Llegó la Navidad a la Universidad - Universidad Pontificia Bolivariana
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Por: Nicolás Alberto Álzate Mejía<br />
Docente Dpto. de Formación Humanística<br />
p á g i n a l i t e r a r i a<br />
El poder del balón de fútbol<br />
y el poder panóptico de Foucault<br />
en <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones utilitaristas<br />
E<br />
l poder del balón de fútbol es extremadamente mágico, capaz de extasiar<br />
<strong>la</strong> mirada de millones de espectadores en un solo instante. A este balón se<br />
le denomina “útil” debido a múltiples razones: sirve para entrenar, se utiliza<br />
para fabricar jugadas fantásticas, es un instrumento para desarrol<strong>la</strong>r <strong>la</strong> inteligencia<br />
cenestésica, e igualmente, es tan útil este “útil” que sirve para que los<br />
empresarios, los técnicos y los propios jugadores llenen sus arcas con millones<br />
de dó<strong>la</strong>res mientras rueda <strong>la</strong> bo<strong>la</strong> y su poder ¡He ahí uno de los poderes útiles<br />
del balón de fútbol!<br />
El poder del balón de fútbol es tan ilusionista, tan atrayente y tan mágico,<br />
que <strong>la</strong> visión óptica del fanático le hace una vigi<strong>la</strong>ncia extrema durante los<br />
noventa minutos de juego, más aquellos que se adicionan. Dice <strong>la</strong> gente y<br />
todo narrador deportivo: ¡No le quitan el ojo al “útil” ni siquiera un solo instante!<br />
Tanto el espectador como el futbolista, desde su panóptico (posición<br />
para observar todo lo que acontece), miran el esférico, el balón o el “útil” y se<br />
desangran tratando de vigi<strong>la</strong>r puntualmente todo lo que identifica al balón:<br />
su color, dimensiones, textura, marca, tamaño, <strong>la</strong> velocidad que agarra.<br />
La mirada de todos aquellos continúa siguiendo incluso todo lo que se hace<br />
con él: lo patean, escupen, ultrajan, desinf<strong>la</strong>n, esconden, tiran, pasan, ensucian,<br />
le echan <strong>la</strong> culpa y le gritan atrocidades. Sin embargo, todos, absolutamente<br />
todos están absortos, embelesados, hechizados, transformados y<br />
enajenados con el trato al balón. ¡He ahí otro poder de <strong>la</strong> utilidad del balón<br />
de fútbol!<br />
Ahora bien, el poder panóptico de Foucault no rueda como el “útil” que se<br />
usa para jugar fútbol, y por tanto, no es tan entretenido, porque aquí <strong>la</strong><br />
mirada que hace los ojos se desorbiten no es un balón, sino un ser vivo, una<br />
persona sobre <strong>la</strong> cual están puestos los ojos del poder.<br />
páginaliteraria<br />
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