que,<br />
si yo les hablaba a los demás<br />
sobre la bondad de Dios, ellos<br />
querrían conocerlo también.<br />
Además, sabía que lo vencerían<br />
(Apocalipsis 12:11).<br />
Recuerdo una de las primeras<br />
veces que sentí que Dios quería<br />
utilizarme. No lograba imaginar<br />
que pudiera ser verdad.<br />
“¿Yo, Señor?” pregunté, segura<br />
de que había oído mal.<br />
“Sí, tú”. Y luego agregó la pregunta<br />
más profunda. “¿Y por qué<br />
no tú, Simone?”.<br />
Kam, esposo de<br />
Simone, la apoyó<br />
en todo su proceso<br />
hacia la libertad.<br />
DIOS CONOCÍA CADA DECEPCIÓN<br />
QUE YO HABÍA SUFRIDO Y LE<br />
IMPORTABA CUÁNTO ME HABÍA<br />
AFECTADO CADA UNA.<br />
¿Y por qué no yo? Nunca había Señor le indicó a Samuel que lo<br />
tenido en cuenta esa pregunta. ungiera a él como futuro rey de<br />
Pero después recordé que la Israel en lugar de sus hermanos<br />
Biblia está llena de ejemplos en (1 Samuel 16:7–12). Dios puede<br />
los que Dios elige y usa a personas<br />
que se sentían poco valiosas predispuesta para un propósito<br />
usar a cualquier persona bien<br />
y que el mundo había descartado. mayor y para darle gloria. Él se<br />
Dios escoge lo insensato del mundo<br />
para avergonzar a los sabios a la gente hacia Él.<br />
ocupa de todo, incluso de atraer<br />
(1 Corintios 1:27).<br />
A partir de ese momento en<br />
Nunca voy a olvidar la primera<br />
vez que Él me usó en público. voz como fuente de esperanza<br />
Nicaragua, Dios ha utilizado mi<br />
Había viajado a Nicaragua como en mi iglesia, un centro prenatal<br />
misionera y los líderes me designaron<br />
para hablarle a un grupo grama de correspondencia de<br />
de mi ciudad y a través del pro<br />
de estudiantes. Estaba aterrada Victorious Living. A diario tengo el<br />
y le rogué a Dios que les hiciera gozo y el privilegio de ayudar a la<br />
elegir a otra persona. Y tal como lo gente a superar traumas y heridas<br />
hizo Moisés en Éxodo 4, le recordé del pasado, al tiempo que descubren<br />
quiénes son como hijos<br />
a Dios mis falencias.<br />
“No puedo hablar, Señor”—le de Dios.<br />
dije. “¡Mi voz es débil!”.<br />
No hay nada como ser utilizado<br />
por Dios. Y no hay nada<br />
Pero el Señor no aceptó mi excusa.<br />
Me respondió: “Confía en como basarme en la realidad de<br />
Mí, Simone”.<br />
que soy amada, aceptada y valiosa.<br />
Espero que también la haya<br />
La ráfaga de fortaleza y audacia<br />
que se apoderó de mí cuando me descubierto.<br />
paré frente a esos jóvenes y abrí la No deje que Satanás lo siga<br />
boca para hablar me dejó anonadada.<br />
Por mi fe, Dios se acercó a a través del lente engañoso de que<br />
convenciendo de ver cuánto vale<br />
mí y llenó mi corazón con Sus “no es nada”. Dios entregó la vida<br />
palabras. Brotaban de mis la bios de Su Hijo por usted—¡sí, usted!<br />
sin el menor esfuerzo. Muchos estudiantes<br />
llegaron a conocer al y para siempre, cuánto lo valora.<br />
Eso debería probarle, de una vez<br />
Señor ese día, pero yo también Entonces, actúe ya mismo.<br />
aprendí una lección.<br />
Decídase a cambiar las mentiras<br />
Mis limitaciones y mi pasado de Satanás por la verdad de Dios<br />
no importan. Lo único que Dios y asuma su identidad como hijo o<br />
necesita es un elemento bien predispuesto<br />
como intermediario. lealtad y todo lo que tiene por me<br />
hija de Dios. Descubra Su amor y<br />
Y me estoy dando cuenta de que dio de Él. Luego, esté dispuesto<br />
Dios elige a las personas que la a que lo utilice como Él lo desee.<br />
sociedad considera que no tienen Hay tantas cosas que Dios quiere<br />
hacer a través de usted. Hay<br />
posibilidad o capacidad de marcar<br />
