[NGE] Hijos de un Dios Ancestral, Parte 16 - TransFanfic
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<strong>TransFanfic</strong><br />
~*~<br />
[<strong>NGE</strong>] <strong>Hijos</strong> <strong>de</strong> <strong>un</strong> <strong>Dios</strong> <strong>Ancestral</strong>, <strong>Parte</strong> <strong>16</strong><br />
Una hemosísima visión recibió a los ojos <strong>de</strong> Maya cuando la joven llegó a<br />
trabajar, <strong>un</strong>a visión que trajo alivio a su alma intranquila.<br />
—Ah, buenos días, Maya.<br />
—¡Sempai!<br />
El impulso <strong>de</strong> correr a abrazar a su sempai era casi arrollador, pero Maya<br />
consiguió limitarse a <strong>un</strong>a sonrisa más luminosa que el sol y <strong>un</strong> notable sonrojo.<br />
La causante <strong>de</strong> su felicidad se hallaba sentada en su lugar habitual, dándole<br />
a Maya <strong>un</strong>a breve sonrisa <strong>de</strong> saludo, antes <strong>de</strong> volver a leer el enredijo <strong>de</strong><br />
su escritorio.<br />
—Veo que te encargaste bien <strong>de</strong> las cosas —dijo Ritsuko.<br />
—Hi...hice lo que pu<strong>de</strong> —contestó Maya—. Igual había formularios que yo<br />
no tenía autoridad para firmar, y no alcancé a hacerle las pruebas <strong>de</strong> Weisner-<br />
Hoffman a la muestra doce...<br />
—No importa, no importa —contestó Ritsuko con aire <strong>de</strong> <strong>de</strong>spreocupación—.<br />
Encuentro que lo hiciste fantástico. Bueno, manos a la obra.<br />
—¡H...hai!<br />
Y así, el día empezó como era costumbre, con Ritsuko atacando la investigación<br />
y el papeleo, y Maya asistiéndola en cada etapa <strong>de</strong>l proceso. Ritsuko<br />
miró a Maya con cierta extrañeza al advertir que la mujer más joven silbaba<br />
durante el trabajo.<br />
—¿Por qué tan contenta? —preg<strong>un</strong>tó en tono <strong>de</strong> broma.<br />
—Ehh, nada, nada.<br />
El leve rubor se lo dijo todo a Ritsuko: Maya <strong>de</strong>be haberse encontrado <strong>un</strong><br />
hombre. Qué suerte.<br />
El trabajo siguió alg<strong>un</strong>as horas hasta el mediodía. Ritsuko se echó hacia<br />
atrás <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>un</strong> banco <strong>de</strong> monitores y se <strong>de</strong>sperezó.<br />
—Por fin, mediodía. Ven, Maya, vamos a almor...<br />
Maya, <strong>de</strong> espaldas hacia ella tipeando a <strong>de</strong>stajo en su terminal, la<strong>de</strong>ó la<br />
cabeza cuando su sempai no terminó la oración.<br />
—¿Sempai?<br />
Se dio vuelta con la silla, luego se percató <strong>de</strong> que Ritsuko estaba encorvada<br />
<strong>un</strong>a vez más, como había estado antes, con <strong>un</strong>a expresión <strong>de</strong> sufrimiento<br />
y horror.<br />
—¡Sempai!<br />
—Nng... ah... ca... carajo.<br />
Corrió hasta Ritsuko, y extendió los brazos para ayudarla a levantarse.<br />
—Sempai, ¿está...?<br />
Para sorpresa suya, Ritsuko le dio <strong>un</strong> súbito empellón y salió a todo escape<br />
<strong>de</strong> la sala.<br />
—¡Sempai, espere!<br />
„ Rod M. & John Biles<br />
„ Miguel García (traducción)<br />
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