José De Gregorio - Santiago Runners

pesar de las características de la carrera.
Descubrió que la música y las canciones
- cualquier tipo de ritmo - junto con el
pensamiento le permitirían sobrevivir.
Asimismo, consideró que la fuerza que
ya había adquirido a lo largo de su vida,
le empujaría a la línea de la meta. Quería
romper los récords de 100, 200 kilómetros
y la tradición pan-helénica para terminar
como el primer griego. Evidentemente lo
logró.
Luego de la Spartathalon, había muchas
dudas acerca de la verdadera capacidad
de Yiannis. Cuando terminó, Yiannis
declaró: “la gente espera ver llegar a
los atletas a las 10 a.m. Llegué a las 5
a.m. Nadie me cree. Tuve que despertar
a los funcionarios. Me sorprendió que
los corredores del extranjero estuvieran
tan lejos. Los funcionarios tuvieron que
despertar al alcalde para llevar a cabo la
ceremonia de presentación. “(Rafferty’95)
y así comenzó la legendaria carrera. Un
año más tarde, Yiannis completó su
memorable carrera, la Nueva York Road
Runners. Cuando comenzó esta carrera
sólo deseaba hacerla en 24 horas para
romper el récord mundial. A su juicio,
había una muy buena posibilidad de
hacerla. Optó por romper el récord
mundial de 24 horas en los seis días de
carrera porque estaba en buena forma.
Al mismo tiempo, consideró que su
velocidad se agotaba con la edad y sabía
que no tendría otra oportunidad para
hacerlo. “Nunca antes entendí que había
personas que se dedicaban seis días y
seis noches a correr, ni las etapas de su
equilibrio psicosomático y su estado de
ánimo”, escribe Yiannis. Yiannis corrió a
un ritmo menor a 7 millas, en la mira de
los espectadores. La gente no podía creer
lo que estaba sucediendo. Este tipo fue
volando! Nadie sabía si podría continuar
en ese ritmo o si se accidentaría. Sus
competidores esperaban ansiosamente
la desgracia. Parecía imposible que él
siguiera adelante. Él mismo comenzó
a dudar. A su juicio, la incredulidad y el
escepticismo de la multitud lo afectaron
profundamente.
Kouros necesitaba algún tipo de
estabilidad que no encontró. Llegó a las 24
horas sin un récord mundial (163,5 millas),
pero ¿cómo, con sus pies cubiertos de
ampollas, fue capaz de seguir y romper
el récord mundial de 48 horas?. Así es,
pasó las 48 horas marca con 266 millas, un
récord mundial. Continuó una y otra vez.
Por último, la estabilidad anhelada vino
en la persona de Sri Chinmoy. Yiannis
escribió, “Con Sri Chinmoy creo que se
dio una comunicación en dos sentidos.
Primero, tuve su apoyo psicológico y
automáticamente e inconscientemente me
dio el crédito y la clave para comprender
el peso de sus palabras. Segundo, supo
cómo alimentar mi voluntad.. “ Sri tomó
a Yannis y le dijo:” Usted va a ganar! “ .
Inmediatamente, Yannis pensó: “Él debe
saberlo. Me miró a los ojos y vio en mi
cara que quería ganar”. Kouros comenzó a
creer. Siempre quiso ganar, pero no tenía
la seguridad.
Todos los días tuvo miedo de pararse
nuevamente. Sin embargo, luego de
hablar con Sri Chinmoy tuvo esperanzas.
La inseguridad y el temor se habían ido.
Cuando corría muy rápido, bailaba de
alegría. A partir de ese momento ya estaba
seguro de que lo haría. Terminó con 635
millas. Yiannis obtuvo el récord mundial
de 24 horas en 1984 y 1985, en Nueva York,
durante el huracán Gloria. Con sus, amigos,
Sri Chinmoy y sus seguidores allí, Yiannis
sentía una seguridad que no encontró
en los primeros días de la carrera. “Me
inspiraban telepáticamente”, escribió.
“Tuve mucha confianza y voluntad para
lograr mi objetivo, incluso luché contra la
naturaleza”.
El récord mundial de las 1000 cayó en
mayo de 1988, en Flushing Meadow,
Nueva York. En camino hacia el logro de
este, Yiannis había mejorado sus seis días
de récord mundial a 639 millas. Yiannis
recuerda esta carrera como su mejor
ultra-maratón. No estaba en muy buenas
condiciones. Su tendón de Aquiles se
hirió, también la rodilla de la que se había
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