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Subsidio Catequístico II - Diócesis de Quilmes

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Encuentros catequísticos 10<br />

Un momento privilegiado <strong>de</strong> esta historia es la liberación <strong>de</strong> la esclavitud, la celebración <strong>de</strong> la<br />

Alianza y el camino por el <strong>de</strong>sierto hacia la tierra <strong>de</strong> la promesa. Todavía en nuestros días este<br />

acontecimiento sigue siendo el corazón <strong>de</strong> la fe <strong>de</strong>l pueblo judío. Vamos a mirarla más <strong>de</strong> cerca,<br />

escuchando las palabras <strong>de</strong> la Biblia.<br />

Leemos: Éxodo 3, 1-10<br />

• Israel es un pueblo extranjero, que se ha asentado en Egipto. Está sufriendo la explotación, la<br />

opresión y la humillación <strong>de</strong>l Faraón. Pue<strong>de</strong> recordar la promesa <strong>de</strong> fi<strong>de</strong>lidad que su Dios<br />

había hecho a Abraham... pero su realidad está muy lejos <strong>de</strong> ser esa «bendición» anunciada por<br />

Dios. ¿Se habría olvidado <strong>de</strong> ellos?<br />

• Es allí don<strong>de</strong> Dios interviene nuevamente <strong>de</strong> un modo bien palpable. Pero no lo hace<br />

mágicamente. Interviene en la historia convocando y enviando a personas concretas. Moisés<br />

experimenta ese llamado <strong>de</strong> Dios, y recibe una misión. Será Moisés quien tenga que<br />

presentarse ante el Faraón y ante el pueblo para anunciarles el proyecto liberador <strong>de</strong> Dios.<br />

Será Moisés quien guíe al pueblo en la salida <strong>de</strong> Egipto y a lo largo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto hacia la tierra<br />

prometida por Dios.<br />

• Pero —y esto es lo más importante— la iniciativa es Dios. Es Dios quien está atento al clamor<br />

<strong>de</strong>l pueblo oprimido. Es Dios quien da el primer paso: «Sí, conozco muy bien sus sufrimientos.<br />

Por eso he bajado a liberarlo...».<br />

• La liberación no será fácil. El pueblo tendrá que escapar en medio <strong>de</strong> la noche, mientras es<br />

perseguida por el ejército <strong>de</strong>l Faraón. Los gran<strong>de</strong>s anhelos <strong>de</strong> la humanidad, anhelos <strong>de</strong><br />

libertad y <strong>de</strong> justicia, siempre encuentran resistencias y oposiciones. También los anhelos <strong>de</strong><br />

Dios.<br />

La salida <strong>de</strong> Egipto, el cruce por en medio <strong>de</strong>l mar abierto, la marcha <strong>de</strong> toda una multitud<br />

serán el signo <strong>de</strong> que, a pesar <strong>de</strong> todo, Dios convierte nuestra historia humana —con todo el<br />

mal que pueda habitarla— en historia santa, historia <strong>de</strong> salvación. Sí, Dios se pone al frente <strong>de</strong><br />

quienes buscan una tierra sin opresión ni injusticia, una «tierra sin males» (como <strong>de</strong>cían los<br />

pueblos guaraníes). Dios transforma las aguas <strong>de</strong>l mar en un camino abierto hacia libertad...<br />

Imaginen un pueblo que escapa y, <strong>de</strong> repente, se encuentra acorralado entre el mar y el<br />

ejercito que lo persigue: en apariencia todo se ha terminado, no hay salida... Nuestro Dios es<br />

el Dios que hace posible toda esperanza.<br />

• En el <strong>de</strong>sierto, liberados ya <strong>de</strong> la esclavitud, Dios hará una alianza con su pueblo. Será un<br />

suerte <strong>de</strong> compromiso <strong>de</strong> amor y fi<strong>de</strong>lidad, que se concreta en las palabras —muchas veces<br />

repetidas a lo largo <strong>de</strong> la Biblia— pronunciadas por el mismo Dios: «Uste<strong>de</strong>s serán mi pueblo y<br />

Yo seré su Dios» (ver, por ejemplo, Éxodo 6, 6-8). La alianza es el compromiso por el que<br />

Dios se une a su pueblo (prometiendo estar siempre a su lado, guiarlo, liberarlo, sostenerlo) y<br />

el pueblo se une a Dios (escuchando su palabra, confiando en él, viviendo según la Ley <strong>de</strong><br />

libertad que él le ofrece, amando a los <strong>de</strong>más como Dios lo ha amado). Un relato <strong>de</strong> la<br />

celebración <strong>de</strong> esta alianza se encuentra en Éxodo 19, 1-8.

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