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12<br />
Angela Merkel, la<br />
canciller alemana<br />
goza de un buen<br />
momento<br />
económico en su<br />
país y eso<br />
fortalece la<br />
posición <strong>política</strong><br />
que ocupa en la<br />
zona euro<br />
Decía el genial Groucho Marx que el matrimonio<br />
era la principal causa de divorcio.<br />
Y, a pesar de la humorada, esto es algo<br />
en lo que últimamente están reflexionando<br />
bastante los franceses, decepcionados<br />
por el rumbo que ha tomado su<br />
unión <strong>política</strong> con Alemania, eje fundador<br />
de la Unión Europea (UE) y de la moneda<br />
<strong>com</strong>ún.<br />
Hay en estos momentos en Francia la<br />
sensación de que el país ha dejado de ser<br />
un contrapeso eficaz al poderío económico<br />
alemán, inmersa la UE en la mayor crisis<br />
financiera de su historia y justo cuando<br />
más hacía falta que este matrimonio<br />
funcionara con armonía para dirigir el<br />
barco <strong>com</strong>unitario lejos de la tormenta<br />
que atraviesa.<br />
El equilibrio de fuerzas (tanto <strong>política</strong>s<br />
<strong>com</strong>o económicas) que representaron durante<br />
varias décadas Alemania y Francia<br />
parece estar roto y difícilmente se recupere<br />
en el corto plazo. Alemania es cada vez<br />
más la única voz cantante dentro de la zona<br />
euro, gracias a su solvencia fiscal y a su<br />
peso económico relativo (su PIB equivale<br />
al 40% del producto de toda la zona).<br />
Mientras tanto, en el anverso de la moneda<br />
se ubica Francia, con un déficit fiscal<br />
del 4,8% del PIB (superior a la meta fijada<br />
por el gobierno del 3%) y una deuda sobe-<br />
rana que sigue creciendo, hasta superar el<br />
90% del producto. Y un costo de endeudamiento<br />
que se incrementó desde que su<br />
deuda perdió la calificación AAA, algo que<br />
Alemania sigue manteniendo. Encima, las<br />
estimaciones para el primer semestre de<br />
2013 en materia de crecimiento se mantienen<br />
cercanas a cero, lo que dificulta la<br />
recuperación económica que requiere el<br />
país para reducir un nivel de desempleo<br />
que se acerca peligrosamente al récord<br />
histórico de 1997.<br />
A nadie escapa que el matrimonio de<br />
conveniencia que supieron recrear Alemania<br />
y Francia tras haber protagonizado<br />
los dos mayores conflictos bélicos de<br />
la historia de la humanidad (la I y II Guerras<br />
Mundiales) fue una de las construcciones<br />
institucionales más brillantes y<br />
esperanzadoras que se alcanzaron y que<br />
hoy cumple medio siglo de vida (en 1963<br />
se firmó el Tratado de Amistad entre ambos<br />
países). Fundadores primero de la<br />
CECA (Comunidad Europea del Carbón<br />
y el Acero, que dio origen al libre <strong>com</strong>ercio<br />
del carbón y el acero en 1953 –los dos<br />
principales insumos militares–), luego<br />
de la CEE (Comunidad Económica Europea)<br />
en 1957, de la UE en 1993 (galardonada<br />
con el Premio Nobel de la Paz en<br />
2012) y por último del euro en 1999 (los<br />
billetes <strong>com</strong>enzaron a circular en 2002),<br />
esta unión generó uno de los períodos de<br />
prosperidad más fecundos de la historia<br />
europea. A nadie, a ambos lados del río<br />
Rin (que sirve de frontera entre ambos<br />
países) se le ocurriría poner en duda esta<br />
unión que tantos frutos ha dado. Pero<br />
lo concreto es que la visión que se tiene<br />
desde cada país es cada vez más divergente<br />
respecto de su utilidad. De acuerdo<br />
con una encuesta realizada por la<br />
consultora Ifop en ambos países, el 45%<br />
FINANZAS&MERCADOS Lunes 1º de abril de 2013 EL CRONISTA<br />
Alemania 1 - Francia 0<br />
La crisis de la zona euro pone en evidencia que el<br />
eje fundador de Europa pasa por su peor momento<br />
A 50 años de la unión <strong>política</strong><br />
entre los dos países que<br />
sentó las bases para la Unión<br />
Europea, la actual debilidad<br />
económica de Francia choca<br />
contra la fortaleza alemana. Y<br />
dificulta la adopción de<br />
