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swazis construidas con paja en forma de<br />
gigantescos panales dispuestas todas en<br />
círculo como si fuera una aldea. El restaurante<br />
estaba junto a una laguna que<br />
me recordó a los lagos de Montebello en<br />
Chiapas por su color verde intenso producto<br />
del reflejo de miles de árboles de<br />
clima templado. No pude pasar por alto<br />
el letrero en la terraza del restaurante que<br />
decía en inglés: “No acercarse demasiado,<br />
los cocodrilos pueden brincar hasta 3<br />
metros”. Sin más comentarios.<br />
Era muy gratificante despertarse en una<br />
aldea y ver pastar a escasos metros lo<br />
mismo jabalíes salvajes como a impalas<br />
y kudus (especies de antílopes). Sin embargo,<br />
nuestro interés era ver fauna de<br />
mayores dimensiones. Nuestro objetivo<br />
era entonces la reserva Mkhaya donde, a<br />
bordo de antiguos y larguísimos jeeps Rover,<br />
pudimos ver desde rinocerontes que<br />
amamantaban a sus crías, caminar a 7<br />
metros de estos animales o echar reversa<br />
urgente cuando una manada de elefantes<br />
avanzaba directamente hasta nosotros a<br />
escasa distancia.<br />
Autor MarcoPolo siglo 21 en su lugar de hospedaje<br />
En el área cultural, Swazilandia ofrece<br />
muchos sonidos y ritmos que son<br />
una delicia. Aunque podría presentarlo<br />
como un tourist trap, es decir, una<br />
atracción dirigida exclusivamente a turistas<br />
como si fuera auténtica y genuina,<br />
el centro comunitario de Mantenga<br />
presenta bailables típicos en una villa<br />
tradicional swazi.<br />
Hombres y mujeres cubiertos con las<br />
capas mencionadas (aquellas que muestran<br />
la figura del rey) realizan bailes extenuantes<br />
al ritmo de tambores batidos<br />
con fuerza y velocidad. Uno de los pasos<br />
más llamativos por el vigor con que<br />
lo realizan es subir una de las piernas lo<br />
más alto posible y devolverla a su posición<br />
original acompasado por un golpe<br />
de tambor. El despliegue de fuerza y<br />
energía es sorprendente.<br />
Las ciudades swazis son pequeñas.Mbabane,<br />
su capital, así como Manzini, su mayor<br />
centro comercial, no pasan de 50 mil<br />
habitantes. Sin embargo, están muy bien<br />
equipadas con edificios altos y modernos,<br />
centros comerciales que serían la envidia<br />
de cualquier ciudad mexicana de medio<br />
DATOS Y NUMERITOS<br />
millón de habitantes y, como he dicho antes,<br />
con una magnífica señalización y vías<br />
de comunicación. Tan pequeño como el<br />
país es el edificio de la Asamblea Nacional,<br />
tan pequeño que al pasar frente a él bien<br />
podrías ignorarlo.<br />
Swazilandia recibe más de 1 millón de<br />
turistas internacionales anuales, la mayoría<br />
sudafricanos. Tras recorrerla, me<br />
quedan claros sus atractivos entre el<br />
verdor de sus montañas, lo diverso de<br />
su fauna, su colorido folklor y su buena<br />
infraestructura pública.<br />
Ahora me he quedado con ganas de conocer<br />
el tercero de los reinos africanos y<br />
casi vecino swazi: Lesotho.<br />
Quizá pronto vaya. Por mientras, si usted,<br />
estimado lector, se quedó con la curiosidad<br />
de saber si usamos aquellos condones<br />
que nos regalaron al cruzar la frontera<br />
swazi-mozambiquense, lo dejaré con la<br />
duda hasta la próxima entrega.<br />
Este año MarcoPolo siglo21 se va a Europa en julio<br />
y a Corea del Norte, Corea del Sur y Beijing en<br />
octubre. Si está interesado en unirse a estos viajes<br />
visite www.marcopolosiglo21.com o llame al<br />
(81) 8348-6537<br />
MarcoPolo siglo 21<br />
P E R S O N A E 2 9
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