[NGE] Hijos de un Dios Ancestral, Parte 16 - TransFanfic
[NGE] Hijos de un Dios Ancestral, Parte 16 - TransFanfic
[NGE] Hijos de un Dios Ancestral, Parte 16 - TransFanfic
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>TransFanfic</strong><br />
—Sí —dijo Shinji—. Mejor que otra noche más <strong>de</strong> tele.<br />
—Me sorpren<strong>de</strong> que Rei no te haya invitado a venir con ella, pero me imagino<br />
que no le gusta bailar.<br />
Shinji asintió. —Pues, yo tampoco soy muy bueno para bailar.<br />
—Bailas muy bien el vals.<br />
—Pero es porque estudié música clásica —dijo él.<br />
La canción lenta concluyó y empezó <strong>un</strong>a más rápida, llamada Cruel Angel<br />
Thesis.<br />
Toji y Asuka pronto se les sumaron, y Shinji bailó con ellos, sintiéndose<br />
algo <strong>de</strong>scoordinado y cohibido, a<strong>un</strong>que la sensación fue pasando paulatinamente<br />
conforme todos seguían bailando. Toji le dijo a Shinji:<br />
—Mira, hazte esta —y <strong>de</strong>mostró su rutina favorita.<br />
Pronto estaban ejecutándola al <strong>un</strong>ísono, cosa que hizo a Asuka reírse y a<br />
Hikari aplaudir.<br />
Luego fue tiempo <strong>de</strong> otro <strong>de</strong>scanso, con la promesa <strong>de</strong> más baile por venir.<br />
~*~<br />
[<strong>NGE</strong>] <strong>Hijos</strong> <strong>de</strong> <strong>un</strong> <strong>Dios</strong> <strong>Ancestral</strong>, <strong>Parte</strong> <strong>16</strong><br />
Por fin, Ritsuko se había quedado dormida, al caer rendida en el sofá<br />
mientras supervisaba el trabajo <strong>de</strong> su aprendiz. Maya la vio durante <strong>un</strong> momento<br />
yacer boca abajo, <strong>de</strong>seando po<strong>de</strong>r sumarse a Ritsuko en el sofá.<br />
Era <strong>un</strong> breve respiro en <strong>un</strong>a noche que <strong>de</strong>jaba a Maya con más preg<strong>un</strong>tas<br />
que respuestas.<br />
Durante la noche entera, Ritsuko había hecho a Maya inyectarle jeringa<br />
tras jeringa, cada <strong>un</strong>a llena con <strong>un</strong>a variación <strong>de</strong>l suero previo. Cada inyección<br />
parecía aliviar el dolor <strong>de</strong> Ritsuko, pero con el precio <strong>de</strong> consumirle la<br />
energía. Tras haber mirado más <strong>de</strong> los sueros que había inyectado en<br />
Ritsuko, cabían pocas dudas <strong>de</strong> que se trataba <strong>de</strong> variantes <strong>de</strong>l que usaban<br />
en Rei.<br />
¿Por qué?<br />
El insólito cambio que se había apo<strong>de</strong>rado <strong>de</strong> su sempai, los músculos<br />
más <strong>de</strong>nsos, la piel drásticamente mutada; ella jamás había visto <strong>un</strong>a cosa<br />
semejante.<br />
¿Qué le pasaba?<br />
Lo peor era que Ritsuko sabía exáctamente qué pasaba, pero no se lo<br />
<strong>de</strong>cía a Maya, se evadía cada vez que ella preg<strong>un</strong>taba. Ritsuko no confiaba<br />
en ella.<br />
¿Qué había hecho mal?<br />
La mujer con todas las respuestas estaba a <strong>un</strong> soplo <strong>de</strong> distancia, pero<br />
Maya no osaba <strong>de</strong>spertarla. En cambio, volvió al trabajo, a quemarse las pestañas.<br />
„ Rod M. & John Biles<br />
„ Miguel García (traducción)<br />
Página 38 <strong>de</strong> 53