medidas de consenso<br />
❘<br />
MARTÍN BURBRIDGE Buenos Aires<br />
de los franceses sigue considerando a<br />
Alemania <strong>com</strong>o un socio de privilegio,<br />
mientras que el 72% de los alemanes cree<br />
que su gobierno debería tratar a todos<br />
los países miembro de la zona euro de la<br />
misma manera y sin preferencias. Señal<br />
de que los alemanes se sienten cada vez<br />
más fuertes, seguros de sí mismos y menos<br />
dependientes de los demás, algo que<br />
es radicalmente distinto en Francia,<br />
donde se teme al efecto contagio que<br />
puede provocar la delicada situación de<br />
España e Italia.<br />
Pulseada desigual<br />
Si Alemania se siente tan fuerte en estos<br />
momentos y Francia tan débil se debe a<br />
que, <strong>com</strong>o en la fábula de la cigarra y la<br />
hormiga, los alemanes han hecho los deberes<br />
y realizado el ajuste fiscal antes de<br />
que estallara la crisis financiera. En cambio,<br />
los franceses evitaron en su momento<br />
el costo político del ajuste y ahora se enfrentan<br />
a la debacle de la zona euro en situación<br />
de debilidad.<br />
En una reciente entrevista por televisión,<br />
el presidente François Hollande reconoció<br />
que “la crisis ha durado más de<br />
lo previsto” y que mantiene una “tensión<br />
amistosa” con la canciller alemana Angela<br />
Merkel. Su gobierno está siendo muy<br />
criticado por los franceses, tras haber fracasado<br />
en sus promesas de campaña de<br />
que iba a cambiar la dinámica en la relación<br />
francoalemana. A principios de<br />
2012, cuando todavía era presidente Nicolas<br />
Sarkozy, muchos criticaron su <strong>com</strong>pleto<br />
alineamiento con la postura alemana<br />
de salir de la crisis a través de un mayor<br />
ajuste de las economías más <strong>com</strong>prometidas<br />
(Grecia, Portugal, Irlanda, España<br />
e Italia) para no deteriorar la fortaleza<br />
de la moneda <strong>com</strong>ún. La campaña de Ho-<br />
Francois Hollande,<br />
el titular del<br />
gobierno francés,<br />
reconoce que la<br />
economía gala<br />
sufre por no haber<br />
realizado<br />
los cambios<br />
necesarios a su<br />
debido tiempo<br />
llande puso el foco en esa ‘sumisión’ del<br />
gobierno francés, prometiendo un cambio<br />
profundo y una vuelta a una relación<br />
más equilibrada con Alemania.<br />
Pero la realidad ha demostrado ser inflexible<br />
con las aspiraciones de Francia<br />
de mayor independencia dentro de la zona<br />
euro, por lo que muy pronto su gobierno<br />
tuvo que bajar el perfil contestatario y<br />
recuperar el alineamiento previo. Esto se<br />
vio en la resolución de la reciente crisis<br />
bancaria de Chipre, en la que Hollande<br />
poco pudo hacer para evitar el ajuste exigido<br />
por las autoridades europeas y el<br />
FMI (“existe el riesgo de que la austeridad<br />
no condene a Europa a la recesión,<br />
sino a la explosión”, afirmó en su reciente<br />
entrevista).<br />
Hoy, al igual que en las parejas en las<br />
que uno de los miembros ha sido exitoso<br />
y el otro se estancó, surgen las dudas<br />
respecto de la utilidad de dicha unión.<br />
Como demuestra la encuesta de Ifop, los<br />
alemanes han progresado y ahora sienten<br />
que la relación de pareja los ahoga.<br />
Mientras que los problemas de los franceses<br />
son más profundos. Hay en Francia<br />
la sensación de haber perdido la<br />
‘grandeur’ de antaño y de haberse convertido<br />
en una economía de tercer orden<br />
(muy por detrás de Alemania e incluso de<br />
los principales BRICs). Para el resto de la<br />
zona euro, la noticia de la debilidad del<br />
eje francoalemán es una mala señal que<br />
augura más ajustes en el futuro próximo.<br />
Y que, <strong>com</strong>o en el poema del pastor Niemöller,<br />
tras haber “ido a buscar” a griegos,<br />
portugueses, irlandeses y chipriotas<br />
para que realizaran el ajuste (y los franceses<br />
no dijeran demasiado), pronto vayan<br />
a buscar a Francia para que aplique<br />
a su vez el mismo ajuste y, para entonces,<br />
ya no quede nadie que los defienda.