ALUMNOS DEL INSTITUTO DE LA LAGUNA RETRATADOS CON SUS PROFESORES AL FINALIZAR LOS ESTUDIOS DE BACHILLERATO EN 1949
Me contó en cierta ocasión maestro Luis Marrero (<strong>de</strong> esto hace ya más <strong>de</strong> medio siglo) que, como por entonces no tenía nada que per<strong>de</strong>r, se había plantado una mañana ante aquel gobernador <strong>de</strong> infausta memoria en las islas apellidado Orbaneja, para afearle, no sin irreprimible crispación, que le hubiera arrancado a su ciudad, La Laguna, el viejo Instituto <strong>de</strong> <strong>Canarias</strong>. A punto estaba <strong>de</strong> empezar la década <strong>de</strong> los cuarenta <strong>de</strong>l pasado siglo XX. No sé qué efecto pudo haber tenido en el ánimo <strong>de</strong> aquel dictadorzuelo <strong>de</strong> baja estofa el atrevimiento <strong>de</strong>l viejo sacristán, la osadía <strong>de</strong> quien se arriesgó a escupirle a la cara que había cometido un atropello con su pueblo, acostumbrado como estaba Orbaneja a que temblaran y se <strong>de</strong>scompusieran en su presencia, todavía sin siquiera oír su atrabiliaria voz or<strong>de</strong>nancista, quienes, comparativamente con el humil<strong>de</strong> sobrepelliz, podían tenerse por po<strong>de</strong>rosos. Lo cierto es que, poco tiempo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> aquel episodio que, obviamente, no tuvo el mínimo eco, las puertas <strong>de</strong>l Instituto <strong>de</strong> la lagunera calle <strong>de</strong> San Agustín se abrieron otra vez y sus aulas volvieron a verse invadidas por una riada <strong>de</strong> chicas, primero, y pronto también <strong>de</strong> muchachos –proce<strong>de</strong>ntes muchos <strong>de</strong> ellos <strong>de</strong>l mítico colegio Iriarte– que llenaron <strong>de</strong> nuevo con su juvenil guirigay el hermoso ámbito sólo turbado hasta aquellos momentos por el trino <strong>de</strong> los canarios asilvestrados y el falsete chillón <strong>de</strong> las cacatúas <strong>de</strong> don José Herrera. Las camelias continuaban floreciendo allí, y continúan, todo un símbolo, en los breves arriates. Al estanque central caían hilillos <strong>de</strong> agua, como siguen cayendo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el surtidor <strong>de</strong> piedra, cerca <strong>de</strong> la primitiva estación meteorológica y su más elevado referente, la veleta que coronaba el pináculo <strong>de</strong> la torre conventual. Cada primavera el naranjo se vestía, y no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> hacerlo, <strong>de</strong> azahares, con su perfume intenso, al poco transformados en multitud <strong>de</strong> botones <strong>de</strong> un amarillo tierno creciendo hasta convertirse en dorada constelación <strong>de</strong> redondos frutos. En ese espacio incomparable transcurrió nuestra adolescencia, la adolescencia y la juventud <strong>de</strong> cientos y cientos <strong>de</strong> muchachos <strong>de</strong> las islas. Tiempo para el rumor pausado <strong>de</strong> la alberca, para el canto <strong>de</strong> las aves en la arboleda, ingenuos amores primerizos, miradas furtivas y a veces cómplices, el bisbiseo apresurado, nervioso, <strong>de</strong> los repasos en vísperas <strong>de</strong> exámenes, rigores profesorales que la dictadura acentuaba, la muerte, <strong>de</strong> tar<strong>de</strong> en tar<strong>de</strong>, rondando en cercanía estremecedora... Las galerías, consteladas <strong>de</strong> antiguos grabados y reproducciones escultóricas <strong>de</strong>l mundo grecorromano. Las columnas <strong>de</strong>l claustro superior, con la sobria elegancia <strong>de</strong> la singularidad <strong>de</strong> cada capitel. Cualquiera, por poco sensible que fuese, no podía menos que <strong>de</strong>jarse seducir por tanta belleza. Cuando había transcurrido no mucho tiempo <strong>de</strong> la reanudación <strong>de</strong> la actividad escolar en el viejo Instituto que Eliseo Izquierdo 33
- Page 4 and 5: 160 Aniversario Instituto Canarias
- Page 6 and 7: CONSEJERO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y
- Page 8 and 9: Imaginemos una secuencia de aproxim
- Page 10 and 11: Por Real Orden de 21 de agosto de 1
- Page 12 and 13: El Instituto Canarias Cabrera Pinto
- Page 14 and 15: FERNÁNDO GARCIARRAMOS: SÁMARA. ES
- Page 17 and 18: EL INSTITUTO DE CANARIAS EN LA MEMO
- Page 19 and 20: DON ADOLFO Leo, con grata y serena
- Page 21 and 22: 10 de octubre de 1951, el articulis
- Page 23 and 24: cho, que entonces estaba en la carr
- Page 25 and 26: Conmigo fueron mis compañeros muy
- Page 27 and 28: cosa natural. En el primer año tuv
- Page 29 and 30: debía de parecer «propio» eso de
- Page 31: EVOCACIÓN LEVE DEL TIEMPO DEL CENT
- Page 35 and 36: levemente, unas pocas briznas de li
- Page 37 and 38: JOAQUÍN GONZÁLEZ ESPINOSA: PATIO
- Page 39 and 40: no queremos otra recompensa sino la
- Page 41 and 42: Anchieta, el conjunto universitario
- Page 43 and 44: EL SALÓN DE ACTOS DEL INSTITUTO. U
- Page 45 and 46: Si los lugares tuvieran memoria, se
- Page 47 and 48: hubiera antes. Berthelot, que relat
- Page 49 and 50: las incidencias de la vida escolar.
- Page 51 and 52: Como recuerdo de la visita real que
- Page 53 and 54: lagunero fue recogida en la Revista
- Page 55: EL SALÓN DE ACTOS EN LA ACTUALIDAD
- Page 58 and 59: Me resulta muy satisfactoria la rec
- Page 60 and 61: que lo forman son distintas en cada
- Page 62: Por sus aulas pasaron figuras tan s
- Page 65 and 66: Cuando hace sesenta años mi padre,
- Page 67 and 68: No podemos descartar, sin embargo,
- Page 69 and 70: LA BIBLIOTECA DEL INSTITUTO DE CANA
- Page 71 and 72: La Biblioteca del Instituto de Cana
- Page 73 and 74: Química y al año siguiente un Com
- Page 75 and 76: DEL GABINETE DE HISTORIA NATURAL A
- Page 77 and 78: 80 Las donaciones procedían de pro
- Page 79 and 80: 82 DEL GABINETE DE HISTORIA NATURAL
- Page 81: 84 MARIANO DE COSSÍO: RETRATO DE A
- Page 84 and 85:
LA GINETA. GENETTA GENETTA
- Page 86 and 87:
menes de ambientes acuáticos, como
- Page 88 and 89:
Destacamos algunas aves exóticas a
- Page 91 and 92:
94 PIEZAS DE LA COLECCIÓN DE PIELE
- Page 93 and 94:
96 También se encuentran en la exp
- Page 95 and 96:
98 son muy variadas, desde 1894 has
- Page 97 and 98:
100 Para terminar con los fondos re
- Page 99:
102 Lutzardo. Ambos participaron a