Lola Figueira. Regreso a Vadinia (ejemplo).pdf - Luarna

Colocó la carne en la pequeña bodega excavada en el suelo de la
cabaña, donde se conservaba en buenas condiciones durante unos días.
En invierno duraba mucho tiempo más debido a las frías temperaturas y
la nieve.
Cuando Laro se retiró al interior de la cabaña, Suano miró a su mujer.
Estaba muy hermosa.
—¿Querrías brindar conmigo por la salud de la pequeña hija de Asón?
—le preguntó.
—Claro —dijo Xana—. Creo que será una niña muy fuerte y valiente.
—Xana, ¿te importaría soltar tu pelo? Sólo por un momento —rogó
Suano que, inconscientemente, se tocó la cicatriz de su hombro como si le
molestara.
—Está bien; pero sólo por un momento.
Xana, mientras dejaba libre su cabello, sintió, como se siente un
latigazo, que estaba profundamente enamorada de su hombre. Tuvo deseos
de decírselo pero se contuvo en el último instante.
—Brindemos, Suano. Que los dioses protejan a la pequeña, —sentenció
Xana.
Ejemplo de lectura