"Ciudadanía y clase social". - Reis - Revista Española de ...
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THOMAS HUMPHREY MARSHALL<br />
tengan que cumplirse en cada caso concreto que se presente. Se convierten más<br />
bien, podríamos <strong>de</strong>cir, en los <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> un plan <strong>de</strong> vida en comunidad. La<br />
obligación <strong>de</strong>l Estado, cuyo cumplimiento recae por <strong>de</strong>fecto en el Parlamento<br />
o en un consejo municipal, es para con la sociedad en su conjunto, a diferencia<br />
<strong>de</strong> la <strong>de</strong> los ciudadanos individuales, cuyo cumplimiento recae en un tribunal<br />
<strong>de</strong> justicia, o por lo menos en un cuasi tribunal <strong>de</strong> justicia. Mantener un equilibrio<br />
a<strong>de</strong>cuado entre esos elementos colectivos e individuales <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos<br />
sociales es una cuestión <strong>de</strong> vital importancia para el estado <strong>de</strong>mocrático socialista.<br />
Lo que acabo <strong>de</strong> argumentar es especialmente claro en el caso <strong>de</strong> la vivienda.<br />
Aquí la tenencia <strong>de</strong> las viviendas ha estado protegida por <strong>de</strong>rechos legales<br />
firmes, que se pue<strong>de</strong>n hacer valer ante un tribunal <strong>de</strong> justicia. El sistema se ha<br />
hecho muy complicado, porque ha ido creciendo por etapas, y no pue<strong>de</strong> mantenerse<br />
que los subsidios se distribuyan igualmente en proporción a las necesida<strong>de</strong>s<br />
reales. Pero el <strong>de</strong>recho básico a que el ciudadano individual tenga siquiera<br />
una morada es mínimo. Este no pue<strong>de</strong> reclamar más que un techo sobre su<br />
cabeza, y su <strong>de</strong>manda pue<strong>de</strong> ser satisfecha, como hemos visto en años recientes,<br />
con un camastro en una sala <strong>de</strong> cine en <strong>de</strong>suso, convertida en centro <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>scanso. No obstante, la obligación general <strong>de</strong>l Estado hacia la sociedad en<br />
relación con la vivienda es una <strong>de</strong> las más pesadas que tiene que soportar. Las<br />
políticas públicas han creado inequívocamente en el ciudadano la expectativa<br />
legítima <strong>de</strong> una vivienda a<strong>de</strong>cuada para habitarla con su familia, y la promesa<br />
no se limita ahora a los héroes. Es cierto que, en materia <strong>de</strong> reclamaciones<br />
individuales, las autorida<strong>de</strong>s trabajan, en la medida <strong>de</strong> lo posible, con una<br />
escala <strong>de</strong> priorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s. Pero cuando se va a <strong>de</strong>rribar una<br />
barriada, a remo<strong>de</strong>lar una ciudad vieja o a planificar una nueva, las reclamaciones<br />
individuales tienen que subordinarse al programa general <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo<br />
social. Interviene aquí un elemento <strong>de</strong> azar y, por lo tanto, <strong>de</strong> <strong>de</strong>sigualdad.<br />
Una familia pue<strong>de</strong> a<strong>de</strong>lantar su turno <strong>de</strong> espera <strong>de</strong> una vivienda social, <strong>de</strong>bido<br />
a que pertenece a una comunidad que va a ser atendida primero. Una segunda<br />
familia tendrá que esperar aunque sus condiciones materiales sean peores que<br />
las <strong>de</strong> la primera. Con el tiempo, aunque en muchos lugares <strong>de</strong>saparezcan las<br />
<strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s, en otros pue<strong>de</strong>n hacerse más visibles. Permitan que les ponga<br />
un ejemplo. En la ciudad <strong>de</strong> Middlesborough, parte <strong>de</strong> la población <strong>de</strong> una<br />
zona ruinosa había sido trasladada a una urbanización nueva. Se halló que,<br />
entre los niños que vivían en esta urbanización, uno <strong>de</strong> cada ocho <strong>de</strong> los que<br />
competían por plazas en las escuelas <strong>de</strong> secundaria lograba tenerla. Entre la<br />
parte <strong>de</strong> la misma población original que no fue trasladada esta proporción era<br />
<strong>de</strong> uno por cada ciento cincuenta y cuatro 40 . El contraste es tan asombroso que<br />
uno duda si ofrecer una explicación precisa, pero sigue siendo un ejemplo<br />
impresionante <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sigualdad entre individuos que aparece como resultado<br />
provisional <strong>de</strong> la satisfacción progresiva <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos sociales colectivos. Al<br />
40 Ruth GLASS, The Social Background of a Plan, p. 129.<br />
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