oswald-chambers-en-pos-de-lo-supremo
oswald-chambers-en-pos-de-lo-supremo
oswald-chambers-en-pos-de-lo-supremo
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Cuando el Espíritu Santo vino a mi vida, no consi<strong>de</strong>ró mis prejuicios o predilecciones; s<strong>en</strong>cillam<strong>en</strong>te me<br />
unió al Señor Jesús.<br />
Un misionero es algui<strong>en</strong> que está comprometido, como <strong>en</strong> un matrimonio, con la misión y el propósito<br />
dados por su Señor y Maestro. No ti<strong>en</strong>e que proclamar su propio punto <strong>de</strong> vista, sino al Cor<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> Dios.<br />
Pero es más fácil pert<strong>en</strong>ecer a un grupo que simplem<strong>en</strong>te cu<strong>en</strong>ta <strong>lo</strong> que Jesucristo hizo por mí, o volverse<br />
un <strong>de</strong>voto <strong>de</strong> la sanidad divina o <strong>de</strong> cierto tipo especial <strong>de</strong> santificación, o <strong>de</strong>l bautismo <strong>de</strong>l Espíritu<br />
Santo. Pab<strong>lo</strong> no dijo: "¡Ay <strong>de</strong> mí si no anunciara <strong>lo</strong> que Cristo hizo por mí!", sino: "¡Ay <strong>de</strong> mí si no<br />
anunciara el evangelio!" 1 Corintios 9:16. El m<strong>en</strong>saje <strong>de</strong>l Evangelio es: "¡El Cor<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> Dios quita el<br />
pecado <strong>de</strong>l mundo!"<br />
Octubre 16<br />
La clave <strong>de</strong> las órd<strong>en</strong>es <strong>de</strong>l Maestro<br />
"Rogad, pues, al Señor <strong>de</strong> la mies, que <strong>en</strong>vié obreros a su mies", Mateo 9:38<br />
La clave para el problema misionero está <strong>en</strong> las manos <strong>de</strong> Dios. Esa clave es la oración, no el trabajo; es<br />
<strong>de</strong>cir, no el trabajo como se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong><strong>de</strong> popularm<strong>en</strong>te hoy, porque pue<strong>de</strong> implicar una evasión <strong>de</strong> nuestra<br />
conc<strong>en</strong>tración <strong>en</strong> Dios. La clave para la difícil tarea <strong>de</strong>l misionero no es el s<strong>en</strong>tido común, la medicina,<br />
civilizarse o educarse y ni siquiera la evangelización. La clave es seguir las órd<strong>en</strong>es <strong>de</strong>l Maestro; es la<br />
oración. "Rogad, pues, al Señor <strong>de</strong> la mies". Naturalm<strong>en</strong>te, la oración no es práctica, es absurda. Debemos<br />
compr<strong>en</strong><strong>de</strong>r que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>l s<strong>en</strong>tido común orar es una necedad.<br />
Des<strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> Jesucristo no exist<strong>en</strong> naciones, solam<strong>en</strong>te el mundo. ¿Cuántos <strong>de</strong> nosotros<br />
oramos sin hacer acepción <strong>de</strong> personas, excepto una: Jesucristo? Él es el dueño <strong>de</strong> la cosecha producida<br />
por la zozobra y la convicción <strong>de</strong> pecado. Y esta es la mies por la cual <strong>de</strong>bemos orar para que se <strong>en</strong>ví<strong>en</strong><br />
obreros segadores. Estamos muy ocupados con el trabajo, mi<strong>en</strong>tras las personas a nuestro alre<strong>de</strong>dor están<br />
maduras y listas para cosechar. Pero no cosechamos ni una sola, sino que per<strong>de</strong>mos el tiempo <strong>de</strong> nuestro<br />
Señor <strong>en</strong> int<strong>en</strong>sas activida<strong>de</strong>s y programas. Imagínate que a tu padre o a tu hermano le sobrev<strong>en</strong>ga una<br />
crisis. ¿Estarás allí como un obrero que segará la cosecha para Jesucristo? O tu respuesta sería: "¡Ay, pero<br />
<strong>de</strong>bo realizar un trabajo especial!" Ningún cristiano ti<strong>en</strong>e un trabajo especial que llevar acabo, porque el<br />
llamado a pert<strong>en</strong>ecer a Jesucristo, a ser una persona que no es mayor que su Señor y que nunca le dicta a<br />
Él <strong>lo</strong> que ti<strong>en</strong>e que hacer. El Señor no nos llama a un trabajo especial. Nos llama a Él mismo. Rogad, pues<br />
al Señor <strong>de</strong> la mies y Él aparejará tus circunstancias para <strong>en</strong>viarte como su obrero.<br />
Octubre 17<br />
Mayores obras<br />
"De cierto, <strong>de</strong> cierto os digo: El que <strong>en</strong> mí cree, las obras que yo hago, él también las hará; y aun mayores<br />
hará, porque yo voy al Padre", Juan 14:12<br />
La oración no nos capacita para las obras mayores. Orar es la mayor obra. Sin embargo, consi<strong>de</strong>ramos la<br />
oración como un ejercicio racional <strong>de</strong> nuestros más elevados po<strong>de</strong>res con el fin <strong>de</strong> prepararnos para la<br />
obra <strong>de</strong> Dios. En las <strong>en</strong>señanzas <strong>de</strong> Jesucristo, la oración es la obra que operó el milagro <strong>de</strong> la red<strong>en</strong>ción<br />
<strong>en</strong> mí, el cual reproduce el milagro <strong>de</strong> la red<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> otras personas, por el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Dios. El fruto<br />
permanece firme por la oración, pero recuerda que ella se basa <strong>en</strong> la agonía red<strong>en</strong>tora <strong>de</strong> Cristo, no <strong>en</strong> tu<br />
propia agonía. Debo ir a Dios como su hijo, como un niño, porque só<strong>lo</strong> un niño obti<strong>en</strong>e la respuesta a su<br />
oración; un hombre "sabio", no (ver Mateo 11:25).<br />
Sin importar dón<strong>de</strong> te <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tres, orar es batallar. Cualesquiera sean las circunstancias que Dios<br />
disponga, tu <strong>de</strong>ber es orar. Nunca toleres este p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to: "No soy <strong>de</strong> ninguna utilidad don<strong>de</strong> estoy",<br />
porque ciertam<strong>en</strong>te no pue<strong>de</strong>s ser útil don<strong>de</strong> todavía no estás. Debes orar a Dios todo el tiempo <strong>en</strong><br />
cualquier lugar y circunstancia que Él te haya puesto. Dios promete: "Todo <strong>lo</strong> que pidáis al padre <strong>en</strong> mi<br />
nombre, <strong>lo</strong> haré", Juan 14:13. Pero no queremos orar, a m<strong>en</strong>os que sintamos una gran emoción. Esa es la<br />
forma más int<strong>en</strong>sa <strong>de</strong> egoísmo espiritual. Debemos apr<strong>en</strong><strong>de</strong>r a obrar <strong>de</strong> acuerdo con la dirección <strong>de</strong> Dios<br />
y Él nos dice que oremos. "Rogad, pues, al Señor <strong>de</strong> la mies, que <strong>en</strong>víe obreros a su mies", Mateo 9:38.<br />
137