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102 SEGUNDA PARTE.
La temperatura de la semilla que trate de avivarse
artificialmente debe aumentarse gradualmente, principiando
por '} 5 grados centígrados, y aumentándola un grado
por dia hasta los ocho ó diez dias, en que no deberá
exceder de 24 á 25 grados centígrados ó 20 Reaumur.
La semiila debe colocarse extendida en pequeñas cajitas
de madera forradas interiormente de papel, y que
contengan una onza cada una aproximadamente, sobre
las que se colocarán papeles agujereados con algunas
tiernas hojas de morera para que los gusanitos que nazcan
hallen desde luego algun alimento. Como que estos efectúan
su nacimiento en las primeras horas de la mañana y
en las de la tarde, se tendrá cuidado de cambiar los papeles
con las hojas que contienen los gusanos nacidos, y se
trasportarán á una habitación en que puedan conservarse
con una temperatura de 24 á 25 grados centígrados por
medio de estufas ó aparatos de agua caliente. Esta temperatura,
que le es necesaria en la primera edad, puede reducirse
hasta '17 ó >\ 8 grados centígrados en las últimas
edades; pero ante todo debe procurarse al gusano un aire
puro, libre del gas ácido carbónico de la combustion ele
las estufas ó braseros, que les es mortal; lo mismo que
del de las hojas que desprenden durante la noche, y también
ele los gases mefíticos y miasmas desagradables que
exhalan en su mayor edad estos insectos, sea por su respiración
y traspiración, como los que resultan de sus excrementos
y lechos.
Debe prohibirse rigorosamente el fumar y el olor del
tabaco en los criaeleros, porcpie es un terrible veneno para
los gusanos.
Se tiene la costumbre en muchos pueblos de avivar
la semilla llevándola las mujeres en saquitos en los pechos,
y poniéndola debajo ele las cubiertas ele las camas y