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SM112-Mora-Desde la filosofia.pdf - Repositorio UASB-Digital ...

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64 María­del­Pi<strong>la</strong>r­<strong>Mora</strong><br />

cuenta de <strong>la</strong>s complejidades de los procesos heterogéneos del sistema mun do<br />

moderno/colonial y esto se debe a que en el fondo privilegia <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones<br />

económicas y políticas de los procesos sociales sin tomar en cuenta que lo sim -<br />

bólico y, por lo tanto, el conocimiento, también tiene relevancia en <strong>la</strong> conformación<br />

de <strong>la</strong>s jerarquías moderno/coloniales.<br />

Por último, se concluye que, <strong>la</strong> experiencia periférica de <strong>la</strong> occidentalización<br />

es lo que propiamente mueve a Roig a entender que lo característico de<br />

<strong>la</strong> filosofía <strong>la</strong>tinoamericana crítica de <strong>la</strong> historia es una inversión del veredicto<br />

hegeliano. La filosofía no es una actividad que, al decir de Hegel, aparece cuando<br />

un pueblo ha desarrol<strong>la</strong>do ya todo su potencial intelectual. No es el momento<br />

de <strong>la</strong> decadencia cuando un pueblo produce filosofía auténtica, sino el mo -<br />

men to de <strong>la</strong> emergencia. Para Hegel, <strong>la</strong> historia posee un modelo, una teleología,<br />

el cual sólo se deja reconocer retrospectivamente, y justamente ésta es <strong>la</strong> crí -<br />

tica de Roig a <strong>la</strong> ontología occidental. La liberación conceptual con respecto a<br />

esa ontología consiste para Roig, en cambio, en <strong>la</strong> posibilidad de una teleología<br />

para ade<strong>la</strong>nte, proyectada hacia el futuro. Esto quiere decir que <strong>la</strong> historia es he -<br />

cha por los oprimidos en sus especiales mo mentos continuos, emergentes y re -<br />

vo lucionarios. Por eso <strong>la</strong> filosofía ya no pue de concebirse a <strong>la</strong> manera de Hegel,<br />

como un saber vespertino que «le vanta el vuelo al atardecer», sino un saber ma -<br />

tinal que se abre a <strong>la</strong> construcción utópica de futuro. El símbolo de <strong>la</strong> filosofía <strong>la</strong>ti -<br />

noamericana ya no es el búho de Mi ner va, sino <strong>la</strong> ca<strong>la</strong>ndria argentina o el güira -<br />

gchuro ecuatoriano que canta a tempranas horas de <strong>la</strong> mañana (Roig, 1993a: 106).<br />

Si Roig piensa que el «sujeto <strong>la</strong>tinoamericano» es dueño de su propia historia y<br />

puede llevar ade<strong>la</strong>nte sus intereses como «barbarie», es decir como pueblos opri -<br />

midos, es porque está convencido que <strong>la</strong> historia obedece a <strong>la</strong> dialéctica entre amo<br />

y esc<strong>la</strong>vo, a <strong>la</strong> dialéctica entre opresores y dominados. Este enfoque hasta po dría<br />

re sultar atractivo porque surgiere que son los desposeídos o los pueblos opri mi -<br />

dos los verdaderos portadores de los valores e intereses de <strong>la</strong> humanidad, pero en<br />

última instancia expresa a <strong>la</strong> historia en una so<strong>la</strong> dirección de conjun to y que<br />

converge sobre un agente revolucionario –que en el caso de Marx– se trata del<br />

proletariado, que es «<strong>la</strong> c<strong>la</strong>se universal», en caso de Roig, se refiere al «sujeto<br />

<strong>la</strong>tinoamericano» (<strong>la</strong> c<strong>la</strong>se, <strong>la</strong> nación, el pueblo dependiente) víctima de los procesos<br />

de colonización. La centralización del sujeto en <strong>la</strong> historia es <strong>la</strong> normatividad<br />

moderna, <strong>la</strong> que otorga legitimidad al historicismo <strong>la</strong>tinoamericano y al<br />

pensamiento moderno en general. Se pone esta posición en cuestión entre otras<br />

cosas por <strong>la</strong>s siguientes razones. En primer lugar, ac tualmente los intereses de<br />

los «oprimidos» son muy divergentes y hasta pueden chocar entre sí en tanto<br />

están envueltos en un proceso complejo de globa lización. 85 En se gundo lugar,<br />

85. Se trata de un concepto de globalización que intenta esbozar «<strong>la</strong> cara que asume el dominio<br />

en <strong>la</strong> época actual», pensando en «buena parte» desde <strong>la</strong>s Américas. Al respecto, Fernando Co -

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