Llegó la Navidad a la Universidad - Universidad Pontificia Bolivariana
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apuntesporfacultades<br />
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talleres, conferencias, trabajos, exámenes, lecturas,<br />
alguna que otra reunión de compañeros,<br />
encuentro con personajes regionales y nacionales,<br />
notas excelentes, buenas, regu<strong>la</strong>res y ma<strong>la</strong>s,<br />
habilitaciones, cursos vacacionales, profesores<br />
eximios y muy recomendables y otros con calificaciones<br />
inferiores, críticas por su asistencia e inasistencia,<br />
excusas por no haber podido asistir a<br />
c<strong>la</strong>se, en fin, toda una gama de situaciones, que<br />
seguramente afloran en estos momentos en Ustedes<br />
y nosotros.<br />
Pero aparece también, el rostro un tanto compungido<br />
al dejar su segundo hogar, que durante<br />
cinco años los albergó, los tuvo en su seno, a sus<br />
compañeros con quienes han compartido momentos<br />
de alegría y de sinsabor, a sus docentes<br />
que con esmero y mucha voluntad inculcaron en<br />
sus personas, los ideales del saber, de <strong>la</strong> superación,<br />
del compromiso abogadil, culminando con el<br />
consultorio jurídico, en donde <strong>la</strong> voz suave; pero<br />
exigente de <strong>la</strong> exmagistrada, les dirigió el consejo<br />
y <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra oportuna, para que <strong>la</strong> actuación judicial<br />
fuera lo mejor posible. A Milena, <strong>la</strong> disciplinada<br />
secretaria académica, que los escuchó en sus<br />
vicisitudes, a Myriam, <strong>la</strong> leal secretaria, amiga y si<br />
se quiere confidente, que siempre les ayudó y les<br />
tiró <strong>la</strong>s orejas cuando era menester, y en fin, al<br />
decano, quien desde un comienzo los trató como<br />
verdaderos hijos biológicos suyos, a quienes siempre<br />
l<strong>la</strong>mó <strong>la</strong> atención con el respeto que se merece<br />
<strong>la</strong> persona, mostrándoles <strong>la</strong>s fortalezas y <strong>la</strong>s<br />
debilidades. En <strong>la</strong> cátedra del decano, siempre les<br />
habló con <strong>la</strong> franqueza propia del santandereano,<br />
sin ambajes, dejándoles ver el derrotero que han<br />
de seguir como abogados en ejercicio.<br />
Hoy, nos reunimos para compartir tal vez por última<br />
vez en el campus universitario, porque con<br />
seguridad nos encontraremos en el camino de <strong>la</strong><br />
vida, para estrechar <strong>la</strong> mano amistosa del directivo,<br />
del docente, del discente, para hacer un brindis<br />
porque el Dios de Colombia ilumine sus sendas,<br />
no los deje caer en tentaciones que los lleven<br />
a transitar por el sendero de lo ilícito. Ustedes han<br />
sido formados en una universidad católica y bajo<br />
los preceptos del cristianismo integral, rectitud,<br />
decencia, honestidad y un c<strong>la</strong>ro compromiso social.<br />
Estaremos pendientes de su paso a <strong>la</strong> vida profesional,<br />
como quiera <strong>la</strong> Oficina de Egresados les<br />
hará un seguimiento y tendrá en cuenta los actos<br />
de fortuna como los de infortunio.<br />
Sus educadores serán sus examinadores en su<br />
carrera de abogados. No pueden ser inferiores a<br />
quienes les han mostrado el camino de <strong>la</strong> verdad,<br />
de <strong>la</strong> justicia, de <strong>la</strong> pulcritud en su pensamiento y<br />
en su obrar.<br />
Deben sentirse orgullosos de haber estudiado en<br />
una universidad como <strong>la</strong> <strong>Pontificia</strong> <strong>Bolivariana</strong>, en<br />
donde <strong>la</strong> persona tiene un asiento preponderante,<br />
en donde <strong>la</strong> dignidad humana prevalece, en<br />
donde el respeto hacia los demás se inculca indubitablemente,<br />
y en donde los valores del espíritu,<br />
tienen puesto definitivo en <strong>la</strong> formación de cada<br />
uno de sus alumnos.<br />
Lleven con orgullo y altivez el calificativo de Bolivarianos,<br />
lleven con gratitud esa estampa que<br />
durante 5 años ha sido forjada en su cuerpo y en<br />
su alma, no <strong>la</strong> desconozcan, no <strong>la</strong> olviden, no <strong>la</strong><br />
escondan. Muéstren<strong>la</strong> y hágan<strong>la</strong> valer. Es un aval<br />
para muchas de sus ejecutorias como abogados.<br />
Hoy, cuando su partida se hace inminente, deseo<br />
a título personal, entregarles un recuerdo que lo<br />
han de llevar siempre en sus so<strong>la</strong>pas: es el escudo<br />
de <strong>la</strong> <strong>Universidad</strong>, esculpido en p<strong>la</strong>ta. Que sea ese<br />
pequeño pero significativo obsequio, un estímulo<br />
para que su futuro sea auspicioso, generoso y relevante<br />
en el campo profesional y en el personal.<br />
Es un recuerdo que como decano y amigo de<br />
Ustedes, entrego con cariño y verdadero aprecio.<br />
Consérvenlo, respétenlo, y que con sus acciones<br />
profesionales, se enorgullezcan de su paso por una<br />
universidad que desea lo mejor para Ustedes.<br />
Termino mi intervención, deseando a nombre de<br />
<strong>la</strong> <strong>Universidad</strong>, de <strong>la</strong> Facultad y de todos los presentes,<br />
los mejores éxitos en su carrera profesional.<br />
No puedo olvidar, alguna frase que el Papa<br />
Paulo VI pronunció al partir de Colombia: “No les<br />
decimos adiós, porque siempre los llevamos en el<br />
corazón”.