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no al azar. La experiencia te da un bagaje de data que te
ayuda a tomar esas decisiones”.
Se puede decir que el 470 es su oficina. Pero a diferencia
de muchos que no ven la hora de dejar el lugar de trabajo,
a ellos el barco les resulta muy atractivo. “Tiene de todo un
poco”, explica Juan. Y detalla: “Números en la puesta a
punto y táctica porque, a pesar de que cada uno arma el
barco de diferente manera, todos caminan muy similares”.
Su vida es un constante girar de campeonato en campeonato,
lejos de casa y, por ende, de los afectos. Pero a falta de la
familia propia, Juan cuenta que tienen “muchos amigos de
todo el mundo que hacen que te sientas en familia”. Les queda
poco tiempo para el ocio, pero siempre buscan despejarse de
un largo y agitado día de regatas. A veces, buscan un bar
donde compartir las experiencias con sus rivales –y amigos.
A los que por ahí estan pensando en emprender el largo
camino hacia una campaña olímpica, Juan les aclara que
se “necesita mucha constancia y trabajo. Para hacer una
campaña hay que resignar muuuuchas cosas. A veces el
trabajo es repetitivo, cansador. Hay que ir al agua siempre.
No importa el viento –desde 2 a 35 nudos”.
Y también les advierte, “uno jamás se convierte en rico
haciendo una campaña olímpica”. Para rematarla, aclara
que un olímpico tiene que “extrañar poco y ser muy
adaptable a todo: clima, gente y comida”.
¿Si esta va a ser su última olimpíada? La respuesta es que
no saben. “Ahora la cabeza la tenemos sólo en los Juegos
de Beijing”. De todas formas algo es seguro, no se
imaginan fuera –o lejos- del agua.
FERNANDA SESTO Y CONSUELO MONSEGUR
“Además de casarte, ¿Qué vas a hacer en 2005?”. Ese mail
que Fernanda Sesto (31) le mandó a Consuelo Monsegur (38)
fue lo que selló la dupla femenina que va a representar a la
Argentina en los Juegos Olímpicos de Beijing en 470.
“Al principio era pensando a corto plazo. Después de
correr dos olimpíadas con Paula Reinoso, yo tenía la
estructura toda armada y le propuse a Consu ir al Mundial
de San Francisco”, cuenta Fer. Los resultados logrados
hicieron el resto: “Nos fue bastante bien. Ganamos el
norteamericano y salimos 11 en el mundial. Así que
cuando volvimos dijimos vamos a seguir porque nos
llevábamos muy bien arriba del barco”, agrega.
A fines del 2005 Consu se quedó embarazada, pero lejos
de abandonar el barco, le aseguró a Fer que quería seguir
como pudieran. “Conocíamos otros casos de mujeres que
les había pasado, así que paramos en 2006 y volvimos a
arrancar competitivamente a principios de 2007”, cuenta
Fer. Hoy viajan a casi todos lados con Marco, que va a
cumplir 2 años en junio.
Las dos son muy conscientes de lo que aporta cada una al
equipo. “Yo soy más conservadora, más tranquila, más
pacífica; y Consu es más acelerada. Ella me acelera un
poco y yo la calmo un poco”, cuenta Fer. Consu lo resume:
“Yo soy un poco la fuerza y Fer el cerebro”. Y se ríe.
En este último período de cara a los Juegos Olímpicos tienen
como objetivo “trabajar en la consolidación del equipo,
adquiriendo experiencia internacional porque juntas corrimos
7 campeonatos. Lo más importante es pulir el equipo en
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El Yacht julio 2008
regata”, cuenta Fer. “En este último tiempo trabajamos mucho
en la comunicación entre nosotras, yo le paso información a
Fer y ella es la que decide qué hacer. En la largada cada una
se ocupa de mirar algo distinto y nos vamos hablando.
Cambiamos drásticamente nuestras largadas cuando esto
empezó a funcionar”, ejemplifica Consu.
Abajo del barco también aplican la división del trabajo. Fer
se encarga de la planificación y la logística, aplicando su
experiencia como economista; y Consu, desde su estudio
de diseño, se encarga de la comunicación –clave en la
obtención de recursos. “La difusión de lo que una está
haciendo a todos los niveles es una necesidad básica para
el equipo olímpico. Si yo me voy por allá lejos a navegar, y
nadie sabe lo que hago, cuando vaya a pedir el bote para
entrenar, nadie me va a tener en cuenta salvo que gane un
mundial o un campeonato importante. Pero eso en una
campaña llega después”, explica Consu.
Las chicas consiguieron la plaza para los juegos en el
mundial que se corrió en enero en Australia. La demora
en clasificarse hizo que los tiempos se les achicaran.
“Estamos en una recta final más apretada. Pero nos sirvió
más porque nos obligó a ir a Australia y a entrenarnos de
una manera más intensiva durante los tres meses previos
al campeonato. Creo que nos ayudó a estar en un mejor
nivel”, cuenta Fer.
En cuanto al equipo, está todo –o casi todo- listo. “Lo último
que incorporamos fueron las velas y el palo que probamos en
el último campeonato, ahora es poner a punto ese equipo que
elegimos para las condiciones de China”, cuenta la timonel del
ARG – 108 mientras come una tostada de pan integral y toma
mate en su casa de Punta Chica.
Es que las condiciones de China exigen a los olímpicos
una dieta estricta. “La preparación física no pesa tanto
como en otros juegos. Más que nada es hacer aeróbico
para no aumentar de peso. La dieta es parte de tu vida. No
lo tenés que pensar, lo tenés incorporado. Lo más
importante es aprender a hacer las cosas; encontrar la
forma de hacerlo y disfrutarlo. Si no lo disfrutas no durás
ni tres meses”, explica.
El 470 en sí tiene mucho que ver en el disfrute. “El barco
me parece muy completo, pero al mismo tiempo no es
complicado. Con mucho y poco viento es lindo. Ir de a dos
también es lindo porque disfrutas con alguien”, cuenta Fer,
a quien Consu quiere como a una hermana.
En China las condiciones serán de poco viento, y la
corriente influirá mucho. Por eso Fer y Consu
aprovecharon las similitudes de Qingdao y el Río de la
Plata. Sacaron provecho de los días de poco viento, y
entrenaron en el canal para navegar con mucha corriente.
Para ellas haber nacido en un lugar con corriente es una
Las chicas Sesto y Monsegur en un veloz planeo.