ILUSTRACIONES CON RECORTES DE PERIODICOS
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entero, permanece siempre en construcción! Este edificio, ideal<br />
en principio, pero que el esfuerzo de tres generaciones no consigue<br />
poner en pie, inspira por lo menos algunas dudas acerca<br />
de la capacidad o la honestidad de los arquitectos.<br />
»Entonces, para enmascarar este fracaso monumental, se busca<br />
el refugia del futuro, la gran coartada de los utopistas —o de<br />
los tiranos que disimulan sus maniobras bajo el pabellón del<br />
progreso y del sentido de la historia—'. El verdadero socialismo<br />
no ha eodstido en el pasado, ni existe en él presente, madura<br />
para tiempos que aún no han llegado y que nunca llegarán.<br />
La Ciudad futura continúa siendo por definición la Ciudad futura<br />
—un espejismo retrocediendo sin cesar en el horizonte del<br />
desierto—. socialismo siempre es para mañana. En esto es la<br />
punta del progreso, pero de un progreso imaginario; sus partidarios<br />
están avanzados respecto de su tiempo, pero este avance<br />
es el del sue&o sobre la realidad.<br />
»Así, desde el instante en que de hecho se ensaya la realización<br />
del colectivismo se desemboca en resultados diametralmente opuestos<br />
al ideal por él proclamado: el empobrecimiento en lugar de<br />
la abundancia, la esclavitud en lugar de la libertad, lo arbitrario<br />
del poder central en lugar de la justicia basada en la armonización<br />
de las desigualdades naturales ¿Por qué? Sencillamente<br />
porque se funda en principios extraños a la naturaleza. Estos<br />
ofrecen a los arquitectos de la política —tanto si han sido engañados<br />
por un falso ideal como si son tiranos cínicos, ávidos de un poder<br />
sin freno—• un terreno perfecto para la construcción de cuarteles<br />
o prisiones, pero que nunca podrá sostener una Ciudad justa y<br />
fraternal».<br />
Marcel Qémexit, bajo el titulo LE PAULAILLER ET LA FOURMILIERE, en<br />
L'HOMMB NOUVBAU, 615, del 3 lebrero 1974, al distinguir el capitalismo<br />
que denomina de derecho privado y el capitalismo de derecho<br />
público, observa respecto de éste:<br />
242<br />
«La absorción de toda la economía —o de su parte principal—<br />
en la zona de derecho público —ea decir, en la construcción<br />
del Estado— es una consecución real y concreta de la mitología<br />
marxista. Bajo el nombre de «dictadura del proletariado»—<br />
se transpone a los proletarios de un régimen salarial basado<br />
en un contrato de derecho privado (fírmese 0 no éste —se<br />
admita o prohiba la huelga—) a un régimen salarial de derecho<br />
público en el cuál sólo hay un patrono, un capitalista, un gestor:<br />
El Estado. Frente a él no existen sino hormigas: los trabajado-