Revista ADITI Nº I-12 Sep.2004 - Juan Carlos Garcia
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<strong>Revista</strong> Metafísica <strong>ADITI</strong>. Año I. <strong>Nº</strong> <strong>12</strong> / Septiembre 2004 23<br />
Que, en realidad, no existen naciones<br />
separadas porque todos los hombres pertenecen<br />
a la Nación Una, la Familia Divina.<br />
Que no hay fronteras porque Dios<br />
es Uno y no puede separarse contra Sí<br />
Mismo. Que en Verdad los únicos armamentos<br />
que existen son las fuerzas del<br />
Amor e Inteligencia.<br />
Declaren entonces que Dios está plenamente<br />
presente en todo hombre, mujer<br />
y niño en Alemania, China, Estados<br />
Unidos, Francia, Inglaterra, Italia, Japón,<br />
y Rusia, y que ellos sólo pueden<br />
conocer y expresar la Paz Serena, la<br />
Divina Inteligencia y el Amor Divino.<br />
Hacer esto es concentrar<br />
el trabajo donde<br />
se necesita y donde<br />
será efectivo. Podrán<br />
concluir dando gracias<br />
a Dios por la<br />
gloria de Su propia<br />
Divina Perfección,<br />
que nunca puede<br />
cambiarse. Si desean<br />
hacer la Oración un<br />
poco más larga, usen<br />
alguno de la última<br />
media docena de Salmos,<br />
todos los cuales<br />
tratan de alabanza y<br />
acción de gracias.<br />
Habiendo terminado con su oración<br />
o tratamiento, aparten de su mente la<br />
cuestión hasta el día siguiente. Se verá<br />
que esta oración se ocupa exclusivamente<br />
de una realidad de bien. De ninguna manera<br />
deben permitirse quedarse pensando<br />
en los horrores de la guerra, en el peligro<br />
de la guerra o en las causas de la<br />
guerra; o pensar en la guerra bajo ningún<br />
pretexto durante el tratamiento. De<br />
hecho, la totalidad de la oración o tratamiento<br />
en sí no es más que un esfuerzo<br />
para huir en pensamiento del concepto<br />
de la guerra.<br />
Decir algo como: “Por favor, Dios<br />
mío, no permitas que suceda otra terrible<br />
guerra” es pensar en la guerra (aunque<br />
la cosa suene piadosa y edificante),<br />
y pensar en algo es ayudar a crearlo y<br />
perpetuarlo.<br />
La guerra tiene que darse en tanto<br />
los pensamientos que producen la guerra<br />
permanezcan en el corazón humano.<br />
Una meditación o tratamiento de la<br />
clase científica tendrá el efecto de despachar<br />
ese pensamiento<br />
de guerra<br />
fuera de la mente de<br />
la raza, y entonces<br />
la guerra no vendrá.<br />
Entiendan claramente<br />
que a nadie<br />
se le pide que mantenga<br />
este estado<br />
mental elevado todo<br />
el día sino sólo durante<br />
los pocos minutos<br />
en que ore.<br />
Por supuesto que, a<br />
modo general, evitarán<br />
pensar en los<br />
horrores de la guerra<br />
en todo momento, por su bien; pero,<br />
siempre y cuando se deshagan de esos<br />
pensamientos durante el período de oración<br />
habrán hecho todo lo que se requiere<br />
para evitar la guerra.<br />
En cuanto a la longitud de tiempo<br />
que debería dedicarse a esta actividad<br />
todos los días, puede decirse aquí que lo<br />
que importa no es lo largo del tiempo<br />
que se le dedica; es el grado de realiza-