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ÁREA MÉDICA<br />
16<br />
V PREMIOS ESTEVE<br />
cientes con EA preclínica, los nuevos criterios sólo pueden considerarse con fines<br />
de investigación, ya que estos pacientes at-risk no acudirán a las consultas al no<br />
expresar quejas cognitivas. Sin embargo, esta fase preclínica tiene un interés clínico<br />
potencial al permitir diagnosticar la EA en el estadio 3 según Sperling et al. (estadio<br />
de amiloidosis cerebral asintomática con evidencia de neurodegeneración y<br />
presencia de un deterioro cognitivo sutil), último estadio de la fase preclínica y límite<br />
con la EA prodrómica. En este estadio, la valoración de la evolución de las<br />
quejas cognitivas subjetivas del paciente empleando medidas cognitivas más específicas<br />
y sensibles podría ser predictora de la evolución a la fase prodrómica de la<br />
enfermedad.<br />
Enfermedad de Alzheimer en fase predemencia<br />
Esta fase, también denominada EA prodrómica, constituye la piedra angular para<br />
la aplicación y el desarrollo de los nuevos criterios diagnósticos con el empleo de<br />
biomarcadores, tanto en el análisis del LCR (péptido beta amiloide, proteína tau)<br />
como en la neuroimagen estructural (RMN) y funcional (PET, tomografía computarizada<br />
por emisión de fotones individuales [SPECT]).<br />
Un biomarcador es una característica biológica medible que evalúa objetivamente<br />
un proceso fisiológico, patológico o la respuesta farmacológica a una intervención<br />
terapéutica. En la EA los dividimos en marcadores indicativos del depósito<br />
de amiloide (descenso de péptido beta amiloide en LCR, PET con trazador de<br />
amiloide) y biomarcadores del daño neuronal (aumento de proteína tau en LCR,<br />
valoración de la atrofia hipocampal en RM, PET, SPECT).<br />
Independientemente del empleo de biomarcadores, el diagnóstico del DCL es<br />
clínico, por lo que se deben cumplir los criterios clínicos actualmente aceptados<br />
(que no difieren sustancialmente de los propuestos por Petersen et al.). Para considerar<br />
la posibilidad del diagnóstico del DCL debido a EA, éste debe ser de perfil<br />
amnésico y afectar a la memoria semántica, valorada con test verbales o visuales y<br />
con resultados que no mejoran con claves semánticas. Con la aplicación de<br />
los biomarcadores el deterioro cognitivo ligero se clasifica en cuatro categorías:<br />
1) DCL por criterios clínicos exclusivamente (los biomarcadores dan información<br />
contradictoria o no se han testado); 2) DCL debido a EA con probabilidad intermedia<br />
(algún biomarcador no ha sido testado); 3) DCL debido a EA con alta probabilidad<br />
(ambos biomarcadores positivos), y 4) DCL no debido a EA (ambos<br />
biomarcadores negativos).<br />
En la práctica clínica es un tema de gran interés tanto en el plano de la investigación<br />
como en el del tratamiento. El objetivo del neurólogo debe ser trasladar el<br />
diagnóstico de EA a esta fase de EA prodrómica, de forma que ante una alta probabilidad<br />
de hallarnos frente a un DCL debido a la EA ensayemos los tratamientos<br />
disponibles ya en esta fase, es decir, la terapia combinada con inhibidores de la<br />
acetilcolinesterasa (IACE) y memantina. También en esta fase se deben ensayar las<br />
nuevas terapéuticas modificadoras del curso clínico. Por ejemplo, para el ensayo<br />
de la terapia inmune (la denominada «vacuna anti-Alzheimer»), el grupo de pacientes<br />
que tratar debe ser reclutado entre estos enfermos prodrómicos, con el<br />
fin de disminuir el depósito de amiloide, reducir con ello la presencia de placas de<br />
amiloide y, por tanto, frenar la cascada patogénica. Es decir, los biomarcadores son