Descargar El arma más poderosa, de José Francisco - Rojo y Negro

XX ACUSADO
Michelle solicitó de inmediato unas vacaciones.
Había tocado fondo. Dada su gran energía y
proactividad no se resentía en su carrera de las
interminables jornadas de trabajo, aspectos
técnicos complejos, comidas a deshora, largas
vigilias de sueño, miedo escénico ante la cercanía
de los asesinos, a veces demasiado cerca. Lo que
realmente le agotaba eran los aspectos de orden
interno que rodeaban su profesión y que no
serian ajenos a otra profesión cualquiera dada la
condición humana. Diferentes unidades
policiales, personas y países, tenían que trabajar
juntos y ahí la ocultación y tergiversación
siempre arrebataban. Conflicto permanente para
hacer prevalecer el éxito propio sobre el ajeno.
¿Cuántos fracasos dependían de eso? Muchos
más de los que parecen. Las zancadillas son
inevitables. ¿Por qué no se le había informado de
la presencia de Chloé, asistenta del padre Salem?
La policía local conoce perfectamente. No era el
prototipo de señora mayor que ayuda en la