Revista FaltaEnvido – Año 2 – Num 4 – Junio 2011 - Kapiango
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POLéMIkAS<br />
Desde los comienzos del proceso de recuperación del Estado en 2003, la cuestión Malvinas adquirió un rol central en la agenda política internacional.<br />
Un ignoto presidente sureño afirmó venir de una tierra con “cultura malvinera” y se comprometió a sostener “inclaudicablemente” el reclamo argentino<br />
“de soberanía sobre las Islas Malvinas” usando los espacios diplomáticos.<br />
Malvinas<br />
desde la conciencia nacional<br />
Por Facundo Piai<br />
La falsificación (de la historia) ha perseguido precisamente esta finalidad:<br />
impedir, a través de la desfiguración del pasado, que los argentinos<br />
poseamos la técnica, la aptitud para concebir y realizar una política nacional.<br />
Mucha gente no entiende la necesidad del revisionismo porque no comprende<br />
que la falsificación de la historia es una política de la historia,<br />
destinada a privarnos de experiencia, que es la sabiduría madre”.<br />
Arturo Jauretche<br />
A<br />
fines de <strong>2011</strong> el gobierno nacional tomó la decisión de<br />
negar el acceso a sus puertos a embarcaciones con bandera<br />
malvinense, por considerarla propia de un enclave<br />
colonial, y como tal, ilegitimo. Aprovechando las óptimas<br />
relaciones político-económicas presentes en la zona MER-<br />
COSUR se regionalizó el reclamo en busca de engrosar la voz declamante.<br />
Ante esta estrategia para que el gobierno inglés acate la<br />
resolución de la ONU y decida sentarse a negociar, incluyendo a partidos<br />
políticos y formadores de opinión, se logró generar un tono diferente<br />
en torno a la legalidad del reclamo de soberanía.<br />
El punto nodal de los contrargumentos esgrimidos por los ingleses<br />
gira alrededor de la situación de los habitantes de Malvinas, quienes<br />
mediante la autodeterminación pueden negar a un gobierno que no<br />
desean. Esta postura fue refrendada en el país por el espectro de medios<br />
de difusión hegemónicos, en conjunto con un documento firmado<br />
por un grupo de 17 oportunistas <strong>–</strong> académicos, periodistas y políticos<br />
socialdemócratas-, cuyos miembros se exhiben como intelectuales<br />
progresistas, en busca de sus minutos de fama. Ahora bien, estos argumentos<br />
no tienen asidero si tenemos en cuenta que el derecho de<br />
autodeterminación declarado por la ONU es aplicable sobre pueblos<br />
originarios, y no a aquellos transplantados mediante una irrupción<br />
bélica. Por su parte, la propuesta nacional no pretende vulnerar el<br />
derecho de los isleños. Por el contrario, haciendo efectiva la soberanía<br />
sobre el territorio malvinense, que nos corresponde, se pretende que<br />
quienes allí habitan sean considerados sujetos de derecho del Estado<br />
Argentino. Precisamente porque es el Estado quien tiene la potestad<br />
y obligación de dotar de derechos a aquellos ciudadanos que se encuentran<br />
en la órbita de su geopolítica, como así también la obligación<br />
de cuidar sus fronteras oponiéndose a políticas coloniales o<br />
imperialistas. En definitiva, se pretende que en el territorio de Malvinas<br />
se vea reflejada la pluriculturalidad que en su territorio subyace<br />
en la sociedad argentina.<br />
Malvinas, una visión alternativa”, es el título que recibe el manifiesto<br />
intelectual. Llama la atención en el titular la acepción “alternativa”;<br />
ésta alude a una oposición en que lo otro es siempre más común y<br />
poderoso respecto a lo uno. Y la verdad que es cierto, la postura plasmada<br />
en el documento es antagónica a la del gobierno nacional y popular,<br />
sin embargo, es simétrica a la difundida por la corona inglesa.<br />
Una realidad incuestionable es que frente a un gobierno nacional y<br />
popular los intelectuales que se autodefinen como progresistas liberales<br />
quedan descubiertos y a la derecha de la propuesta popular. Padecimiento<br />
magistralmente explicado por los pensadores del campo<br />
nacional, ya que la colonización pedagógica existente en las academias<br />
tonifica el convencimiento de la flaqueza sudamericana para<br />
construir saberes propios circunstanciados frente a la cosmovisión<br />
occidental, predilecta en la construcción de conocimientos civilizatorios<br />
legitimados.<br />
¿Por qué el territorio de Malvinas está en disputa? Claro está que allí<br />
hay algo más que vientos inhóspitos y algunas ovejitas, y también es<br />
evidente que el reclamo de soberanía no está direccionado por someros<br />
sentimientos nacionalistas. Estas tierras se encuentran en un<br />
lugar geográfico estratégico; es el único punto natural en el cual dialogan<br />
los océanos Pacífico y Atlántico, además de ser el eslabón que<br />
nos une a la antártica-reservorio de agua en estado sólido, es decir<br />
un conjunto de riqueza itícola y recursos energéticos que hacen de<br />
ella un territorio más que apetecible. Por ello, desde la conciencia nacional,<br />
si se pretende, como base económica, trocar el modelo agroexportador-“granero<br />
del mundo” por uno de matriz industrial, la<br />
recuperación de las islas se torna insoslayable. Es el acicate que permite<br />
nutrir las industrias con material primordial proveniente de sus<br />
entrañas. Teniendo en cuenta el apoyo en bloque que desde los países<br />
sudamericanos otorgaron al reclamo argentino, sería acertado, una<br />
vez efectiva la soberanía sobre las tierras, usufructuar mancomunadamente<br />
con estos países los recursos ahí existentes. Un paso más<br />
pero sustancial en virtud del largo trayecto hacia la anhelada patria<br />
grande<br />
.<br />
polémikas<br />
faltaenvido - junio -2012<br />
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