Revista ADITI Nº I-12 Sep.2004 - Juan Carlos Garcia

Revista Metafísica ADITI. Año I. Nº 12 / Septiembre 2004 11
que lo convierte en una institución en
continua evolución.
Todo el edificio es de orden gigante
y en su interior podrían caber dos o tres museos
de El Prado. Podemos obtener una
idea aproximada de su grandeza al ver
que si hiciéramos un catálogo completo
de todas las colecciones que alberga este
edificio, llenaría toda una estantería.
Era 31 de diciembre cuando llegamos,
y a pesar de ello habían no menos
de mil personas entrando continuamente.
Casi llevados por la gran masa de
gente nos acercamos hasta, para mi gusto,
la parte más interesante de este museo,
el mundo antiguo; en especial Egipto.
Cientos de figuras, con no menos de
3000 años se desplegaban ante nuestra
vista. Cabezas, brazos y piernas de gigantes
colosos de piedra antiguamente
erectos sobre el ardiente desierto de Egipto,
sobre los cuales eran dirigidas oraciones
y peticiones, ahora eran presa de
la vista neófita del turista. Cuanta magnificencia
desplegada por los constructores
de dichas figuras en favor de los
intermediarios entre ellos y Dios, sus
faraones.
Salas y salas estaban repletas de
papiros, piedras instrumentos, esculturas,
obeliscos, sarcófagos, etc. En ellas
se podía ver la famosa escultura del rey
Amenofis III, la cual fue trasladada desde
sus emplazamientos originales hasta
el Nilo para ser embarcadas hacia Inglaterra.
También estaba la no menos
famosa cabeza de Ramsés II; la Piedra
Rosetta 3 , encontrada por los soldados de
Napoleón a orillas
del Nilo en 1799 y
la gigantesca cabeza
de arenisca
pintada del rey
Mentuhotep II,
entre otras maravillas.
El Museo
Británico no sólo
llamaba mi atención
por la parte
egipcia y oriental,
la cual también
tuve la oportunidad
de ver, sino
más que todo por
encontrarse entre
CARTA DEL MAESTRO
KOOT HOOMI
sus manuscritos algunas cartas precipitadas
directamente por los Maestros Ascendidos
a sus discípulos en la época de
la Sociedad Teosófica; cartas del Maestro
Koot Hoomi y El Morya en especial.
Seguimos viendo salas y salas, admirando
toda la cultura de la antigua
Asiria, de China, de la India; oh, de la
amada India, con sus exuberantes
buddhas, con su profunda simbología y
con su radiación imperecedera. Allí descansamos
rodeados de figuras divinas,
protegidos por los dioses de las edades.
Frente a mí el poderoso Shiva (Nataraja)
danzaba ágilmente dentro del Anillo de
la Manifestación, pisando y manteniendo
al margen a un asura para que no
prevaleciera, tal y como se muestra también
gráficamente en las representaciones
del Arcángel Miguel, dentro del
simbolismo Cristiano. ☺
3. A esta piedra no se le considera importancia histórica por lo que en ella se inscribe (un edicto
ordinario de los sacerdotes de la ciudad de Menfis en 196 a.C.), sino más bien porque el texto
aparece en tres escrituras y dos idiomas diferentes. Contiene jeroglíficos egipcios en la parte
superior y en la inferior escritura demótica egipcia y por último griega, hoy en día ya descifradas.