Informe - Síndic de Greuges

la calidad, es cada vez más acusado conforme avanzamos hacia la cola del río, alcanzando sus cotas
máximas en la vega baja.
d) Desarrollo industrial
El desarrollo industrial fue posible en la cuenca gracias en gran medida a la disponibilidad de agua
procedente de las redes de abastecimiento instaladas por la Mancomunidad de los Canales del
Taibilla. La industria conservera se desarrolló especialmente en núcleos como Molina de Segura,
Alcantarilla, Alguazas, Mula, etc. y la industria de curtidos en Lorca. Así mismo también se
posibilitó la instalación de otro tipo de industrias como las cárnicas, almazaras y bodegas,
diseminadas por toda la cuenca.
La evolución de los vertidos de origen industrial como causantes de la desnaturalización de los
caudales del río, ha sido similar a la de los vertidos de origen urbano, con la diferencia que el efecto
contaminante del agua residual industrial es mayor que el de la urbana. No obstante, el número de
vertidos industriales es mucho menor.
El problema principal del vertido industrial es la carga orgánica unido a la gran cantidad de
compuestos tóxicos que poseen y que hacen mas complicada su depuración. El sistema de
depuración de estas aguas debe ser independiente de la depuración de las de origen urbano y tratarse
en otras instalaciones. Esta circunstancia no se suele dar, por lo que ambos vertidos se mezclan
siendo más difícil su tratamiento.
e) Descenso de los caudales circulantes
El descenso de los caudales circulantes no es en sí una causa directa de la desnaturalización de los
caudales, pero si que es una causa indirecta, ya que al no haber dilución de los vertidos, el proceso
de autodepuración se ve impedido, haciéndose más patente el efecto de la desnaturalización.
Uno de los factores que han propiciado este descenso ha sido el ya comentado aumento de la
demanda de agua, lo que ha motivado la regulación total de los caudales circulantes para poder
aumentar así la disponibilidad del recurso. El responsable principal ha sido el aumento de la
superficie de regadío, ya que el regadío consume por encima del 80% de los recursos disponibles.
El otro factor es el descenso de los aportes naturales de la cabecera del Segura sufrido desde
principios de los años 80. Si se compara la serie histórica 1940-1995, de las precipitaciones medias
anuales sobre la cabecera frente a las aportaciones de la misma, se observa el carácter cíclico de las
precipitaciones, intercalándose períodos húmedos con períodos secos. Las aportaciones de la
cabecera son la respuesta de la cuenca ante las precipitaciones, de forma que las aportaciones han
seguido ciclos paralelos a los de las precipitaciones a lo largo de la serie excepto a partir de los años
80, en los que las aportaciones descienden comparativamente con el aumento de las precipitaciones.
Hasta el año 1981 el régimen de aportaciones era paralelo al de precipitaciones, rompiéndose ese
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