Revista FaltaEnvido – Año 2 – Num 4 – Junio 2011 - Kapiango

MARADONEANAS
LOCUTORES
PARA TODOS
Por Diego Quinteros
s innegable que el universo
E
que rodea al fútbol está cambiando
en varias de sus muchas
aristas, sean estas
estructuralmente regionales, culturales,
políticas, o finalmente futbolísticas.
Ya nos hemos atragantado de insultos hablando
de cómo los infames y cada vez
más numerosos bilardistas nos están afanando
mucho a mucho al 10 de los esquemas
y formaciones, que cada vez son más
propios de carnicerías que de salones de
magia e ilusionismo.
Hemos de decir también que el fútbol en
nuestro país ha cambiado en lo cultural
debido a una decisión del gobierno nacional
con la implementación del Fútbol para
Todos. No es que esta medida haya masificado
al fútbol, masivísimo de por sí, sino
que lo ha democratizado al servicio de los
que menos tienen, lo ha abierto a lo inmediato
generando una cercanía que todos
los que amamos el balompié reconocemos
y aplaudimos. Ya no necesitamos cable
para ver los partidos, no necesitamos codificadores
para ver los clásicos, no tenemos
que amontonarnos en una estación de
servicio que nos obliga a consumir veinte
mangos para ver, incómodos y acalorados,
el partido del domingo, ni tenemos que esperar
hasta las diez de la noche del domingo
para poder ver los goles, situación
esa que de por sí misma nos impone recordar
que como no le estamos dando guita
al monopolio nos tenemos que joder por boludos.
Ya no tenemos que ver más la imagen
de las tribunas que nos reflejaba la
televisión mientras el partido pasaba por
atrás.
Muchos “intelectuales”, “periodistas”,
“columnistas”, “editorialistas”, “malcogedores-y-malcogidos”,“tipos-que-hacende-la-oposición-una-religión-pelotuda-y-ci
ega-y-que-en-el-fondo-no-son-más-queunos-hijos-de-remilputa”
han criticado
esta medida. ¡Que está bien que paguen!
vociferaron; ¡que es un negociado del gobierno!
gruñeron; ¡que es una medida populista
porque este pueblo ignorante se
cree cualquier cosa cuando le das dos chimangos
para que se entretengan! gritaron
a destajo.
No entienden (¿cómo mierda van a entender?)
que la felicidad de un pueblo se compone
de una variedad de cuestiones. Tiene
que ver con tener laburo, que tus hijos tengan
salud y educación, con tener para
comer y que sobre un restito para ahorrar
y cambiar el auto o pensar en las vacaciones.
Pero también tiene que ver con el
asado del domingo en familia, con ver los
partidos en tu casa tomando un porrón en
paz, con la bruja que se cruza, con los chicos
que juegan, con la vieja que duerme la
siesta. El descanso merecido de un pueblo
que le mete el lomo de lunes a viernes.
Claro que ellos, los entrecomillados de
arriba, no lo pueden ver. Ellos quieren un
pueblo obediente, sumiso, esclavo y mudo.
Nosotros queremos un pueblo feliz. Todos
esos, cómplices civiles del genocidio, creen
que la felicidad es otro cero en los numeritos
del cajero. No entienden un carajo.
Pero a no deambular por las aristas del
asunto. Me parece que ha quedado claro
la ponderación que hacemos de Fútbol
para Todos. Aun así vemos, encontramos,
identificamos, percibimos, notamos, un
error.
Nosotros, futboleros del interior del país,
estamos hinchados las pelotas de los relatores
de Buenos Aires. Es increíble la diferencia
(¡que se nota loco, se nota como
la mierda!) que marcan entre los equipos
del interior con los porteños. Los equipos
del interior, según ellos, no han aprendido
aun jugar al fútbol (se ve que no pasamos
la iniciación o no pasamos el curso ¡qué
se yo!).
Ribair lo caga de un patadón a alguno y es
un animal que merece el zoológico y el destierro.
Somoza le arranca el tobillo a otro y
es una falta técnica, muy oportuna, para
cortar la contra del rival. Si el árbitro cobra
una dudosa para un equipo porteño fue
acertada la lectura; si la cobra para el del
interior, el pito se equivocó en ésta, dicen.
Boca gana sobre la hora y es la suerte del
campeón. Gana Colón sobre la hora y el
fútbol es así, injusto a veces.
Lo que pasa es que tienen un parámetro
del fútbol bien de porteños. Para ellos el
fútbol es el europeo. En Europa juegan
lindo y en Latinoamérica jugamos feo, es
una ley, como la gravedad. Y esa misma
diferencia hacen entre los equipos de Buenos
Aires en general y los porteños en particular,
con nosotros. Ellos juegan fútbol
más europeizado, nosotros jugamos más
fiero. Claro que nada de esto se refleja con
la realidad, pero esos son los prismas con
que observan. Antes de que juegue Vélez y
el Milan ya a priori el Milan juega mejor
que Vélez, porque es europeo nomás. Y
antes de que juegue Vélez contra Colón sus
dados ya están echados.
No decimos igualmente que lo hagan a
propósito (¡igual estaría bueno muchachos
que se tiren un centro para que en serio no
parezca que son uno imbéciles!). Es la manera
que tienen de ver el fútbol. Es el prejuicio
capitalino que se les chorrea por los
comentarios.
¡Y la cosa es que estamos hinchados de
las pelotas! ¡Queremos comentaristas del
interior! ¿¡O Fútbol para Todos no puede
poner comentaristas cordobeses para seguir
a Belgrano, a Talleres, a Instituto y que
sean trasmitidos por canal 10!? A Bel-