NUESTRA VIDA FRATERNA EN MINORIDAD - Capuchin Friars Minor
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<strong>MINORIDAD</strong> Y ESTRUCTURAS<br />
26. Conscientes de que la minoridad favorece<br />
una relación más justa y coherente con la gente<br />
humilde de nuestro tiempo, todas las<br />
fraternidades se comprometan en una sincera<br />
revisión de nuestro estilo de vida apuntando<br />
hacia una efectiva sobriedad, evitando gastos<br />
inútiles, exagerado uso de coches y otros medios<br />
de la tecnología moderna, cuestionándonos si<br />
efectivamente lo que tenemos es esencial para la<br />
misión que deriva de nuestro carisma.<br />
27. La clara conciencia de la realidad y del<br />
marco social en el que vivimos nos lleva a hacer<br />
un discernimiento con respecto a la minoridad<br />
de nuestras estructuras. De ahí brotará un<br />
comportamiento responsable que afectará a<br />
nuestras estructuras. Estas estructuras deberán<br />
de ser sencillas, flexibles, de moderado<br />
volumen, lejos del dominio, del dinero, del<br />
prestigio. El hermano menor sabe vivir en la<br />
provisionalidad.<br />
(27) a. Interroguémonos concretamente sobre las<br />
estructuras de las que somos propietarios:<br />
iglesias, conventos, jardines, obras de arte.<br />
Preguntémonos si el uso que hacemos de ellas<br />
está conforme con nuestra vocación de menores<br />
e itinerantes. Cuando tales bienes sean<br />
superiores a las exigencias de la fraternidad o<br />
absorban un cuidado exagerado, estudiemos<br />
soluciones para reconvertirlos en finalidades<br />
útiles a la iglesia, a los pobres y a la sociedad.<br />
Entre estas soluciones consideramos también el<br />
alquiler temporal de su uso, la venta, la<br />
donación, según los lugares y necesidades.<br />
b. Optar por casas pequeñas con un número<br />
adecuado de hermanos, casas insertas en zonas<br />
periféricas que vivan de su trabajo, puede<br />
constituir una traducción práctica de nuestra<br />
minoridad e itinerancia.<br />
c. Téngase cuidado, sin embargo, de tutelar los<br />
bienes que, por su significado histórico, son<br />
importante memoria de la identidad de nuestra<br />
Orden.<br />
12<br />
60.5. Vivamos en consciente solidaridad con los<br />
innumerables pobres del mundo y con nuestro<br />
trabajo apostólico, incitemos particularmente al<br />
pueblo cristiano a trabajar por la justicia y la<br />
caridad para promover el progreso de los<br />
pueblos.<br />
63.2. Por tanto, no acumulemos<br />
inmoderadamente bienes, ni siquiera los<br />
necesarios para nuestro sustento.<br />
68.1. Debemos vivir en casas humildes y pobres,<br />
hospedándonos siempre en ellas como<br />
extranjeros y peregrinos.<br />
60.2. Trátese en los Capítulos, de modo especial,<br />
sobre el uso social de los bienes confiados a las<br />
fraternidades, tanto del dinero como de las casas<br />
o terrenos, que hemos de emplear gustosamente<br />
para utilidad de los hombres.<br />
62.3. Usemos los bienes temporales para las<br />
necesidades de la vida, del apostolado y de la<br />
caridad, sobre todo para con los pobres.<br />
68.2. Al elegir lugar para una nueva casa,<br />
ténganse en cuenta nuestra vida de pobreza, el<br />
bien espiritual de los hermanos y los diferentes<br />
ministerios que se ejercerán; y dispónganse las<br />
viviendas de tal modo que a nadie puedan<br />
parecer inaccesibles, sobre todo a los más<br />
humildes.<br />
97.3. Tengamos, pues, en gran aprecio cuanto el<br />
ingenio humano ha logrado de las cosas creadas,<br />
especialmente en las obras de la cultura y del<br />
arte, que nos revelan los dones de Dios.