You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>En</strong> <strong>tinieblas</strong> <strong>24</strong>/<strong>10</strong>/<strong>06</strong> <strong>13</strong>:40 <strong>Página</strong> 57<br />
XI<br />
El milagro<br />
Acabo de referirme al Milagro diciendo que Dios lo reserva<br />
para el que debe enviar. Harto sé que esta palabra<br />
carece completamente de sentido, que hoy no significa<br />
absolutamente nada. Sin embargo, no tengo otra.<br />
Dios existe o no existe. Si se accede a que existe, hay<br />
forzosamente que acceder a que existe efectivamente, suponiendo<br />
una continuidad infinita de la Creación, lo cual<br />
comporta una omnipotencia absoluta sobre lo conocido y<br />
lo desconocido, sobre lo visible y lo invisible. Si el Acto<br />
creador se interrumpiese, inmediatamente el más duro<br />
granito y los metales todos se reducirían a polvo, y este<br />
mismo polvo terminaría por desaparecer. No existiría<br />
nada más. La naturaleza entera se desvanecería en la ininteligible<br />
nada. Si no se admite este postulado, se es por<br />
fuerza bien un ateo, bien un necio, términos sinónimos,<br />
por lo demás, desde el punto de vista estético. Pero esto es<br />
un prolegómeno completamente rudimentario.<br />
El milagro no precisa explicación ni justificación. Se<br />
trata de una gentileza de Dios y ya es bastante. Se complace<br />
en alterar la apariencia, en devolver a la vida a un<br />
difunto o en que un enfermo sane repentinamente. Para<br />
Él no representa un esfuerzo y a los que le conocen no<br />
les causa extrañeza. Diríase un rico que acuña calderilla<br />
para repartirla entre los pobres.<br />
57