Sesiones de enero de 1813 - Academia Puertorriqueña de ...

Diputadoa de estas Oórtes no pidieron ni aprobaron la In
quisicion, tampococonstaque 18 reprobasen, lo cual buci
cuidado habria tenido la comision para no omitirlo, sihu
biese datos para afirmarlo, hi icómo habrian reprobado 10
Diputados de aquel tiempo uu tribunal eclesi$stico esta
blecido contra la heregía, que, como confiesa la comisio:
con el testimonio de Zurita, producia tantos estrago8 61
la Monarquía?
La comision pasa despues desde la página 34 hasta 1:
3% á probarque el Consejo Supremo dela Inquisicionnin.
guna au;oridad tiene en la8 vacantes del inquisidor gene
ral, y que las Córtes se erigiriau en Sumo Pouti5ce, 1
usurparian Ia autoridad eclesiástica si autorizasen al di
cho Consejo para conocer de las causas de fe. Yo qni
siera que la comision fuese consecuente con este priuci.
pio, por elcual tampoco sepuede hacer variacion sustan-
cial en el Santo Oficio, sin erigirse las Cortes en SUmc
Pontífice, y sin usurpar la jurisdiccion eclesiástica.
Pero detengámonos á examinar la autoridad del Sn-
premo Consejo de Inquisicion. Es verdad que 108 inquisi-
dores son nombrados por el inquisidor general, J que pue.
de removerlos; pero no este, sinoel SumoPontífice, les di
la jurisdiccion que ejercen. Asi escómo se explica la glo.
sa de la Clementina VII. i&ué mgs? Alejandro IV en UI
Breve, de que hace mencion Molina eu su tratndo de jus.
litia et jure, dice que los inquisidores que nombre el ge-
neral tengan igual autoridad que él: pri paren ctirn ipsl
habeant potestatem, son las palabras del Breve. Pero supon
gamos por un instante que los inquisidore de la Supre.
ma reciban del inquisidor general la autoridad, y no de
Sumo Pontífice; iqué inferirá de aqui la comision? OQUE
por la muerte 6 renuncia del Iinquisidor general q¿leda
suspensa ó espira la autoridad del Consejo Supremo? Puea
lo contrario está resuelto por los sagrado8 cánones, que
son las unkas leyes que deben consultarseen la materia,
y á los que si hubiese recurrido la comision, se habria
ahorrado el trabajo de recurrir á Madrid para evacuar
ciert,as diligencias encargadas á ciertas personas, paraad-
quirir ciertos datos, como insinuó el Sr. Muñoz Torrero.
Cuando he dicho que los cánonea han decidido esta dis-
puta, no aventuro una cita al aire, y hablo del capítulo
Re alipride h@reticis in v1, donde se leen estas terminan-
tes palabras: