25.04.2013 Views

Ariosto en el Quijote - Centro Virtual Cervantes

Ariosto en el Quijote - Centro Virtual Cervantes

Ariosto en el Quijote - Centro Virtual Cervantes

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

276 Georges Güntert<br />

Pero no todo es pasionalidad <strong>en</strong> este poema, <strong>en</strong> <strong>el</strong> cual la reflexión irónica<br />

y la contemplación estética ejerc<strong>en</strong> un pap<strong>el</strong> determinante, que d<strong>el</strong>imita los<br />

temporales extravíos de la razón. Especialm<strong>en</strong>te los inicios de cantos y sus<br />

finales, donde las unidades discursivas y narrativas se interfier<strong>en</strong>, se prestan<br />

como mom<strong>en</strong>tos privilegiados de la reflexión, <strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que remit<strong>en</strong> al<br />

plano de la <strong>en</strong>unciación y obligan a contemplar desde cierta distancia lo<br />

anteriorm<strong>en</strong>te narrado. Es cierto que la reflexión se manifiesta también <strong>en</strong><br />

otros lugares, cada vez que <strong>el</strong> narrador tematiza su tarea de organizador de un<br />

poema complejo, compuesto de muchas narraciones. En lo que atañe a la<br />

técnica d<strong>el</strong> <strong>en</strong>tr<strong>el</strong>acem<strong>en</strong>t y d<strong>el</strong> arte de interpolar cu<strong>en</strong>tos, Thomas Hart<br />

considera a <strong>Ariosto</strong> como <strong>el</strong> principal maestro de <strong>Cervantes</strong>, aunque también<br />

existían mod<strong>el</strong>os de gran complejidad narrativa <strong>en</strong> la literatura española d<strong>el</strong><br />

siglo XVI (por ejemplo, la Diana de Jorge de Montemayor). 2 " Lo cierto es<br />

que la alternancia <strong>en</strong>tre adhesión pasional y reflexión y - ¿por qué no? - <strong>en</strong>tre<br />

locura y lucidez, es señal de la aguda conci<strong>en</strong>cia literaria que <strong>Cervantes</strong> pudo<br />

observar <strong>en</strong> <strong>Ariosto</strong>, y acaso sólo <strong>en</strong> él.<br />

4. LA LUCIDEZ DE RINALDO<br />

Una de las transiciones más fascinantes es la que muestra la perplejidad de<br />

Rinaldo, invitado a beber de la copa de oro, acción con la cual podrá, si es<br />

cierto lo que le promet<strong>en</strong>, llegar a conocer la fid<strong>el</strong>idad de su esposa. 21<br />

Según le explica su anfitrión, víctima él mismo d<strong>el</strong> fatal experim<strong>en</strong>to, sólo<br />

<strong>el</strong> que consiga beber <strong>el</strong> vino sin verter ni una gota, t<strong>en</strong>drá la seguridad<br />

absoluta de su honor conyugal. El experim<strong>en</strong>to se pres<strong>en</strong>ta como doble<br />

prueba, tanto para <strong>el</strong> marido que ha de beber 'netam<strong>en</strong>te', como para la<br />

mujer cuya honra ha de ser 'neta', limpia. Pero la prueba <strong>en</strong>traña un<br />

mecanismo reversible: <strong>el</strong> marido, al ceder a la curiositas, deja de querer a<br />

su esposa, porque querer es confiar, y ésta, al <strong>en</strong>terarse de la maquinación,<br />

ya no podrá amar a su marido. Sabemos, por las palabras de Lotario,<br />

personaje d<strong>el</strong> Curioso impertin<strong>en</strong>te, que <strong>el</strong> 'prud<strong>en</strong>te Reinaldos' rehusará<br />

sustituir la fe por <strong>el</strong> conocimi<strong>en</strong>to, salvando así no sólo su amor, sino también<br />

su integridad moral. Es verdad que <strong>en</strong> un primer mom<strong>en</strong>to se ve t<strong>en</strong>tado<br />

por la propuesta, pero, acercado ya <strong>el</strong> vaso a sus labios, se deti<strong>en</strong>e a tiempo<br />

para reflexionar, y esta pausa reflexiva coincide justam<strong>en</strong>te con <strong>el</strong> paso a<br />

un nuevo canto. Continuando la lectura, vemos que Rinaldo ha desistido de<br />

su propósito y le oímos concluir: 'Sin qui m'ha il creder mió giovato, e<br />

giova:/ che poss'io megliorar per farne provaV, con lo que afirma la prioridad<br />

de la fe <strong>en</strong> los asuntos de amor y, a la vez, la necesidad de cont<strong>en</strong>er por<br />

medio de la razón los deseos más inmediatos. Su gesto prud<strong>en</strong>te, que pone<br />

coto al ímpetu de la curiositas (comparada, ésta, con <strong>el</strong> ilícito deseo ante <strong>el</strong><br />

árbol de la vida), configura un acto reflexivo análogo a aquél que ha de<br />

cumplirse <strong>en</strong> <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de la lectura. De tal modo, <strong>en</strong> la sabia opción d<strong>el</strong><br />

personaje se refleja la sabiduría que <strong>el</strong> poema de <strong>Ariosto</strong> trasmite al lector.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!