Revista ADITI Nº I-12 Sep.2004 - Juan Carlos Garcia
Revista ADITI Nº I-12 Sep.2004 - Juan Carlos Garcia
Revista ADITI Nº I-12 Sep.2004 - Juan Carlos Garcia
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>Revista</strong> Metafísica <strong>ADITI</strong>. Año I. <strong>Nº</strong> <strong>12</strong> / Septiembre 2004 39<br />
COMENT OMENT OMENTARIO<br />
OMENT ARIO DEL DEL LLIBRO<br />
L IBRO IBRO:<br />
IBRO<br />
“Mi Amigo Emmet Fox”<br />
uando has recibido bendiciones a través<br />
del conocimiento que alguna persona<br />
te ha transmitido, empiezas a<br />
amarle aunque conozcas poco de su persona,<br />
de su vida. Hasta ahora así había sido<br />
mi experiencia con Emmet Fox. Si a Conny<br />
Méndez la siento como la “madre espiritual”<br />
de la metafísica, a Emmet Fox lo percibo<br />
como el padre, o mejor, el abuelo. En<br />
ambos hay mucho de entrañable, de acogedor...<br />
Con ambos tengo la sensación de recordarles<br />
como se recuerda a la maestra/o<br />
de la escuela, que uno veía más como a una<br />
madre/padre que como un profesor. Todo<br />
eso sólo a través de lo aprendido gracias a<br />
ellos.<br />
Así que ahora que por fin nos ha llegado<br />
algo más acerca de su persona, de su<br />
vida más o menos cotidiana, y poder así<br />
conocer un poco más de este gran hombre y<br />
de su obra, mi admiración y cariño hacia él<br />
han crecido. Es todo un privilegio el poder<br />
contar con una narración tan interesante.<br />
Aunque el libro resulte pobre en datos<br />
biográficos clásicos, la verdad es que me<br />
ha parecido que realmente revela mucho<br />
acerca de Emmet Fox. Lo más destacado a<br />
mí entender es que le delata como un fiel<br />
practicante de lo que enseñaba. Esto da un<br />
valor mucho mayor a sus enseñanzas. Desde<br />
ahora evidentemente no leeré sus libros<br />
de la misma forma, ni tampoco entenderé<br />
de igual manera sus enseñanzas. El acceso<br />
a estos datos transmitidos por Herman<br />
Wolhorn ha aportado una renovada realidad<br />
a todo lo que Emmet Fox enseñó. Sinceramente<br />
tengo que decir que claro que<br />
Herman Wolhorn<br />
L<br />
Por Fela Galván<br />
creía que E. Fox demostraba en su vida sus<br />
conocimientos, pero aún así me ha sorprendido<br />
por la expansión de conciencia que<br />
constantemente manifestaba; no creo que<br />
sea tan común una entrega tan completa a<br />
la Voluntad Divina.<br />
De su personalidad me ha maravillado<br />
su entusiasmo, sus ganas de aprender,<br />
su incansable espíritu explorador, su energía<br />
(que parecía inagotable), su buen humor<br />
y sobre todo lo dispuesto que siempre<br />
estaba a poner en acción a Dios en cada<br />
momento. Si sus enseñanzas son formidables,<br />
su propia vida es también una gran<br />
lección.<br />
Por supuesto, siempre que sabes de la<br />
vida de un gran instructor, la propia vida<br />
es puesta en examen. La de Emmet Fox me<br />
ha hecho “escanear” mis sentimientos con<br />
respecto a mi confianza en la Vida, en Dios<br />
y en sus Leyes. Como antes dije para E. Fox<br />
ahora lo digo para mi: claro que uno practica,<br />
pero ¿cuánto he realizado realmente?<br />
¿verdaderamente qué parte de mí es absolutamente<br />
nueva ahora? A través de la lectura,<br />
tuve la impresión de que Emmet Fox<br />
no era simplemente una persona que practicaba<br />
las Leyes Espirituales que enseñaba;<br />
sino que ciertamente su vida era ya divina<br />
(no practicaba, Era). Supongo que por eso<br />
era capaz de atraer a tantas personas, porque<br />
hablaba con la certeza del logro, y ante<br />
ello quien puede negar la evidencia.<br />
Hay en el libro muchos pasajes que me<br />
han resultado muy lindos. Por ejemplo