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El ocho

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Katherine Neville<br />

res puestos. Y si Fisher no sale al ruedo, simplemente no habrá contendientes al título fuera de Rusia.<br />

—De manera que el ruso que esté mejor situado tiene una clara oportunidad de alzarse con el título<br />

—deduje—. Y supones que ese individuo...<br />

—Solarin.<br />

—¿Crees que será campeón?<br />

—Puede que si, puede que no —respondió Lily y se entusiasmó con su tema preferido—. Eso es lo<br />

sorprendente. Todos lo consideran el mejor, pero no cuenta con el respaldo del Politburó, que es imperativo<br />

para todo jugador ruso. ¡A decir verdad, en los últimos años los rusos no le han permitido jugar!<br />

—¿Por qué? —Acomodé los pinceles en el escurreplatos y me sequé las manos con un trapo de<br />

cocina—. Si ganar les interesa tanto como para convertirlo en una cuestión de vida o muerte...<br />

—Evidentemente Solarin no se ajusta al molde soviético —me interrumpió Lily al tiempo que sacaba<br />

el vino de la nevera y se servía otro vaso—. Hubo algunos problemas en un torneo que se celebró<br />

hace tres años en España. Se llevaron a Solarin en la quietud de la noche, reclamado por la madre Rusia.<br />

Primero dijeron que estaba enfermo y luego que había sufrido una crisis nerviosa. Todo tipo de rumores<br />

y a continuación el silencio más absoluto. Desde entonces no se ha sabido nada de él... hasta esta<br />

semana.<br />

—¿Qué ha pasado esta semana?<br />

—Esta semana, como por arte de birlibirloque, Solarin se presenta en Nueva York empotrado en un<br />

núcleo de funcionarios del KGB. Aparece en el Manhattan Chess Club y declara que quiere participar<br />

en el Torneo Hermanold. Su actitud es disparatada en varios sentidos. A este tipo de torneos sólo puedes<br />

asistir y participar por invitación expresa. Nadie invitó a Solarin. Además, se trata de un torneo por<br />

invitación de la Zona Cinco, que corresponde a Estados Unidos. La Zona Cuatro corresponde a la Unión<br />

Soviética. Te imaginarás la consternación que sintieron al ver de quién se trataba.<br />

—¿Y no podían decirle que no?<br />

—¡Y un cuerno! —exclamó Lily—. John Hermanold, el patrocinador del torneo, hizo sus pinitos<br />

como productor teatral. Desde la conmoción Fisher en Islandia, el mercado ajedrecístico ha ido en<br />

aumento. Ahora hay dinero en juego. Hermanold sería capaz de dar la vida con tal de incluir un nombre<br />

como el de Solarin.<br />

—No entiendo cómo se las ingenió Solarin para salir de Rusia y participar en este torneo si los<br />

soviéticos no quieren que juegue.<br />

—Querida, ése es el quid de la cuestión —replicó Lily—. Además, el guardaespaldas del KGB da<br />

a entender que ha venido con la aceptación de su gobierno. ¿Qué te parece? Ah, es un misterio fascinante.<br />

Por eso pensé que hoy te gustaría asistir... —Lily calló.<br />

—¿Ir adónde? —pregunté cordialmente, aunque sabía adónde quería llegar Lily.<br />

Me divirtió ver que se ponía violenta. Lily había aireado a los cuatro vientos su más absoluta indiferencia<br />

sobre las competiciones. Según se comentaba, había dicho: < No juego con el individuo, sino<br />

con el tablero."<br />

—Esta tarde juega Solarin —afirmó insegura—. Es su primera intervención pública después del<br />

escándalo en España. No queda una sola entrada y los precios de reventa están por las nubes. La partida<br />

comienza dentro de una hora y sospecho que podríamos colarnos...<br />

—Bueno, te lo agradezco, pero paso —la interrumpí—. Ver una partida de ajedrez me resulta muy<br />

aburrido. ¿Por qué no vas sola?<br />

Lih, sujetó el vaso de vino y se sentó rígidamente en el taburete del piano. Dijo con tono tenso pero<br />

bajo:<br />

—Sabes que no puedo.<br />

<br />

Tuve la certeza de que era la primera vez que Lily tenía que pedir un favor. Si yo la acompañaba,<br />

ella podía simular que sólo le hacía un favor a una amiga. Si se presentaba sola y compraba una entrada,<br />

las columnas especializadas se frotarían las manos. Solarin podía ser un notición, pero en los círcu-<br />

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