Baja el Cuento - Cuentos de Federico
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C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A<br />
-Ciriaco Contreras…<br />
En esos momentos los <strong>de</strong>más hombres se pusieron <strong>de</strong> pie en<br />
estado <strong>de</strong> alerta y cogiendo sus armas, escucharon en silencio.<br />
Uno <strong>de</strong> <strong>el</strong>los se abalanzó y apagó <strong>el</strong> fuego vertiendo <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong><br />
tarro y luego con <strong>el</strong> pie lo apagó <strong>de</strong>finitivamente.<br />
Un caballo en <strong>el</strong> fondo <strong>de</strong> la caverna r<strong>el</strong>inchó y otro le contestó<br />
allá lejos, en la oscuridad.<br />
-¡Nos han seguido! Vociferó uno <strong>de</strong> los bandidos y lanzó unas<br />
tremendas herejías contra sus perseguidores.<br />
Consu<strong>el</strong>o, en la oscuridad <strong>de</strong> la caverna, pudo captar <strong>el</strong> ruido<br />
que hacían los bandidos para ir a buscar los caballos y cómo<br />
preparaban sus armas <strong>de</strong> fuego.<br />
Se oyó una voz en la noche que gritaba:<br />
-¡Ciriaco Contreras! ¡Estás ro<strong>de</strong>ado! ¡No tienes escapatoria!<br />
¡Rín<strong>de</strong>te! ¡Sale con las manos en alto y <strong>de</strong>sarmado!<br />
Hubo un silencio y luego la niña oyó cómo discutían los<br />
bandidos en voz baja.<br />
-¡Estos h… nos van a matar <strong>de</strong> todas maneras! Echemos los<br />
caballos por d<strong>el</strong>ante y nosotros nos escabullimos por entre las peñas.<br />
Nuevamente se oyó la voz:<br />
-¡Ciriaco Contreras! ¡Entrégate o eres hombre muerto!<br />
Sonó un disparo y una bala rebotó en una <strong>de</strong> las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la<br />
caverna. Los caballos r<strong>el</strong>incharon asustados.<br />
Consu<strong>el</strong>o estaba aterrorizada. Lentamente se arrastró por <strong>el</strong><br />
su<strong>el</strong>o, pegada a la pared, hacia <strong>el</strong> interior <strong>de</strong> la cueva. En esos<br />
instantes los caballos salieron <strong>de</strong> la caverna y los bandoleros <strong>de</strong>trás<br />
<strong>de</strong> <strong>el</strong>los.<br />
Se oyó un tiroteo, gritos y blasfemias y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un rato todo<br />
quedó en silencio.<br />
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