General - Calendario de fiestas y actividades - Puigcerdà

Campanario de Santa Maria
ce finalizado en punta y rematado con
una aguja dorada. Observando el actual
campanario nos percatamos, rápidamente,
de que tiene dos periodos constructivos.
Por un lado, la base cuadrada , que
llega hasta el primer piso, y que está formada
por cuatro firmes pilares revestidos
de bloques de granito bien embaldosados.
A partir de aquí, y subiendo, toma
forma octogonal en la que la obra de las
paredes de las distintas caras está bien
ligada con las aristas de granito. Al final,
una terraza ,relativamente amplia, nos
permite gozar de una extraordinaria panorámica
del valle ceretano. Se aconseja
visitarla a pesar del esfuerzo de subir los
peldaños circulares del primer tramo y los
nuevos, más cómodos, hasta las campanas
por la satisfacción que nos va a producir.
En uno de los pilares de la base se abre
una puerta que nos da paso a una esca-
lera de caracol, también de granito, que
nos permite el acceso al primer piso. En
el primer piso se hayan dos ojos de buey
que se abren hacia la plaza y el hospital
en sendas arcadas laterales. La escalera
marca, perfectamente, el tramo más
antiguo y nos indica, al mismo tiempo,
donde se produce el cambio constructivo,
ya que hacia el final – tras subir unos
cuantos peldaños más- queda tapiada
una antigua lápida funeraria que nos
señala el final de la parte antigua. Es, precisamente,
este tramo de escalera el que
nos indica que originariamente el campanario
se erigía cuadrado a semejanza de
algunas representaciones dibujadas en
libros notariales del siglo XIII de
Puigcerdà. Dibujos, algunos de ellos, presuntamente
representativos de la Iglesia
de Santa María según algún autor y que
apuntan la posibilidad de un campanario
central y dos torres más bajas en cada
una de las naves laterales. No obstante,
una descripción de Puigcerdà de 1603
manifiesta la existencia de un solo campanario
y corrobora su forma y acceso:
“ ... se sostiene el alto y gordo campanario
cuadrado y sobre cuatro gordas
columnas y pilares. De modo que se sostiene
sobre cuatro pilares, que es hermosa
la traza. Dentro de una columna o pilar
está una angosta escalera de caracol para
subir en él.”
El cambio constructivo hacia la forma
octogonal no fue fruto de la casualidad
sino la consecuencia del mal estado del
campanario y de la necesidad de una
modificación. A lo largo de los años sufrió
muchos incidentes así como rayos e
incendios. La última reforma estructural
parece ser que se inició en 1737 y que
finalizó por completo en 1776. Una inscripción
hallada encima de la baranda que
corona al campanario y la documentación
existente muestran que este parte fue
restaurada en 1887. La última reforma, la
de las escaleras de hierro interiores y la
cúpula superior, es actual.
El campanario actuaba como atrio de
entrada a la iglesia y el suelo estaba
empedrado con lápidas sepulcrales. En el
atrio se abría una de las puertas de la iglesia
cuya portalada aún hoy podemos
observar. La forman cinco arquivoltas que
combinan las molduras ,redondas y pentagonales,
y que se sostienen por unas
columnas culminadas con capiteles decorados
con finos motivos vegetales entre
ellos piñas. Toda la portalada esta hecha
con “mármol de Isóvol”. En uno de los
lados destaca un bajo relieve que representa
un trajinante y su animal. En el centro
de esta planta baja se puede observar
una cruz donde a más de estar representados
distintos santos hay una representación
de la virgen de la Mare de Déu de
la Sagristia y un combinado de las armas
de Puigcerdà y de la Cerdaña. A partir de
la década de 1940 se dedica a las gentes
de Puigcerdà muertas durante la Guerra
Civil española.
La portalada daba paso a la nave central
de la iglesia y, por lo tanto, podemos interpretar
que era la principal si bien era más
utilizada la lateral que daba a la calle
mayor. De esta nave, también en mármol,
se conserva una arquivolta en la puerta
pequeña de la iglesia de Sant Domènec.
También se conserva el friso que hacía las
funciones de capitel y donde se observan
cabezas de animales parecidas gatos.
El campanario ha tenido varias funciones,
principalmente, de carácter religioso y
social. En primer lugar, cumplía la tarea
que le era propia como dar las campanadas
en las diferentes funciones religiosas
y anunciar acontecimientos como la
muerte del Papa, del monarca o de los
obispos. Otra función era la de dar aviso
de los incendios con la campana mayor
hasta que se instaló la sirena actual aún
en funcionamiento. Hasta hace poco también
se utilizaba para marcar las horas del
reloj antiguo, ahora modernizado. Cabe
señalar que el primer reloj data de 1415 y
que tras muchos arreglos fue cambiado
por otro en 1610. El último reloj, actualmente
sin funcionar, data del siglo XIX.
Una función más esporádica, pero no
menos necesaria, fue la de atalaya en
periodos de guerra y la de punto de
defensa mediante los tiradores allí situados.
Finalmente, la última función que
realiza es la turística y no debemos olvidar
los fuegos artificiales que se llevan a cabo
el día 8 de septiembre con motivo de la
fiesta dedicada a la virgen de la Mare de
Déu de la Sagristia, patrona de Puigcerdà.