contenido - Yacht Club Argentino

un señor Fisher, quien lo traslada al Támesis. Sir
Geoffrey a su vez, compró un yacht a vapor de 160
toneladas y en el trayecto de Hamburgo a Londres cayó
al agua y pereció ahogado.
El "Muriel" en 1919, pasó a ser propiedad del británico
John Jewell quien después, en 1925 lo vendió a don
Guillermo Udaondo, un miembro de nuestro Club quien
hizo traer el yacht a la Argentina y le cambió el nombre
por el de "Pampero". En un viaje a Mar del Plata que
realiza Udaondo, enfrentaron mal tiempo. Se fisuró la
gigantesca botavara de la vela mayor y el barco se
inundó por ojos de buey mal cerrados.
En 1928 el "Muriel" fue adquirido por don José Antonio
Aguirre, por entonces Secretario Honorario de nuestro
Club. En una de sus singladuras, el yacht sufrió un
incendio y la rotura de su botavara de 17 metros de largo.
Después, el Sr. Aguirre le restituyó el nombre de "Muriel".
El gran yacht fue vendido nuevamente en 1931, esa vez a
don José Carlos Sabaté, quien poco después falleció en
un accidente de aviación en la Cordillera de Los Andes.
El Sr. Alfredo Cernadas compró al "Muriel" en 1932 y se
puso en comunicación con el famoso arquitecto naval
William Fife para modificar la arboladura del "Muriel", al
que se le agregó un tercer mástil para redistribuir el
velamen con dimensiones menores y así facilitar la
maniobra. El yacht así transformado presentaba la
magnífica figura de un gran velero con tres mástiles. El
Sr. Cernadas lo navegó hasta Porto Alegre, Punta del
Este y Mar del Plata, desarrollando a vela velocidades
de hasta 9,3 y 9,7 nudos.
En una recalada en Punta del Este, los marineros se
amotinaron y al término del viaje en Dársena Norte,
fueron desembarcados.
Cuando en 1941, el "Muriel" fue comprado por don
José Milanese, fue trasladado a Mar del Plata para
dedicarlo a la pesca de tiburones.
El médico argentino Dr. Borea se hizo cargo del velero
en 1945 y embarcó once tripulantes para llevarlo al
Mediterráneo. Cruzó a Montevideo para aprovisionarse
de elementos, pero la Aduana de ese puerto objetó los
140 cajones de vino para consumo a bordo que llevaba
el yacht, declarando a ese cargamento como
contrabando y confiscó el barco.
Así se selló el destino del "Muriel", que nunca más
volvería a la Argentina. Tras un extenso juicio, la
Aduana de Montevideo dispuso la subasta pública
del barco. La Armada Uruguaya se interesó por él
para convertirlo en barco-escuela, realizó una
extensa pericia naval y desistió de la compra.
Finalmente, el Dr. Raúl Jude adquirió el yacht y lo
trasladó a Punta del Este.
En 1969, el "Muriel" fue comprado por los señores
Héctor Ballablo, Juan Carlos Santoro y Carlos La Torre,
quienes lo llevaron al astillero Marcopel de Carmelo
para repararlo.
Otros trabajos se le hicieron durante 1974 en la ERCNA
de Carmelo, cuando el yacht era propiedad de Ballabio
y Julio Ugarte.
Años después, en 1986 el barco era amarrado en la
Dársena de Pescadores de Punta del Este, donde era
arrendado para pasear turistas. Allí generó con la
Dirección de Hidrografía una deuda de 100.000 dólares
en concepto de amarra y en 1996 fue retirado de la
dársena e instalado en una boya al borneo.
Un fuerte temporal en febrero de 1997 cortó la amarra
del "Muriel" que abatió al garete hasta encallar en la
Costa Mansa. Tiempo después, ya muy averiado fue
izado a un carretón y trasladado a un costado del
aeropuerto El Jagüel. En este predio se extingue la vida
y la leyenda del "Muriel", lejos del mar y de su país
natal, la India milenaria y misteriosa.
En el final, me resta agradecer al estimado consocio y
amigo Roberto E. (Tito) Sieburger el aporte de valiosa
documentación, que ha sido de relevancia para la
realización de este artículo.
El gigante averiado poco antes de su última singladura por tierra
El Yacht julio 2008
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