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MATRIMONIO Y DIVORCIO, Una Perspectiva Bíblica

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Notemos que Cristo no manda el divorcio. Un cristiano que se vea envuelto en un problema matrimonial así,<br />

debe intentar primero el camino del perdón y la reconciliación, pues esta es la voluntad activa del Señor. Pero<br />

desafortunadamente, por la dureza del corazón humano, a veces es imposible restaurar un matrimonio destruido<br />

por la inmoralidad. En tales casos excepcionales, el Señor reconoce que la continuación del matrimonio es<br />

imposible y que el creyente debe tener el permiso de divorciarse. Ante los ojos de Dios, únicamente la<br />

inmoralidad sexual permite que el cónyuge defraudado obtenga el divorcio.<br />

Los comentarios de Jesús sobre el divorcio y el adulterio<br />

Los tres pasajes sinópticos incluyen las palabras "cualquiera que repudia a su mujer" ... "y se casa con otra",<br />

"comete adulterio". Esto parece implicar que es el hecho de casarse otra vez lo que produce el adulterio. Por eso<br />

algunos intérpretes permiten el divorcio, pero no el nuevo matrimonio. Pero, como ya hemos visto, los judíos<br />

siempre entendieron que el divorcio legal daba el derecho a contraer un segundo matrimonio. Esto también está<br />

apoyado en el Antiguo Testamento. Así que cuando Cristo habló del "divorcio", lo más razonable es entender<br />

que este término fue usado con el significado que era universalmente aceptado en ese entonces, y que daba el<br />

derecho de volverse a casar.<br />

¿Por qué entonces afirma el Señor que el que se divorcia y se vuelve a casar comete adulterio? Ya hemos visto<br />

que Mateo inserta la "cláusula de excepción" entre las palabras citadas arriba. La frase completa queda así con<br />

cuatro partes: "Cualquiera que repudia a su mujer", "salvo por causa de fornicación", "y se casa con otra",<br />

"comete adulterio". Esto nos demuestra que el Señor aquí está hablando del divorcio no justificado, o sea un<br />

divorcio por otras razones diferentes a la inmoralidad sexual. Por lo tanto, el Señor afirma que el que repudia a<br />

su mujer (sin haber motivo de inmoralidad en ella) y se vuelve a casar, comete adulterio; porque su primer<br />

matrimonio ¡todavía es válido ante los ojos de Dios!<br />

Marcos especifica que este adulterio es cometido "contra ella": probablemente la esposa que ha sido repudiada,<br />

pero también puede referirse a la nueva esposa. En todo caso, Jesús subraya que el esposo que obra así no sólo<br />

ofende a Dios, sino que también degrada y peca contra las mujeres implicadas. Mateo también añade que el<br />

esposo que repudia a su esposa "hace que ella adultere", presumiblemente cuando ella se volviera a casar, pues<br />

tanto la ley judía como la romana permitían el segundo matrimonio.<br />

Finalmente, Mateo y Lucas advierten que cualquiera que se casa con "la mujer repudiada" (o sea aquella que ha<br />

sido injustamente divorciada), ¡también comete adulterio! Jesucristo, en todo esto, nos subraya la estrecha<br />

relación entre el divorcio y el adulterio. El divorcio injustificado causa adulterio, pues implica que el adulterio<br />

será cometido por el esposo, la esposa y los nuevos cónyuges también. Por tanto el divorcio no es la voluntad de<br />

Dios. Notemos que esto está en marcada contradicción con la perspectiva de los fariseos: ellos (aun los estrictos<br />

seguidores de Shammai) sostenían que el adulterio era causa del divorcio. Jesús afirma lo contrario: El divorcio<br />

es causa del adulterio, y la única manera de salir de ese círculo vicioso es por el perdón y la reconciliación que<br />

quiere el Señor.<br />

Así pues, el principio general es claro; el hecho que se dé un divorcio seguido por un segundo matrimonio,<br />

implica que por lo menos alguien es culpable de adulterio. Hay tres posibilidades: (1) Que fue el adulterio de uno<br />

de los cónyuges lo que causó el divorcio. (2) Que un divorcio no justificado hará que los cónyuges separados y<br />

sus nuevas parejas cometan adulterio al volverse a casar. (3) Que la verdadera razón que hay detrás del divorcio<br />

es el deseo ilegítimo de tener otro cónyuge más atractivo, lo que equivale a codiciar a una mujer, lo cual Jesús<br />

condena como adulterio (Mateo 5:27-30).<br />

¿Qué aplicaciones para nosotros tiene esta advertencia de Jesús contra el adulterio en conexión con el divorcio?<br />

Sugiero las siguientes:<br />

(1) Si una persona se ha divorciado por causa de la inmoralidad sexual de su cónyuge, debemos aceptar que tal<br />

divorcio fue permitido por el Señor. Es sabio que haya un período de recuperación emocional y espiritual para<br />

<strong>MATRIMONIO</strong> Y <strong>DIVORCIO</strong>, <strong>Una</strong> <strong>Perspectiva</strong> <strong>Bíblica</strong> – Andrés P. Nunn pg.26

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