la diferencia para marcar la tanto propósito para su vida que<br />
diferencia para Él.<br />
Él desea mostrarle con los planes<br />
El rey David era apenas un que tiene para usted.<br />
pastor de ovejas, hasta que el De verdad. ¿Y por qué no usted?<br />
SIMONE BRYANT es una hija de Dios, que además de esposa y escritora,<br />
aboga por la salud mental. Se recibió de asistente social. Trabaja en el equipo de<br />
comunicación con presidiarios que tiene Victorious Living para llevar esperanza.<br />
28s Número 02 / <strong>2023</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
¿QUIERE CONOCER A JESÚS?<br />
“Vengan a mí todos ustedes que<br />
están cansados y agobiados, y yo<br />
les daré descanso.” —Mateo 11:28<br />
Jared Emerson, Artist, jaredemerson.com<br />
¿Necesita descanso? ¿Paz? ¿Libertad? ¿Perdón? ¿Restauración?<br />
Clame a Jesús, acéptelo como su Salvador, y será hecho completo.<br />
Ore: “Jesús, te invito a mi vida. Confieso que soy un pecador y<br />
necesito un Salvador. Gracias por perdonar mis pecados y por<br />
hacerme de nuevo. Gracias por sacrificar tu vida por mí para que yo<br />
pueda tener una nueva vida en ti. Recibo, por fe, el perdón de mis<br />
pecados. Toma mi vida, mi pasado y mi futuro. Guía mis pasos y<br />
habla a mi corazón, Señor. Úsame, Dios. Amén.”<br />
Queremos saber de su decisión y ayudarlo a crecer en su fe.<br />
Escriba a: PO Box 2751, Greenville, NC 27836.<br />
¿AHORA QUE?<br />
Acepté la salvación de Dios.<br />
¿Y ahora, qué?<br />
TAL VEZ DESPUÉS DE LEER las historias en esta revista, haya entregado su vida a Jesús.<br />
¡Felicitaciones! Acaba de tomar la decisión más importante de su vida. Pero quizás se esté preguntando<br />
¿y ahora, qué? Estas son cinco formas de asegurarnos el crecimiento espiritual. Tenga<br />
presente que la vida cristiana es una experiencia que nos transforma para siempre.<br />
1. ORE. Cuéntele todo a Dios y espere Su respuesta. No necesita palabras rebuscadas, solo<br />
un corazón sincero.<br />
2. ESTUDIE LA BIBLIA. La Palabra de Dios tiene todas las instrucciones que necesitamos<br />
en la vida. Ingrese a un estudio bíblico y descubra algo nuevo cada día. Vea recursos<br />
gratuitos al pie.<br />
3. BAUTÍCESE. Aunque el bautismo no es una exigencia para la salvación, la Biblia nos dice<br />
claramente que debemos ser bautizados en agua tras aceptar la salvación. El bautismo<br />
simboliza la muerte al pecado y vivir una vida nueva en Jesucristo (Romanos 6:4). Por las<br />
restricciones que hay en las cárceles, puede que resulte difícil la inmersión en agua, así<br />
que use la creatividad y deje que el Espíritu Santo le revele cómo puede cumplir este acto<br />
de obediencia hasta que la inmersión sea posible.<br />
4. BUSQUE UNA COMUNIDAD CRISTIANA. Únase a una congregación local de<br />
seguidores de Cristo. Si el encarcelamiento le dificulta ir a una iglesia, comparta con otros<br />
creyentes lo mejor que pueda. Le van a ayudar a mantenerse firme y a ser responsable.<br />
5. CUÉNTELE A ALGUIEN. Háblele de su decisión de seguir a Cristo y explíquele lo que Él<br />
hizo por usted. Y después ¡cuéntenos! Nos encantaría que lo comparta con nosotros.<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
Número 02 / <strong>2023</strong><br />
29s
NOVEDADES DEL MINISTERIO/RECURSOS<br />
Novedades del programa<br />
carcelario de Victorious Living<br />
• Los familiares de nuestra familia encarcelada y nuestros socios del<br />
ministerio también pueden disfrutar de nuestros recursos gratuitos<br />
en pandoapp.tv y las plataformas en línea de VL como vlmag.org,<br />
Facebook, Instagram y YouTube.<br />
Gracias al Señor, a generosos asociados financieros y<br />
las nuevas posibilidades digitales, los ministerios de<br />
