MATRIMONIO Y DIVORCIO, Una Perspectiva Bíblica
MATRIMONIO Y DIVORCIO, Una Perspectiva Bíblica
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QUINTA PARTE:<br />
ENTONCES, ¿QUÉ<br />
DEBEMOS HACER<br />
HOY DÍA?<br />
15. CONCLUSIONES DE LOS PASAJES BÍBLICOS<br />
Los pasajes bíblicos, y en particular las porciones de Mateo, son interpretados por diversos creyentes en<br />
diferentes maneras. Podemos descartar las interpretaciones extremas como soluciones muy poco probables, pero<br />
parece ser imposible llegar a un "consenso cristiano" sobre el tema del divorcio y el nuevo matrimonio. Estas<br />
interpretaciones están explicadas en un apéndice al final para aquellos que deseen conocerlas en más detalle. Dos<br />
escuelas de pensamiento dominan el campo como las posibilidades más probables:<br />
(1) En primer lugar, están los que permiten una separación o un divorcio civil bajo ciertas circunstancias, pero no<br />
permiten que los cónyuges separados se vuelvan a casar. Deben permanecer sin casarse, o reconciliarse con su<br />
primer cónyuge. Mientras su primer cónyuge tenga vida, le está prohibido al creyente volverse a casar con otra<br />
persona. Esta es, en esencia, la posición de la Iglesia Católica Romana y algunos grupos evangélicos<br />
fundamentales. Encuentra su apoyo principalmente en la tradición de la Iglesia de los primeros siglos, y varias<br />
interpretaciones del pasaje de Mateo: la del compromiso pre-matrimonial, la de los matrimonios prohibidos y las<br />
otras construcciones gramaticales.<br />
(2) En segundo lugar, están los que permiten que el "cónyuge inocente" se divorcie de su pareja si ha habido<br />
fornicación (inmoralidad sexual en general) de por medio. Para algunos, la deserción prolongada y definitiva por<br />
parte de un cónyuge inconverso también constituye una causal bíblicamente justificable para el divorcio. El<br />
creyente que se ha divorciado de esta manera queda libre de su antiguo cónyuge, y puede volverse a casar,<br />
siempre y cuando sea en el Señor. Este punto de vista se denomina la interpretación de Erasmo, y representa la<br />
opinión de la mayoría de los grupos evangélicos contemporáneos.<br />
En esta interpretación, el divorcio es visto como una concesión divina a la humanidad debida a nuestra dureza de<br />
corazón y nuestra condición pecaminosa. La voluntad perfecta de Dios es que el matrimonio sea indisoluble, de<br />
por vida. Pero en algunos casos, Dios permite el divorcio como su segunda voluntad. Sólo se debe recurrir a ella<br />
como última medida, y aun después de la separación el creyente debe esperar, buscando la posibilidad de una<br />
reconciliación verdadera.<br />
Conclusión personal<br />
Después de analizar los pasajes de las Escrituras que hemos detallado en este estudio, y de comparar los<br />
argumentos bíblicos y las interpretaciones que se resumen en el apéndice, siento que la explicación que mejor se<br />
ajusta a la Biblia es la segunda, o sea, la que permite (pero no manda) el divorcio, y esto únicamente por causa<br />
de inmoralidad, especialmente si no hay arrepentimiento o si el pecado se sigue repitiendo. Si la separación<br />
ocurre por otros motivos, el creyente debe esperar, para ver si es posible una reconciliación. Pero si el otro<br />
cónyuge cae en fornicación, entonces el Señor permite el divorcio, y el creyente que así se divorcia, puede<br />
eventualmente volverse a casar en el Señor.<br />
<strong>MATRIMONIO</strong> Y <strong>DIVORCIO</strong>, <strong>Una</strong> <strong>Perspectiva</strong> <strong>Bíblica</strong> – Andrés P. Nunn pg.36