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Wilfredo Ardito Vega - Universidad del Pacífico

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En una atmósfera de mayor confrontación, muchos medios de comunicación que antes<br />

respaldaban la lucha contra el racismo, terminaron atacando a los sectores que<br />

denunciaban las violaciones a los derechos humanos o que consideraban críticos <strong>del</strong><br />

sistema neoliberal 96 .<br />

Frente a este panorama, algunos de los integrantes de la Mesa contra el Racismo<br />

optaron por vincularse con organizaciones sociales como la Confederación General de<br />

Trabajadores <strong>del</strong> Perú o la CONACAMI, cuyas demandas, con una clara orientación<br />

política, otros activistas no compartían 97 . Para ellos, se alteraba la perspectiva original<br />

de la Mesa de promover la lucha contra el racismo como un tema común para personas<br />

que podían tener opciones políticas diferentes. En las demandas de las mencionadas<br />

organizaciones, el racismo se encontraba invisibilizado.<br />

El problema es que todos estos cambios no fueron reflexionados de manera colectiva,<br />

porque la Mesa contra el Racismo de Lima dejó de reunirse. Habría sido muy<br />

importante llegar a un intercambio de opiniones al respecto para clarificar opciones.<br />

6.5. Un proyecto o un proceso<br />

Inicialmente, la Mesa contra el Racismo buscaba comportarse como un movimiento<br />

ciudadano, no dependiente de un proyecto o una ONG. Por ello, las personas que<br />

participaban en los primeros años tenían un carácter voluntario y los integrantes de la<br />

CNDDHH y APRODEH actuaban fuera de su horario laboral.<br />

Sin embargo, hacia el segundo año se hizo evidente un problema de continuidad: tanto<br />

los estudiantes como los profesionales voluntarios comenzaron a tener<br />

responsabilidades laborales o familiares que les impedían participar en las reuniones y<br />

por esto se centraban en las acciones públicas. Después, también les era difícil<br />

participar en éstas 98 , especialmente cuando se sentía que los principales problemas ya<br />

habían sido resueltos.<br />

zonas rurales. También, el único caso que una persona de clase alta fue muerta por la policía, se debió a<br />

una confusión por razones raciales. El Viernes Santo <strong>del</strong> año 2007, a la Policía de Monterrico le<br />

comunicaron que un empresario de esa zona había sido secuestrado en un vehículo y dos policías salieron<br />

a perseguir el vehículo, disparándole al chofer, asumiendo que se trataba de un secuestrador. En<br />

realidad, se trataba <strong>del</strong> señor Guillermo Li, a quien sus secuestradores habían obligado a conducir.<br />

Nosotros consideramos que falleció porque, para la policía, sus rasgos no coincidían con aquellos que los<br />

policías atribuían a los empresarios de Monterrico.<br />

96 Este fue el caso <strong>del</strong> diario Perú 21 o de Jaime de Althaus, columnista de El Comercio. Debe<br />

recordarse que en los inicios de la Mesa aún el diario Correo dedicaba numerosos artículos positivos a la<br />

lucha contra el racismo.<br />

97 Un ejemplo de esto se produjo el año 2009, cuando algunos integrantes de la Mesa querían entregar el<br />

antipremio Al Más Discriminador al Ministerio de Energía y Minas, por las múltiples concesiones de<br />

territorios de comunidades campesinas y nativas a empresas mineras y petroleras. Otros miembros no<br />

encontraban una conexión clara. Ellos temían que de esta manera se politizara el tema <strong>del</strong> racismo y<br />

pensaron que se generaría un distanciamiento poco estratégico respecto al gobierno. Finalmente, el<br />

antipremio fue entregado a otra entidad.<br />

98 Podemos señalar que sólo el autor de este artículo tuvo continuidad durante los cinco años que duró la<br />

Mesa. Sin embargo, finalmente, la necesidad de cumplir compromisos de carácter académico, también<br />

impidió nuestra participación.<br />

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