José De Gregorio - Santiago Runners
José De Gregorio - Santiago Runners
José De Gregorio - Santiago Runners
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
santiago runners news<br />
14<br />
Historias olímpicas Por Enrique Urrejola<br />
Maratón inolvidable<br />
El año 1984, en los Juegos de Los<br />
Ángeles, la cobertura de televisión fue<br />
excepcional. Los chilenos amantes del<br />
atletismo tuvimos la suerte de ver en<br />
directo las cuatro medallas de Carl<br />
Lewis, la caída de Mary <strong>De</strong>cker, y, el<br />
día de clausura, la cobertura completa<br />
de la Maratón masculina. Es de ésta<br />
emocionante carrera que hablaremos<br />
hoy.<br />
<strong>De</strong>masiados favoritos.<br />
En 1984, el “running boom” estaba<br />
cautivando millones de adeptos, sobre<br />
todo en Estados Unidos. Motivados por el<br />
ejemplo de Frank Shorter y sus medallas<br />
de oro y plata en dos maratones olímpicas,<br />
muchos corrían en competencias de calle,<br />
y cada ciudad importante desarrollaba su<br />
propia Maratón. Para Los Angeles, 1984,<br />
época en que aún no se establecía el<br />
absoluto dominio africano en pruebas<br />
de fondo, había al menos media docena<br />
de atletas con pergaminos para optar a<br />
la medalla de oro: Rob de Castella, de<br />
Australia, campeón mundial, y segunda<br />
mejor marca del mundo, era el gran<br />
favorito. La mejor marca mundial la<br />
tenía Alberto Salazar de Estados Unidos,<br />
con 3:08:13, quien, sin embargo había<br />
tenido actuaciones irregulares el último<br />
tiempo. Los japoneses tenían tres<br />
grandes corredores: Toshihiko Seko y los<br />
gemelos Soh. Estaba Ikangaa de Tanzania,<br />
el veterano Carlos Lopes de Portugal,<br />
de 37 años, los británicos Hugh Jones,<br />
Geoff Smith y Charlie Spedding (Reciente<br />
ganador de Londres), el neozelandés<br />
Dixon y el mexicano Rodolfo Gómez. Era<br />
muy difícil dar un pronóstico certero.<br />
La Maratón de Los Angeles.<br />
En Agosto de 1984, el clima de Los<br />
Angeles se preveía caluroso y húmedo. La<br />
carrera largó a las 5 de la tarde, cuando<br />
los termómetros marcaban 23°C. <strong>De</strong>sde<br />
un comienzo se formó un pelotón<br />
compacto en la punta, liderado por<br />
Juma Ikangaa. Estaban allí prácticamente<br />
todos los favoritos, excepto Salazar, que<br />
se rezagó tempranamente. El paso de<br />
carrera era rápido, en torno a 3:05 por<br />
kilómetro. Los que seguíamos la carrera<br />
por TV examinábamos a cada uno de<br />
los líderes, intentando captar, por las<br />
expresiones de los rostros y por la forma<br />
de correr, quien se veía mejor o peor. A<br />
medida que transcurrían los kilómetros, el<br />
protagonismo de Ikangaa se mantenía. <strong>De</strong><br />
Castella estaba ahí, pero se le veía sudar<br />
copiosamente. Seko corría demasiado<br />
serio, como si estuviese molesto por algo.<br />
Speeding se veía suelto y confortable, y<br />
López, en un estilo impecable, parecía en<br />
absoluto control de sí mismo. Todo podía<br />
suceder al acercarse al kilómetro 30.<br />
El momento crítico.<br />
<strong>De</strong>bido al calor y la humedad, todos los<br />
corredores se aprovisionaban de fluidos<br />
en los puestos de abastecimiento, lo<br />
que naturalmente los hacía disminuir<br />
la velocidad por unos momentos. Este<br />
detalle fue advertido por Spedding quien,<br />
sintiéndose muy bien, decidió pasar de<br />
largo en el puesto ubicado en el kilómetro<br />
32. Solo tres o cuatro corredores siguieron<br />
con el británico. “Tomé un sorbo de agua,<br />
y cuando levanté la vista, ellos se habían<br />
perdido”, comentaría <strong>De</strong> Castella, que de<br />
pronto se encontró 70 metros detrás de<br />
los punteros, y que solo terminaría en<br />
quinto lugar. Quedaban Spedding, Takeshi<br />
Soh, Carlos Lopes, y un desconocido<br />
(Para mi) de camiseta verde: el irlandés<br />
John Treacey. Ikangaa se mantenía cerca,<br />
pero se veía que perdía forma. El grupo<br />
se mantuvo hasta la marca del kilómetro<br />
35, momento en que López se despide del<br />
resto, al correr una milla en 4:35. “López<br />
corrió los 5 kilómetros entre el 35 y el<br />
40 en 14:30 y nadie, en toda la historia<br />
olímpica habría sido capaz de seguirlo”<br />
comenta Shorter que hacía cobertura<br />
televisiva de la carrera. Más atrás, estaban<br />
solos Spedding y Treacey los que, sin<br />
hablarse, se ayudan el uno al otro a marcar<br />
ritmo para asegurarse una medalla.<br />
Carlos Lopes entró al estadio olímpico<br />
con bastante ventaja, corriendo la última<br />
vuelta a muy buen paso, para terminar en<br />
2:09:20, nuevo récord olímpico. Treacey<br />
y Spedding entran juntos al estadio, y la<br />
carrera entre ambos se define con un sprint<br />
de Tracey en la curva final, para quedarse<br />
con la plata y Spedding el bronce. Una<br />
final absolutamente europea. Más atrás<br />
llegarán Soh, <strong>De</strong> Castella e Ikangaa. Seko y<br />
Salazar terminarán en decepcionantes 13°<br />
y 14° lugar.<br />
Post scriptum.<br />
Carlos Lopes culminó su carrera triunfante<br />
con un espectacular récord mundial en<br />
la Maratón de Rótterdam en 1985, con<br />
2:07:12. Fue el primer hombre en bajar<br />
de 2:08, a la edad de 38 años. Su récord<br />
olímpico se mantuvo hasta los recientes<br />
Juegos de Beijing 2008, en que el keniata<br />
Sammi Wanjiru venció con 2:06:32. d