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Delante de Evelina admirada, a una señal del mentor un gran espejo se hizo visible,<br />
junto a la butaca, dando la idea de que la pieza estuviera ligada al sistema eléctrico,<br />
por disposiciones especiales.<br />
–Nuestra conversación será filmada. Sencillo recurso para que sus contactos con<br />
nuestra casa sean seguidos con seguridad, en el capítulo de la asistencia de que no<br />
prescindirá en sus primeros momentos de vida espiritual. Tranquilícese, comprendiendo,<br />
sin embargo, que todas sus preguntas y respuestas se revisten de la mayor<br />
importancia para su beneficio. Por sus indagaciones, la autoridad del Instituto identificará<br />
su situación en el conocimiento y, por sus respuestas, sabrá el volumen de sus<br />
necesidades. Conversemos.<br />
Ante aquella mirada, blanda y enérgica, al mismo tiempo, se reconoció Evelina<br />
como niño de letras primarias, ante examinador experimentado, y, concluyendo que no<br />
le sería lícito rehusar la prueba, preguntó con respetuoso coraje:<br />
–¿Instructor Ribas, dado que usted ha hecho referencias a mis “primeros tiempos<br />
de vida espiritual”, es verdad que somos Espíritus desencarnados, personas que ya no<br />
viven en la Tierra?<br />
–Perfectamente, a pesar de que la hermana no consiga todavía cerciorarse de ello.<br />
-¿Por qué semejante inadaptación?<br />
–Falta de preparación en la vida física. De forma general, su posición de sorpresa<br />
es común a la mayoría de las criaturas terrestres, en virtud de la ausencia de integración<br />
real con las experiencias religiosas a que se aficionan.<br />
–¿Si estamos efectivamente muertos, cree usted que yo, en condición de católica,<br />
debo presentar o debería presentar un índice más completo de comunión con la verdad<br />
espiritual que no consigo entender?<br />
–Claramente.<br />
–¿Cómo es ello?<br />
–Si la hermana, durante su existencia en el cuerpo denso, pensase firmemente en<br />
las enseñanzas de Jesús, el Divino Maestro, que se levantó de la tumba para la<br />
demostración de la vida eterna, si meditase en la esencia de los oficios religiosos de su<br />
fe, todos ellos dirigidos a Dios y, después de Dios, a los muertos sublimes, como son<br />
Nuestro Señor Jesucristo, su Augusta Madre y a los Espíritus heroicos que veneramos<br />
por santos de la vida cristiana, ciertamente no experimentaría el asombro que, hasta<br />
ahora, le insensibiliza los centros de fuerza, a pesar de la elevación y la delicadeza de<br />
sus aspiraciones.<br />
Se vio Evelina, de repente, transportada por los resortes mágicos de la imaginación,<br />
a su viejo templo religioso... Recordó las oraciones, los cánticos, las novenas y los<br />
rituales litúrgicos en los que participara, como si únicamente allí, en aquel gabinete de<br />
análisis espiritual, pudiese penetrarles el sentido. ¿Cómo no se inclinara a interpretarlos,<br />
antes, por invocaciones al Mundo Espiritual? ¿Cómo no les percibiera, hasta<br />
aquel momento, la función de canales de comunicación con las Fuerzas Divinas?...<br />
En pensamiento, aspiraba encontrarse en São Paulo, caminar hasta el recinto de su<br />
devoción religiosa y saludar en la propia creencia el punto más alto de la vida, aquel, a<br />
través del cual, lograba entregarse a la protección del Todo-Misericordioso, con sus<br />
dolores y alegrías, aflicciones y ansias más íntimas... Se acordó de Jesús, fuese en las<br />
esculturas o en los cuadros, en las plegarías y conversaciones, como siendo un Espíritu<br />
http://www.espiritismo.es 44<br />
F.E.E