Baja el Cuento - Cuentos de Federico
Baja el Cuento - Cuentos de Federico
Baja el Cuento - Cuentos de Federico
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
C O N S U E L O<br />
O L A V E N G A N Z A D E L O S Z O R Z A L E S<br />
-¿Dón<strong>de</strong> queda eso abu<strong>el</strong>o?<br />
-En Puerto Chico. Así se llama <strong>el</strong> barrio que está al final <strong>de</strong> la<br />
playa.<br />
Avanzó <strong>el</strong> automóvil y un poco más allá se <strong>de</strong>tuvo nuevamente<br />
frente a una hermosa casa <strong>de</strong> dos pisos, <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> alerce. Como<br />
antejardín había un prado muy bien cuidado, ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> h<strong>el</strong>echos,<br />
manzanos y otras plantas b<strong>el</strong>lísimas.<br />
Se bajaron d<strong>el</strong> taxi y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> canc<strong>el</strong>ar <strong>el</strong> recorrido entraron<br />
al antejardín. El abu<strong>el</strong>o hizo sonar una campanilla y se abrió la<br />
puerta <strong>de</strong> entrada. Apareció una hermosa mujer alemana <strong>de</strong> cab<strong>el</strong>lo<br />
rojo que se alegró <strong>de</strong> ver al abu<strong>el</strong>o y a la niña.<br />
Los hizo pasar a un salón a la izquierda, don<strong>de</strong> había un piano.<br />
Después <strong>de</strong> conversar y preguntar por gente conocida <strong>de</strong><br />
ambos, <strong>el</strong> abu<strong>el</strong>o le preguntó si podían almorzar.<br />
-Por supuesto- contestó la mujer p<strong>el</strong>irroja y levantándose <strong>de</strong> su<br />
silla dijo que iba a avisarle a sus hermanas para que vinieran a<br />
saludarlos.<br />
Mientras tanto, Consu<strong>el</strong>o observaba <strong>el</strong> salón. Todo estaba<br />
or<strong>de</strong>nado en forma muy pulcra. Había una pequeña mesa adornada<br />
con un mant<strong>el</strong> finamente bordado y un florero con flores recién<br />
cortadas.<br />
Más allá, sobre otro mueble, estaba un grueso libro <strong>de</strong> visitas y<br />
un estante con viejos libros muy bien encua<strong>de</strong>rnados. El piano, con<br />
sus cand<strong>el</strong>abros <strong>de</strong> bronce para alumbrar con la luz <strong>de</strong> las v<strong>el</strong>as las<br />
partituras, la alfombra, las sillas, todo tenía un aire antiguo muy<br />
conservado.<br />
Las frescas flores esparcían su suave perfume por todo <strong>el</strong> salón<br />
y a esto se agregaba en esos momentos un exquisito olorcillo a<br />
comida que venía <strong>de</strong> la cocina y que daba un gran apetito.<br />
49