Y aquellos troesmas del tango - edUTecNe
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Y AQUELLOS TROESMAS DEL TANGO - Eduardo Giorlandini <strong>edUTecNe</strong><br />
substancia de las motivaciones, podría decirse que a medida que se comprueba que un ideal es<br />
irrealizable, quien lo sustenta va perdiendo cada vez más su autoestima.<br />
Así, inventaba para no pagar al “tachero”, o hacía pagar a la persona a la cual visitaba, o abonaba<br />
el viaje -con creces- con una guitarra o una excesiva cantidad de discos. Cuando llegaba a su<br />
casa de calle Bahía Blanca, en caseros, su madre estaba presta a entregar el dinero que José<br />
necesitaba.<br />
¿Es que existe algún misterio en torno a este asunto? Nunca tuvo resistencias a caminar por la<br />
calle, con la media en la cabeza, el cabello largo -cuando no se lo cortaba la policía, las calzas y,<br />
en fin, su ropaje totalmente negro en tiempos en que esto era una rareza. Tampoco cobijó temor<br />
en pasar con su guitarra <strong>del</strong>ante de los tanques <strong>del</strong> ejército, o de tocar en las veredas cuando<br />
sabía muy bien que los policías se lo llevarían, tan sólo por eso.<br />
Otra cosa era la plaza, donde se respiraba más libertad y además permitía correrse a otra, ante la<br />
presencia policial. Allí se juntaban los “náufragos” porteños y bonaerenses, más radicalizados en<br />
sus propuestas que los hippies norteamericanos. hasta en eso expresaron su sentido nacional: un<br />
“rock” que, dicen, poco tuvo de rock (sí, en cambio, influencia de blue); letras cantadas en idioma<br />
nacional -español, digamos de otro modo, para no controvertir aquí el tema-, con temática propia,<br />
lírica, sencillista, costumbrista o de protesta social, como en algunos <strong>tango</strong>s.<br />
Retomemos el asunto, para no continuar con el apartamiento <strong>del</strong> mismo. ¿Por qué invariablemente<br />
el taxi? He aquí una respuesta: cuando se hicieron más frecuentes las detenciones se apoderó<br />
de José Alberto un enorme miedo. A lo mejor, terror. La detención podía significar una “rapada”,<br />
menoscabos, torturas y, se presume, violación, impedimentos para ensayar, grabar o actuar.<br />
¿Por qué si no es así los taxistas, en muchos casos, comprendían que Tango, Tanguito, José Alberto<br />
Iglesias, necesitaba ayuda?. Algunos amigos lo comprendieron, de igual manera, pero nadie<br />
como su madre. En tiempos en que se derrumbó su vida, el taxi lo esperaba en la puerta de la<br />
farmacia, o cerca, donde compraba las pastillas para no dormir, como en sus primeras ingestas,<br />
pero además las otras cosas para el “plan de reviente”, ya que en esos años, la ley no sancionaba<br />
la tenencia para consumo propio y la propia policía, a la salida de la comisaría, le devolvía los<br />
elementos, a él como a todos, “respetuosa” <strong>del</strong> derecho de propiedad pero no <strong>del</strong> derecho a la<br />
vida y a la libertad.<br />
El taxi, entonces, fue el medio para escapar de los azules; la balsa, para tomar distancia de un<br />
“mundo” crecientemente pragmático, realista y crematístico:<br />
“Me falta algo para ir, pues, caminando;<br />
yo no puedo, construiré una balsa<br />
y me iré a naufragar”<br />
(Tanguito, La balsa)<br />
CARTA A LOS JÓVENES MÚSICOS<br />
SOBRE EL DÍA Y LA NOCHE<br />
El día y la noche pueden contener maldades y bondades.<br />
Por lo tanto, asumamos nuestra simpatía por ambos estados -el día y la noche-, creados por Dios<br />
para la vida.<br />
La música de los jóvenes puede transmitir el talento creador más todavía cuando el sol es reemplazado<br />
por la luna. Porque es el momento de acercamiento entre iguales que se necesitan. Pero<br />
téngase presente que todos nos necesitamos, en todo tiempo.<br />
Al igual que la literatura, los frutos <strong>del</strong> quehacer son resultados de la elucubración. Elucubrar es<br />
trabajar creativamente bajo la luz de la luna. Y es trabajar velando para crear con ingenio; velar<br />
es no dormir durante el tiempo destinado usualmente al sueño.