Una palabra para cruzar el puente - Alforja
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Primer encuentro<br />
Marco mi territorio con la lengua,<br />
la tierra de carne y hueso donde retoña <strong>el</strong> instante<br />
hasta abrir los cauces de la eternidad:<br />
alto p<strong>el</strong>aje nocturno poblado por mis hu<strong>el</strong>las,<br />
escrutable en sus orificios,<br />
en <strong>el</strong> gozo presentido que asciende por c<strong>el</strong>ajes de temblor<br />
como pez en vorágine de líquenes y arenas tibias.<br />
No hay reparos que no deshaga mi lengua<br />
ni espacio intocado que no explore<br />
este lento acariciar mamífero en la noche d<strong>el</strong> primer fuego,<br />
hombre y mujer descubriéndose,<br />
olisqueándose donde crece una flor viva<br />
y la sed abreva en pozos y estalactitas íntimas.<br />
Aquí hu<strong>el</strong>es a cardumen y médanos tibios,<br />
aquí rezuma un dulzor que extiende su espesura<br />
y se derrama como ofrenda en la planicie esférica d<strong>el</strong> vientre.<br />
Movimiento miscible. Desgarradura de v<strong>el</strong>ámenes.<br />
Yo oigo <strong>el</strong> ir y venir d<strong>el</strong> tiempo en su marea,<br />
dejándome ir me encuentro conmigo en lo que abrasa<br />
–entraña henchida de goce y soledades–<br />
y entre un latido y otro<br />
acezante<br />
la infinitud de la pequeña muerte.<br />
Zoología<br />
Blando <strong>el</strong> cuerpo. Desvalido como cachorro<br />
en <strong>el</strong> blanco océano de las sábanas,<br />
v<strong>el</strong>a al viento suave la respiración<br />
dejándose ir por <strong>el</strong> sueño y sus <strong>para</strong>jes;<br />
las piernas abiertas, los brazos en aspa,<br />
las manos de anh<strong>el</strong>ante mamífero hacia arriba,<br />
hacia <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o pintado.<br />
Sin alas, sin estratagemas <strong>para</strong> escapar.<br />
Sin los cerrojos que callan la boca.<br />
Sin ordenanza.<br />
Puedes acariciar su lomo. Contar una a una<br />
vértebras y articulaciones.<br />
Olerlo. Seguir <strong>el</strong> rastro de sus humores:<br />
espeso en la corva, en la ingle amargo,<br />
en <strong>el</strong> v<strong>el</strong>lo como v<strong>el</strong>o en la pi<strong>el</strong>;<br />
detrás como marisma, en las ancas.<br />
Rozar la boca sin riesgos. Sin lengua. Sólo<br />
con los labios.<br />
Puedes engarzar tus dedos<br />
con sus dedos,<br />
llamarlo por su nombre vulnerable<br />
y quedarte en su pecho como si fuera tabla de<br />
salvación <strong>para</strong> <strong>el</strong> naufragio.<br />
No te fíes: despierto clavará las garras.<br />
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