Lecciones de la universidad de la vida - Baden-Powell - The Dump
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huéspe<strong>de</strong>s, ya que yo me encontraba <strong>de</strong>tenido en <strong>la</strong> cena <strong>de</strong>l Comandante en Jefe.<br />
En una postdata le agregaba que entre los huéspe<strong>de</strong>s había dos corresponsales <strong>de</strong> guerra que<br />
eran extraños al lugar y que <strong>de</strong>berían recibir atenciones especiales, ya que uno <strong>de</strong> ellos era<br />
un con<strong>de</strong> italiano.<br />
Cuando llegamos al Club, allí estaba el crédulo subalterno aguardando nuestra llegada, pero<br />
como no sabía italiano, me empezó a hab<strong>la</strong>r en un francés <strong>de</strong> los más pasa<strong>de</strong>ro, por lo que<br />
me reí.<br />
Cuando estaban <strong>la</strong>s cosas así, y aunque yo tenía mis músculos faciales bajo control, <strong>la</strong>s<br />
lágrimas brotaron <strong>de</strong> mis ojos, y él me preguntó con angustia:<br />
“est-ce-que vous etes ma<strong>la</strong><strong>de</strong> aux yeus” (5), a lo que respondí con acento fingido “I am a<br />
leetle sick in ze eyes” (6).<br />
Después <strong>de</strong> esto, <strong>la</strong> frase fue memorable en Sim<strong>la</strong> durante algunos meses. Cuando alguien<br />
preguntaba a otro: “Cómo estás”, <strong>la</strong> respuesta invariable era: “I am a leetle sick in ze eyes”.<br />
Fue hacia el final <strong>de</strong> <strong>la</strong> cena cuando se produjo el <strong>de</strong>scubrimiento.<br />
Vi por el rabillo <strong>de</strong>l ojo a una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s invitadas pasando <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> Agnew, y reconociéndolo<br />
por <strong>la</strong> parte <strong>de</strong> atrás, fui a hab<strong>la</strong>r con él. Para su sorpresa me encontré frente a frente con un<br />
barbudo con acento (7).<br />
El<strong>la</strong> se alejó y le contó en secreto sus sospechas a un amigo.<br />
Me di cuenta que tenía que hacer algo <strong>de</strong>sesperado. Por lo que hice signos <strong>de</strong> haber bebido<br />
más vino <strong>de</strong> lo que era bueno para mí, lo que ocasionó que <strong>la</strong>s damas que estaban cerca <strong>de</strong><br />
mí pensaran que ya estaban en tiempo <strong>de</strong> retirarse, y cuando me levantaba insistiendo en<br />
seguir<strong>la</strong>s, fui interceptado rápidamente y retenido por el hombre más cercano.<br />
Pero yo continué luchando para seguir a <strong>la</strong>s damas que iban hacia el salón contiguo hasta<br />
que el<strong>la</strong>s quedaron realmente a<strong>la</strong>rmadas, y entonces me arranqué <strong>la</strong> peluca y les mostré que<br />
todo estaba bien para el<strong>la</strong>s, aunque no para mí, porque rápidamente fui retenido, envuelto<br />
en <strong>la</strong> alfombra y se me sentaron encima.<br />
Al día siguiente fui l<strong>la</strong>mado a servicio, <strong>de</strong> Ayudante General, y <strong>la</strong> primera pregunta que me<br />
hizo con un tono <strong>de</strong> voz muy serio fue: “¿Es usted el oficial que comanda el 5º Regimiento<br />
<strong>de</strong> Dragones?”. Creí <strong>de</strong>tectar una sospecha en el brillo <strong>de</strong> sus ojos, por lo que audazmente<br />
dije: “No Señor, no aquí. Mi Regimiento está en Meerut”.<br />
Entonces se rió y dijo: “Por qué no vino, ni estuvo presente en mi palco <strong>de</strong>l teatro, anoche”.<br />
Yo respondí con tranquilidad: “Señor, yo estuve con el Ayudante General”.<br />
A esto atribuí el hecho <strong>de</strong> que yo entrara en su registro, y poco tiempo <strong>de</strong>spués, fuera<br />
enviado al servicio activo.<br />
El hacer bromas prácticas, simu<strong>la</strong>r, improvisar, o como quieran l<strong>la</strong>marlo uste<strong>de</strong>s, está muy<br />
bien, pero, como suce<strong>de</strong> al caricaturizar, aunque el objetivo es divertir al artista y a los<br />
espectadores, usualmente se <strong>la</strong>stima al sujeto.<br />
Tomando en cuenta algunas precauciones para evitar eso, hacer el tonto es un ejercicio<br />
saludable para los espíritus jóvenes. La dificultad estriba en que <strong>de</strong>masiado frecuentemente,<br />
el espíritu joven no tiene el sentido para ver dón<strong>de</strong> tiene que poner el límite, se excita<br />
<strong>de</strong>masiado y se <strong>de</strong>ja llevar por <strong>la</strong> tontería hasta que se convierte en un sin sentido y en un<br />
libertinaje.<br />
La caracterización tiene su valor, pue<strong>de</strong>, en un sentido, ser muy educativo para ciertas<br />
líneas <strong>de</strong> <strong>vida</strong>. La habilidad para disfrazarse uno mismo, dar <strong>la</strong> impresión <strong>de</strong> que se es otro<br />
y llevarlo a cabo con éxito, es un don que pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong> valor infinito para propósitos <strong>de</strong><br />
“inteligencia”.<br />
Pero ello requiere una buena cantidad <strong>de</strong> seguridad en uno mismo, y confianza para llevarlo<br />
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