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<strong>En</strong> <strong>tinieblas</strong> <strong>24</strong>/<strong>10</strong>/<strong>06</strong> <strong>13</strong>:41 <strong>Página</strong> 92<br />
<strong>En</strong> <strong>tinieblas</strong><br />
no se sabe bien por qué. Y otras, en fin, que se pueden<br />
contar con los dedos de la mano, que no están por suerte<br />
a la venta y que despiden con cajas destempladas a<br />
los compradores, cualquiera que sea la oferta. Artículos<br />
rarísimos merecedores de premios en exposiciones universales<br />
o dignos de exhibirse en escaparates, dada la<br />
necesidad de llamar la atención de la clientela.<br />
A pesar de ser inmortales, hoy sólo se toma a las almas<br />
por mera mercancía, buena o mala, de mediana o<br />
de pésima calidad, ruinosa o lucrativa; se han convertido<br />
en materia de especulación para la mayoría y son la<br />
levadura de la astucia más aplicada, pues el diablo se<br />
aloja en el vientre de los especuladores. Se trata de un<br />
negocio tan antiguo como el mundo, pero que ha crecido<br />
extraordinariamente, generalizándose desde hace<br />
tres años por obra del ejemplo y el trato de los alemanes.<br />
No obstante, lo reitero, se necesita una profunda<br />
astucia.<br />
Se da el caso de pagar en exceso por una alma cualquiera<br />
de la que nos encaprichamos y que no podremos<br />
colocar a un chalán alemán, pues hasta los boches más<br />
brutos conocen el paño. La menor insinuación de belleza,<br />
la más mínima tacha de virtud, se les revela al instante.<br />
Otras veces creeremos aprovechar la ocasión única<br />
que proporciona el apremio de una liquidación aparente<br />
anunciada a bombo y platillo, maniobra audaz de un<br />
estratega de la especulación que inunda el mercado con<br />
cantidades increíbles de género devuelto.<br />
Comprenderemos al punto que el comercio de almas<br />
es extremadamente peligroso para el crédito. Los mismos<br />
boches pueden sentirse defraudados, pues las al-<br />
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