guía del emprendedor social
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5. Gestionar la relación con clientes<br />
El desarrollo de relaciones estrechas con los clientes exige la identificación de sus necesidades y requisitos, recibir feedback de éstos, y hacer llegar este feedback<br />
hasta los empleados que pueden llevar a cabo cambios fundamentados en él. También exige que los clientes se involucren en el diseño <strong>del</strong> producto/servicio, y<br />
asegurarse de que los empleados entienden bien quiénes son los clientes. Por tanto, las relaciones estrechas con los clientes resultan en el agrupamiento de información<br />
y su utilización para mejorar los productos de acuerdo con los deseos de los clientes. Tales relaciones permiten reducir los inventarios, lo cual beneficia a ambas partes.<br />
La gestión por el <strong>emprendedor</strong> <strong>social</strong> de la relación con sus clientes (ya sean industriales o consumidores finales) ha de considerar que éstos también buscan cambios<br />
en el mo<strong>del</strong>o de producción y consumo. Por tanto, su experiencia, sus opiniones y sus demandas deben ser contemplados para mejorar la gestión ambiental y <strong>social</strong> de<br />
la cadena de valor de la empresa.<br />
ejemplo<br />
6. Tener y cumplir con el código de conducta<br />
El código de conducta de una empresa es un conjunto de normas que subrayan las responsabilidades de las buenas prácticas de la organización; y también es uno de<br />
los elementos clave de la responsabilidad <strong>social</strong> de la empresa. El establecimiento de un código de conducta interno para asegurar la integridad de la responsabilidad<br />
<strong>social</strong> de una empresa contribuye a la sostenibilidad <strong>social</strong> de la misma. Si el código es efectivo, entonces es capaz de identificar las mejores prácticas respecto de los<br />
grupos de interés internos de la empresa: empleados, accionistas, y miembros <strong>del</strong> consejo de administración. Si los grupos de interés internos, especialmente los<br />
empleados, perciben que su entorno de trabajo es justo, entonces será más probable que estén satisfechos con sus trabajos y con sus empleadores.<br />
Un código de conducta efectivo no va a definir únicamente las prácticas <strong>social</strong>mente responsables dentro de la empresa, sino también aquéllas que afectan a los grupos<br />
de interés externos, y concretamente a aquéllos involucrados en la CS: proveedores, clientes y consumidores. Tal código debería imponer prácticas laborales a sus<br />
proveedores, o cómo trabajar con proveedores pertenecientes a minorías.<br />
ejemplo<br />
Por ejemplo, en la industria automovilística, los grandes fabricantes (este tipo de clientes) han sido capaces de ser proactivos a la hora de exigir a sus proveedores una<br />
mejora en su desempeño medioambiental. Ford, General Motors (GM), y Daimler-Chrysler exigieron a sus proveedores que para el año 2003 debían contar con la<br />
certificación ISO 14001. Con posterioridad, otros fabricantes de menos envergadura (como Nissan o Toyota) se unieron al movimiento, y empujaron a sus proveedores<br />
a que mejoraran su gestión medioambiental.<br />
Por ejemplo, en 2004, Nike invitó a un panel de expertos externos a que revisaran su borrador de código de responsabilidad <strong>social</strong>. Tal comisión concluyó que Nike<br />
no recibiría el crédito necesario por parte de las ONGs hasta que no hiciera públicos los nombres y las direcciones de la totalidad de las factorías/proveedores que<br />
le suministraban.<br />
Además, las empresas necesitan considerar a otros stakeholders externos más allá de su CS, tales como la comunidad, las organizaciones no gubernamentales o los<br />
medios de comunicación. El establecimiento de un sistema de comunicación abierto con estos grupos permite a la empresa central minimizar sus riesgos y asegurar su<br />
supervivencia en el largo plazo. Por ejemplo, cuando las empresas muestran un comportamiento <strong>social</strong> y medioambientalmente sostenible hacia sus grupos de interés, o<br />
hacen fuerte énfasis en sus informes anuales sobre el hecho de que cumplen con sus códigos de conducta, tienen un desempeño mejor que aquellas que no expresaron<br />
tales conductas. Otro ejemplo nos lo da las Naciones Unidas según las cuales la adhesión a su código de buenas prácticas – United Nation’s Global Compact – produce<br />
impactos particularmente positivos en conseguir oportunidades de networking y en mejorar la imagen corporativa. (Este es el caso de las 500 empresas cotizadas más<br />
grandes de los Estados Unidos, veáse Cetindamar, 2007)