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CULTIVO DE LA MORERA. 51
El perfecto desarrollo de la morera exige de parte del
podador la mayor atención para dirigir la concentración
de la savia, con lo que se conseguirá este objeto y se favorecerá
dándole una buena dirección.
Privando al árbol de sus hojas le quitamos los medios
de subsistir y de desarrollarse; pero la naturaleza promueve
el desenvolvimiento de los botones de la planta,
que pronto vienen á sustituir con sus hojas las ya sustraídas.
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No obstante, debemos procurar que la morera no
experimente esta frecuente mutilación en la época de su
vegetación , porque influiria de una manera desfavorable
sobre las buenas condiciones de la hoja, y así debemos
establecer el principio de efectuar la cosecha de ellas bienalmente,
esto es, cada dos años, dejándolas un año en
descanso; y para conseguir las mayores ventajas en este
punto, debemos fijar el corte de las hojas en las hileras de
los árboles, principiando por el primero y continuando por
el tercero, y en la segunda hilera principiando por el segundo;
de manera que los árboles que hubiesen padecido
el arranque de sus hojas estén más próximos á los que se
hayan dejado en descanso alternativamente, á fin de que
la mayor luz y las condiciones del terreno permitan el
mayor desarrollo á las plantas.
Las moreras pueden reducirse á varias formas por
medio de la poda.
Arboles de alta talla.
De media talla.
Enanos.
En vergel, prado ó hileras.
Los árboles de alta talla pueden elevarse con un fuerte
tronco á una considerable altura; pero por los inconvenientes
que presentan para coger sus hojas se ha preferido