Victorious Living continúan expandiéndose en todo EE. UU.<br />
• El trimestre pasado, VLMag llevó esperanza a personas<br />
encarceladas en Panamá, con la ayuda de los misioneros Miguel<br />
Núñez y Mayra Ramos y la Iglesia Bautista de Panamá. Sumamos<br />
60 establecimientos nuevos de todo el país a nuestra lista de envíos<br />
y recorrimos cárceles de Florida y Arizona.<br />
• Los reclusos pueden escribirnos a PO Box 2751, Greenville, NC 27836,<br />
o por correo electrónico a hope@vlmag.org desde sus tabletas. No<br />
podemos comunicarnos por teléfono; por favor, háganlo por carta o<br />
correo electrónico. Leemos y oramos por cada carta que recibimos.<br />
No podemos recibir correo electrónico ni llamadas referidas a<br />
transferencias de dinero, ni aceptamos historias no solicitadas para<br />
su publicación, fotografías, ni documentos legales. Si se envían,<br />
no los podemos devolver al remitente. Por favor, tengan en cuenta<br />
que algunos correos electrónicos pueden ser respondidos por carta.<br />
Hacemos todo lo posible por contestar a la brevedad.<br />
• La elevada tasa de traslados de los reclusos y las restricciones de los<br />
establecimientos carcelarios nos impiden enviar copias de VLMag<br />
a cada recluso. Pero se envían copias a granel con o sin grapas, sin<br />
cargo alguno a cárceles, penitenciarías, programas de recuperación<br />
y reinserción, a solicitud de capellanes y directores de programas.<br />
• ¿Sabía que a la revista VLMag tienen acceso personas dentro y fuera<br />
de la cárcel? Es un regalo para los asociados de nuestro ministerio y<br />
se puede enviar a cualquier interesado. Llame al 352-478-2098 o visite<br />
vlmag.org y haga clic en la pestaña “give now” (donar ahora). Se<br />
agradece la donación de cualquier importe.<br />
RECURSOS<br />
A continuación dejamos distintas opciones de material cristiano<br />
gratuito al que pueden tener acceso reclusos y capellanes<br />
que hablen inglés o español. Pónganse en contacto con las<br />
direcciones indicadas más abajo. Díganles a nuestros colegas<br />
que llegaron a través de VL.<br />
VICTORIOUS LIVING<br />
Correspondencia personal en inglés y español. A solicitud del<br />
capellán se hacen llegar múltiples copias de VLMag a las bibliotecas<br />
de penitenciarías y cárceles.<br />
PO Box 2751<br />
Email: hope@vlmag.org<br />
Greenville, NC 27836<br />
2ND OPPORTUNITY<br />
Programas de<br />
reinserción laboral<br />
y en la sociedad;<br />
recomendaciones<br />
de empleos/vivienda,<br />
a solicitud.<br />
PO Box 3411<br />
Peachtree City, GA<br />
30269<br />
CLI PRISON<br />
ALLIANCE<br />
Estudios de discipulado<br />
por correo elec tró ni co;<br />
libros cristianos y<br />
Biblias para bibliotecas<br />
a solicitud de personal<br />
autorizado.<br />
PO Box 97095<br />
Raleigh, NC 27624<br />
RESCUED NOT<br />
ARRESTED<br />
Biblias NVI sin<br />
cargo, curso de<br />
estudios bíblicos por<br />
correspondencia y Biblia<br />
de estudio del diario<br />
vivir, al finalizar el curso.<br />
PO Box 90606<br />
Phoenix, AZ 85066<br />
CROSSROADS PRISON<br />
MINISTRIES<br />
Estudios bíblicos por<br />
correspondencia y<br />
cartas de orientación al<br />
completar las lecciones.<br />
Biblias sin cargo a pedido<br />
de los alumnos de CRM.<br />
PO Box 900<br />
Grand Rapids, MI 49509<br />
HOPE IS ALIVE<br />
Residencias libres de<br />
adicciones, grupos de ayuda<br />
basados en la fe y grupos de<br />
apoyo en el sufrimiento para<br />
aquellos afectados por las<br />
adicciones, en todo el país.<br />
14400 Bogert Parkway<br />
Suite 200<br />
Oklahoma City, OK 73134<br />
30s<br />
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