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150 SEGUNDA PARTE
mente en las primeras horas de la mañana, y con facilidad
al nacer se unen las mariposas, las que conviene
entonces colocarlas sobre un papel secante y dejarlas en
este estado seis á ocho horas, después de los cuales conviene
separar el macho á fin de que la hembra no perezca
sin poner los huevecitos ó semillas, lo que suele suceder
cuando la cópula se ha prolongado demasiado k que
la hembra perece fatigada y extenuada.
Esta separación artificial de las mariposas, después de
haber estado unidas un tiempo determinado, ha sido impugnada
por algunos sericultores como contrarias á la
naturaleza y á la buena fecundación déla semilla; pero los
resultados obtenidos con la semilla procedente de una
separación artificial ha demostrado que este método era
ventajoso bajo el punto de mayor producción de semilla,
y su robustez habia sido confirmada por la próspera cosecha
de 55 kilogramos de capullos que habia dado cada
onza de semilla, lo que probaria que la fecundación de
las hembras se habia operado completamente en el corto
intervalo de seis á ocho horas que estas habían estado
unidas á los machos.
Luego que se separan las hembras, se colocan sobre
lienzos en aposentos que estén á media luz, y sobre los
que ponen la semilla.
En los casos que las hembras excediesen al número
de los machos, puede servir un macho para fecundar dos
hembras; pero subsiste la opinion que la segunda hembra
no da una simiente tan robusta.
Antes de dejar unir las mariposas que van saliendo
de los capullos conviene separar y aun destruir las que se
noten con manchas, flojedad, el vientre blando, pereza en
unirse ú otro signo que indicase que están afectas de enfermedad,
sea de la pebrina. atrofia ú otro padecimiento