You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>En</strong> <strong>tinieblas</strong> <strong>24</strong>/<strong>10</strong>/<strong>06</strong> <strong>13</strong>:40 <strong>Página</strong> 65<br />
XIII<br />
La putrefacción<br />
No quedará nada más que la putrefacción universal.<br />
¿Hay alguna necesidad de llamar la atención sobre la<br />
importancia infinita de una alma viva, importancia tal<br />
que al día siguiente a un cataclismo, un solo hombre<br />
salvado valdría por una generación? Esto, huelga decirlo,<br />
hay que entenderlo en sentido espiritual.<br />
La población toda de la tierra se calcula en mil<br />
cuatrocientos o mil quinientos millones de personas.<br />
¿Pero cuántas almas verdaderamente vivas hay en esa<br />
turbamulta humana? Una de cada cien mil, acaso, o<br />
una de cada cien millones. No se sabe. Hay personas<br />
eminentes, de genio incluso, pero de alma inerte y<br />
que mueren sin haber vivido. Un alma sencilla dirá<br />
cada día, llorando de angustia: «¿Dónde está en mí el<br />
Espíritu de Dios, el Espíritu Santo? ¿Puedo realmente<br />
considerarme vivo o soy un difunto en espera de sepultura?».<br />
Causa espanto pensar que sobrevivimos en medio de<br />
una multitud de difuntos que se tienen por vivos; que el<br />
amigo, el camarada, el hermano con el que nos tropezamos<br />
por la mañana y que volveremos a ver por la noche,<br />
no es más que mera vida orgánica, apariencia de<br />
vida, una caricatura de existencia que no difiere en<br />
nada de cuantas se licúan en las sepulturas.<br />
65