Y aquellos troesmas del tango - edUTecNe
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Y AQUELLOS TROESMAS DEL TANGO - Eduardo Giorlandini<br />
Gar<strong>del</strong> es cada vez más querido, porque cada día canta mejor; ahora, cada día actúa mejor. Sin<br />
embargo, de tanto en tanto aparece alguna opinión, que tiende a descalificarlo, producto -en el<br />
caso pasados días- de quien como Virgilio Hugo Expósito ni siquiera mencionó con aproximación<br />
la edad que él tenía cuando murió “El Morocho”.<br />
Expósito, ensombrado por el talento y la creatividad de su hermano Homero, sucedió a Francisco<br />
García Jiménez, quien había dicho que “El Zorzal” no tuvo una pasión amorosa capaz de desviar<br />
la atención que destinaba al arte <strong>del</strong> canto. De todos modos, entre concepto y concepto hay diferencia:<br />
no tener una pasión amorosa no es lo mismo que no tener novia.<br />
A propósito de Gar<strong>del</strong>, en el arte de la difamación, la injuria y la calumnia, en la Argentina, hubo<br />
tiempo en que para denigrar a alguien las imputaciones consistían en tres adjetivos: ladrón, p...<br />
y c... Esto último no le tocó a Gar<strong>del</strong> porque no se casó. Con respecto al primero, se habló de<br />
un proceso por hurto y sobre esto quiero testimoniar que durante el año 1964 investigué esto,<br />
no existiendo registro alguno, ni siquiera en el Archivo de la jefatura de Policía de la provincia de<br />
Buenos Aires.<br />
Ejemplo de varón porteño<br />
Quien sepa algo de la filosofía <strong>del</strong> <strong>tango</strong> y <strong>del</strong> lunfardo, conocerá algo de la sobriedad, la prudencia,<br />
la clase y el silencio respetuoso que rodeó tradicionalmente al hombre soltero. Quien se precie<br />
de conocer la literatura popular ciudadana, observará el respeto que se tiene por la mujer, a la<br />
que no se expone a juicio público ni a la reprobación pública por causa de una relación amorosa.<br />
“Cayetano Sauro”, “no levantar la perdiz”, “no tener manyamiento”, “laburar de grena”, son expresiones<br />
con las que, en broma y en serio, se ejerce una tutela sobre la moral de la mujer. Gar<strong>del</strong><br />
no podía faltar a esta suerte de código de silencio argentino, cargado de un gran influjo <strong>del</strong> mediodía<br />
italiano, producto de la inmigración.<br />
He aquí una frase de Gar<strong>del</strong>: “-Si fuese verdad la cuarta parte de los programas que los charletas<br />
me atribuyen, yo estaba bajo tierra hace ya rato...¿Quién iba a ser gallo con tanta polla que quieren<br />
regalarme? No, che, no...¡Mi gorda, y gracias!”.<br />
Pero... ¿Quién fue la gorda de Gar<strong>del</strong>?<br />
Cuando surgía alguna reunión para cantar, o algún trabajo para el Zorzal, José Razzano o Alfredo<br />
Deferrari lo iban a buscar, hacia el año 1913 -Gar<strong>del</strong> tenía 22 años- a una casa ubicada en la<br />
calle Nueva Granada, en el Abasto. Allí vivía Margarita Pretera, su primer novia conocida.<br />
Son bastantes conocidos los posibles idilios con Rosita Moreno, Mona Maris y Trini Ramos. Con<br />
respecto a la segunda, fue el profesor de inglés de Gar<strong>del</strong>, José Plaja, que no murió en el accidente<br />
con él, quien reconoció la “simpatía”, expresión que entre los argentinos de hoy día incluso<br />
designa a un noviazgo incipiente.<br />
Manuel Pizzarro, que tuvo en mucho trato con Gar<strong>del</strong> y compartió años y jornadas de trabajo con<br />
“El Morocho”, recordó su romance con la actriz Gaby Morlay, que no se perdió una sola película<br />
de ella, que cuando llegaba a una reunión lo primero que hacía era preguntar por ella y que se los<br />
vio juntos muchas veces por lugares poco frecuentados.<br />
Los otros testimonios, que son muchos, no soy yo quien va a divulgarlos. Es mi palabra; pertenecen<br />
al deber de secreto de un hombre de <strong>tango</strong> y lunfardía.<br />
Significación <strong>del</strong> barrio de abasto<br />
El barrio real no sólo tenía importancia superlativa por su desenvolvimiento histórico y por su geografía<br />
física y humana sino también por una circunstancia que no pasa desapercibida pero que no<br />
se ha valorado en su justa dimensión.<br />
Esto es, por obra y presencia de Carlos Gar<strong>del</strong>, la trascendencia de esta comunidad porteña debe<br />
medirse como representativa de una gran ciudad y de un país, cuyo espíritu colectivo se alimenta<br />
de tradiciones y valores propios.